Project Description
Una edad del corazón
Cuántas veces quisimos ofrecer
al amor que llegaba,
a la nueva amistad,
fruta madura, hojas,
leña y flor, sombra y nido.
Sufríamos, pues nos decepcionaba
la dura realidad. Moríamos:
nada nos parecía suficiente
para el amor recién nacido,
para la amistad nueva.
Sufríamos, moríamos,
porque sólo la vida entera,
la vida cruel, feraz y ubicua,
puede ofrecerlo todo: sombra, hojas,
leña y flor, nido y fruta ya madura.
Quién volviera a sentir deseos
de entregarse completamente,
de regalarle a alguien cuanto tiene.
Quién pudiera volver a darse
como en aquella edad del corazón.
Jesús says: