[fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible» padding_right=»20px» padding_left=»20px» ][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][fusion_text]
[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container][fusion_builder_container background_color=»» background_image=»» background_parallax=»fixed» enable_mobile=»no» parallax_speed=»0.3″ background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» video_url=»» video_aspect_ratio=»16:9″ video_webm=»» video_mp4=»» video_ogv=»» video_preview_image=»» overlay_color=»» overlay_opacity=»0.5″ video_mute=»yes» video_loop=»yes» fade=»no» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»solid» padding_top=»0px» padding_bottom=»25px» padding_left=»10px» padding_right=»» hundred_percent=»no» equal_height_columns=»no» hide_on_mobile=»no» menu_anchor=»» class=»» id=»»][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][fusion_title size=»2″ content_align=»left» style_type=»single solid» sep_color=»» margin_top=»» margin_bottom=»» class=»» id=»»]CITAS NUTRICIAS PARA PROPICIAR LA CREACION LITERARIA[/fusion_title][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»2_5″ last=»no» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» border_position=»all» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ class=»» id=»»][fusion_separator style_type=»none» top_margin=»-10″ bottom_margin=»» sep_color=»#3c9ac9″ border_size=»» icon=»» icon_circle=»» icon_circle_color=»» width=»» alignment=»» class=»» id=»»/][fusion_accordion divider_line=»» class=»» id=»»][fusion_toggle title=»Adorno, Theodor W.» open=»no»]El sello de las auténticas obras de arte es que lo que aparentan ser, abordando esa verdad sin juicio discursivo, aparece como perfectamente creíble.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Alarcos Llorach, Emilio» open=»no»][…] No pretende el poeta en primer término la comunicación, según suele decirse. […] Aunque es cierto que si la poesía no se comunica no existe. Pero, de todas maneras, aunque no se difunda, el producto del proceso creador tiene siempre un destinatario: el propio poeta, que sólo se entera verdaderamente de su mensaje (de su descubrimiento, mejor) ante el poema concluso e inevitable. Trata el poeta de aclarar para sí mismo la experiencia. Si otros lectores, y no sólo el poeta, reconstruyen el proceso de este descubrimiento, miel sobre hojuelas. Pero la poesía está ahí, en el poema, en las insustituibles palabras del poema.
(ABC, 15-10-1988)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Alberti, Rafael» open=»no»]Lo primero que pido a la poesía de ahora es que tenga un acento nuevo, y dentro de ese acento nuevo, que refleje muy directamente, pero de una manera nueva y no afianzándose en lo fácil, lo que sucede. A mí me parece que la realidad, lo que pasa, es cosa digna de ser recogida.
(Babelia, 12-12-92)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Alcina, Juan Francisco» open=»no»]Para Horacio, el varón que ha sido mirado por la musa poética no se apartará de esa profesión.
(1990. En Poesía, de Fray Luis de León, Cátedra)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Aleixandre, Vicente» open=»no»]El poeta que por fin decide escribir para sí mismo, muere por falta de destino.
(El Cultural, 30-12-2011)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Allen, Woody» open=»no»]Jugar siempre sobre seguro acaba siendo aburrido. No pierdes, pero tampoco ganas. Prefiero arriesgar y confiar en que todo salga bien.
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En mi vida privada soy más cuidadoso que en mi trabajo, donde prefiero arriesgar. La vida es mucho más terrible que el arte. Si tropiezas, puede ser peligroso, mientras que en el arte sólo es embarazoso.
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Lo que me estimula es el deseo insaciable de hacer algo con verdadera sustancia. Realizo una película detrás de otra con la esperanza de que, al final, una o dos resistan incólumes el paso del tiempo.
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[…] Para ser músico de jazz tienes que escuchar y escuchar mucho jazz. Y es un acto de amor. No piensas: estoy escuchándolo para estudiarlo. Simplemente escuchas porque te encanta. Y te encanta, y te encanta… Y poco a poco aprendes. Todo lo útil se aprende por ósmosis.
(El País, 13-2-1994)
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Picasso dijo una vez que cuando veía un espacio en blanco tenía que llenarlo. Pues yo siento lo mismo. Nada me hace más feliz que quitarle el precinto a una gran resma de papel amarillo o blanco. ¡Y estoy impaciente por llenarlo!
(El País, 13-2-1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Almodóvar, Pedro» open=»no»]Mi relación con el cine es una relación apasionada y por lo tanto de posesión -en este caso soy yo el poseído-, y cuando uno vive una pasión, no tiene tiempo para casi nada más. La pasión por el cine me impide tener tiempo para muchas otras cosas. Lo bueno de una pasión -y más si es doble, como la mía: carnal y cinematográfica- es que da sentido a tu vida, aunque hay muchas otras cosas que dejas de lado. El precio son todas esas renuncias.
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Todo tiene un precio y hay cosas, como la independencia, como el placer, por las que merece la pena pagar incluso un alto precio. El de la independencia es una enorme incomprensión a tu alrededor y un crepitante círculo de envidia, porque en la independencia hay una especie de exhibición y de soberbia. Eso piensan los demás pero, frente a uno mimo, la cosa es más simple: soy así, no puedo ser de otro modo y así tendré que seguir siendo. Considero que mi independencia no es ni una lección moral para los demás, ni de integridad, sino el reconocimiento y la aceptación de mí mismo.
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Tengo una relación poco complaciente con las películas que he hecho, que, como tales, me interesan mientras las he vivido, mientras las he hecho. Puede sonar como muy tópico, pero en el momento en que las termino, mi aventura también finaliza. Y todo lo que ha ocurrido con cada una ha ido creciendo y es cada vez mejor, pero no es una parte que yo interiorice. Por ello no tengo películas favoritas, sino momentos de cada una.
(El País, 25-9-1993)
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Uno tiene siempre la sensación de estar empezando, aunque se repita. Brigitte Bardot decía: “Cada vez que me enamoro, creo que es la primera vez”. Yo vivo cada película como si fuera la primera incluso aunque me vea en la misma situación o haciendo las mismas cosas. En el amor igual: si la persona cambia, las cosas que estás haciendo son diferentes y para ti es como si sucedieran por primera vez.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Anómimo» open=»no»]¿Qué significa hacer? ¿Qué significa no hacer?
He aquí lo que tan a menudo desconcierta al sabio.
Porque hay que parar mientes en el hacer,
en el hacer prohibido.
Como también hay que parar mientes en el no hacer,
pues su esencia es insondable.
(del Bhagavad-Gita)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ansón, Luis» open=»no»]Matabosch cree, como Beethoven, que la música es una revelación más alta que la filosofía. Allí donde la poesía se detiene comienza la música. Así lo expresó Shopenhauer.
(El Cutural, 17-01-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Apollinaire, Guillaume» open=»no»] Nada es revolucionario, con excepción del candor.
(16-6-1987)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Arco, Miguel del» open=»no»]Como dice León Felipe en un prólogo sobre Macbeth, yo utilizo a los clásicos como pista de despegue, no como pista de aterrizaje.
(El Cultural, 30-12-2011)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Arendt, Hannah» open=»no»]La poesía, cuyo material es el lenguaje, quizás es la más humana y menos mundana de las artes, en la que el producto final queda muy próximo al pensamiento que lo inspiró.
(La condición humana)
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De todas las cosas del pensamiento, la poesía es la más próxima a él, y un poema es menos cosa que cualquier otra obra de arte; no obstante, incluso un poema, no importa el tiempo que exista como palabra viva hablada en el recuerdo del bardo y de quienes le escuchan, finalmente será “hecho”, es decir, transcrito y transformado en una cosa tangible entre cosas, porque la memoria y el don del recuerdo, de los que surge todo deseo de ser imperecedero, necesita cosas tangibles para recordarlas, para que no perezcan por sí mismas.
(La condición humana)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Arman» open=»no»]El azar, nada hay más controlable que el azar. El azar es mi materia prima y mi objetivo.
(El arte de nuestro tiempo, Ed. Al-borak)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Armas Marcelo, J. J.» open=»no»]Porque no es lo mismo soplar que hacer botellas, aunque haya mucho violetero por ahí que crea que escribir depende de las ocurrencias que vayas pensando mientras entras en el bosque de las palabras creyéndote el jefe del barrio y el dueño de las frases. No recuerdo quién lo dijo, pero es verdad: tengo todas las palabras, lo que me falta es el orden. Ahí está la vaina, las palabras y el orden, la elección de la unidad literaria, no la ocurrencia cotidiana.
(El Cutural, 1-11-2013)
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Quien aspira al aplauso inmediato jugando con las palabras no pertenece a la alta literatura y su permanencia en nuestro exilio literario no está garantizada. Tendrá lectores, más de 100.000, pero serán ceniza. Tendrá dinero de derechos de autor, enhorabuena. Tendrá sonrisas, abrazos y múltiples amigos. Pero sus libros serán, al correr de los años, pura ceniza.
(El Cutural, 1-11-2013)
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Decir ego y decir escritores es lo mismo. Los escritores y nuestro ego son casi la misma cosa, incluso en aquellos que disimulan su vanidad llamando humildad a su falsa timidez.
(El Cutural, 14-2-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Asturias, Miguel Ángel» open=»no»][…] Debe ser muy triste ser poeta; sólo ser licenciado debe ser la más triste cosa del mundo.
(El señor presidente, 1989)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Auserón, Santiago» open=»no»][…] Al trabajar en grupo introduces la incógnita, la variante, la equis como elemento de la estructura. Es necesario tanto para la creatividad como para la supervivencia mental y física. […] Lo emocionante es entrar en contacto con otros para producir zonas intermedias. Es como un pacto mercantil, pero mucho más rico.
(Rock Espezial)
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[…] Cuando estoy en la mesa de trabajo, siento la llamada de fuera a través de la ventana; si ando por la calle, estoy loco por volver a la mesa.
(El País de las Tentaciones, 4-3-1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Autor desconocido» open=»no»]La poesía sólo puede definirse en función del poema; nada explica o justifica a la poesía salvo el poema mismo. En cambio, el poema y la poesía suelen explicar algunas cosas; entre otras, y en primer lugar, al propio poeta, que, más que creador del poema, debe ser considerado su criatura: un subproducto, una excrecencia de la palabra.
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El poeta no es, en consecuencia, quien escribe el poema, sino el que queda escrito, lo que es leído: su leyenda; una apariencia, una aparición que sólo se materializa en la fantasía del lector.
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Su existencia es precaria; depende de los otros. El poeta vive en la lectura igual que los fantasmas habitan en el miedo.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Azúa, Félix de» open=»no»]Los que escriben no tienen la menor idea de lo que es la literatura. Si son realmente escritores, actúan por mera necesidad. No por unas convicciones o conceptos o una teoría, sino por necesidad.
(El País, 18-11-1987)
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La poesía verdadera no se practica así como así, y lleva implícita, para que surja, un sistema de vida. Precisa una dedicación mucho más absoluta que la política, la teología, la filosofía y cualquier tipo de profesión.
(Quimera, nº 74)
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Se empieza escribiendo contra algo más que a favor de algo, y llega un momento en que esa actitud negativa deja de dar frutos, se convierte en estéril. Entonces se produce el cambio.
(Quimera, nº 74)
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[…] La decisión final no está en manos del oferente, sino del demandante. Claro está, el oferente puede crear su propio público. Puede decir “yo no es que quiera escribir una novela, lo que quiero es que aparezca un tipo de lector determinado”. Kafka, por ejemplo, Beckett, ¿qué más da? Cualquiera de estos. Es una apuesta muy fuerte que, a veces, funciona y a veces no. Cuando funciona decimos “la literatura es Kafka”. Pero hay muchos kafkas que no han funcionado.
(El País, 18-11-1987)
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Él, que en principio ha tratado de escapar de la literatura, ha dicho “basta, se acabó, ahora la vida”, acaba volviendo a la literatura […].
(El País, 18-11-1987)
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Es una determinación que les permite sobrevivir pero tienen bien clara la idea de que están escribiendo porque no sirven para nada más. Porque son unos pobres enfermos que se agarran a eso porque no pueden hacer ninguna otra cosa. El único que a mí me interesa de verdad de los autores vivos contemporáneos, que es Bernhard, es un caso característico: también se plantea a sí mismo como un hombre sacrificado que no puede hacer nada más que eso, que dejó la música por eso, pero se lo plantea también como un inválido, como un enfermo crónico que tiene sus pulmones como excusa igual que Proust tenía su asma.
(El País, 6-11-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bach, Ana Magdalena» open=»no»]Entre las singularidades que fui descubriendo me sorprendió que él, que era un manantial inagotable de música, necesitaba con frecuencia la música de otra persona para que se iniciase la corriente de su inspiración. Cuando se sentaba al órgano o al clavicordio y quería improvisar, tocaba primero alguna pequeña composición de Buxterhude, o de Pachelbel, o de su tío Cristóbal Bach, por cuya música sentía gran admiración, y solamente después desplegaba su genio las poderosas alas. Entonces, en mi imaginación, recreaba yo que bastaba dar unos golpes a la bomba de nuestro patio para que siguiese saliendo de las profundidades de la tierra la generosa corriente de agua.
(En La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach, 1993)
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Su espíritu estaba tan embebido, acaparado por su arte que, a veces, yo tenía la sensación de que no nos venía ni nos oía, como si no existiésemos, aunque nunca dejaba de tratarnos con bondad.
(En La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach, 1993)
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[…] Sebastián no decía nada, dejando que la gente hablase y argumentase sobre él […].
(En La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach, 1993)
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Nunca se tomó la molestia de explicarse ante el mundo […].
(En La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach, 1993)
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En todas las cosas de la vida, era cuidadoso, minucioso y económico; sólo componiendo música era de una generosidad que casi llegaba a la dilapidación. No hay que olvidar, sin embargo, que esa riqueza, aunque era un don divino, suponía un trabajo duro y constante, un trabajo que duró desde su primera juventud hasta su muerte. Nunca descansó su espíritu en la idea de la propia satisfacción y jamás cesó de seguir corrigiendo su música; hasta cuando se hallaba moribundo le vi ocupado en esa labor y sentí profundamente la verdad de las palabras de Eclesiastés: “El ensueño nace de la multitud de las ocupaciones”.
(En La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach, 1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bach, J.S.» open=»no»]Toco siempre para el mejor músico del mundo. Quizá no esté presente, pero yo toco como si lo estuviera.
(En La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach, 1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bacon, Francis» open=»no»]Si estás fuera de una tradición como está hoy todo artista, lo único que puedes querer registrar son los propios sentimientos sobre ciertas situaciones lo más cerca del propio sistema nervioso de que eres capaz.
(de una entrevista con Francis Bacon, mayo 1988)
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El arte es obsesión por la vida, y a fin de cuentas -puesto que somos seres vivos-, nosotros mismos constituimos nuestra mayor obsesión.
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¿Por qué continúa la gente intentando hacer cosas pese a lo que han logrado ya los grandes artistas? Sólo porque, de generación en generación, y a través de lo que han hecho los grandes artistas, los instintos cambian. Y, con el cambio de los instintos, se produce una renovación del sentimiento, de cómo puedo yo rehacer esto otra vez con mayor claridad, con mayor exactitud, con mayor intensidad. En fin, yo creo que el arte es registro; creo que es información.
(1998. Entrevistas con Francis Bacon)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Baldessari, John» open=»no»][…] Llegué a la conclusión de que el arte era cualquier cosa que yo quisiera siempre y cuando consiguiera que alguien se lo creyera.
(El País, 12-1-1988)
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A decir verdad, la razón por la que dejé la pintura fue, sobre todo, porque no tenía público. El único público existente era el formado por otros artistas […] […] Me dio la impresión de que ya no podía seguir operando con el mismo idioma artístico: la pintura. Era como escribir en sánscrito en un mundo que hablaba inglés. Pensé que le estaba hablando al viento y, por tanto, me dije que ya no tenía un público que me respondiera, por qué no hablaba yo también en inglés […].
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Nunca me arrepentí de destruir mi pintura. Fui un pintor durante 20 años y todo eso, aunque llegó un momento en que sentí que era algo muy restrictivo y rompí con ello. Pero la historia del arte sigue teniendo mucha influencia en mí. La idea que se difundía en las escuelas de arte era que se trataba de pintura o escultura, y yo siempre pensé que no era necesario para por ello para hacer arte. Debía haber algo más en el arte que poner pintura sobre una tela el resto de mi vida. La pintura es una parte del arte, pero yo empecé a replantearme qué era el arte para mí.
(El País, 23-11-1991)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Balmes, Jaime» open=»no»]Un hombre sabe a proporción de lo que ha escrito y notado durante sus estudios y meditaciones.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Barceló, Miquel» open=»no»]El artista debe hacer cosas importantes.
(El País, 5-12-1987)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bärmann, Matthias» open=»no»][…] Circa duemila opere che Paul Klee, gravemente malato, ha incredibilmente realizzato negli ultimi due annie mezzo della sua vita […].
(1994. Klee 1930-1940, Mendrisiu Museo d’Arte)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Baroja, Pío» open=»no»]Escritores como Shakespeare, Lope de Vega y Goethe componían sus obras leyendo otras anteriores de distintos autores, imitándolas y modificándolas.
(Historia de la literatura de vanguardia, v. I, p. 39, Guillermo de Torre)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Barral, Carlos» open=»no»][…] Toda persona que vive en función de la verbalización de todas sus experiencias. Llega un momento en que eso es así como una intención terrible que impotencia frente a la vida, a la acción. Llega un momento en que uno no tiene más vida que lo que uno tiene escrito, y que los estímulos ante la vida son básicamente verbales. Se acaba siendo un personaje de sí mismo.
(1988. En El pie de la letra, Jaime Gil de Biedma)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Baricco, Alessandro» open=»no»]La escritura está llena de libertad, de energía, es un oficio muy poderoso. Puedo hacer grandes cosas como escritor, confío en mi oficio de forma absoluta. Para mí ser escritor es algo natural.
(ABC cultural, 8-12-2012)
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Tenemos que escribir los mejores libros que podamos. Y no perder nunca la esperanza. Nunca; ni la pasión. Algo muy valioso en este momento es conocer a alguien que, en mitad de la crisis y la depresión, es capaz de descubrir cosas y seguir adelante. Los artistas tienen esa capacidad. Es gente que puede darnos la energía que necesitamos. Llega un momento en que no puedes más, pero miras un cuadro y sientes que puedes continuar. Ese es el significado de nuestro trabajo; es un regalo.
(ABC cultural, 8-12-2012)
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Soy muy viejo para las citas, pero muy joven para dejar de escribir. Necesito escribir, es un gran placer, no creo que nunca deje de hacerlo.
(ABC cultural, 8-12-2012)
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La vida es así. Cuando algo se interrumpe, se genera una gran energía (Paul Valéry: todo comienza por una interrupción).
(ABC cultural, 8-12-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Barril, Juan» open=»no»]Citar es como vivir de segunda mano. Una manera de apropiarse de la experiencia ajena para soñar que algún día la tuvimos. A veces, en el almacén de las palabras, las frases entrecomilladas se traspapelan y entonces el autor se desdibuja.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Baudelaire, Charles» open=»no»]Sólo existen tres seres respetables: el sacerdote, el guerrero, el poeta. Conocer, matar y crear. Los demás hombres están hechos para la servidumbre, para el establo, es decir, para ejercitar aquello que llamamos profesiones.
(ABC Cultural, 10-11-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bayo, María» open=»no»][…] La calidad es lo único que me compensa, y lo único que pide y espera el público. El público se merece lo mejor, y sólo se le puede dar si están en constante perfeccionamiento. Jamás podemos estar satisfechos, siempre hay mucho que aprender. El trabajo es el 90 o 95 por ciento de un cantante.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Béalu, Marcel» open=»no»]El poeta es aquel que posee la palabra. No puede haber comunicación entre él y su lector si éste no ha arrojado antes toda idea preconcebida, abdicado su propio saber y hecho abstracción de las pequeñas sensaciones de todos los días. ¡Qué diamantes no perderían su resplandor en el aserrín del vendedor ambulante! ¡Qué joyas del alma no se deslustrarían al contacto de sentimientos de pacotilla!
(1992. En el prólogo a Aerolitos de C. E. de Ory)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Beckett, Samuel» open=»no»]Sin embargo, tengo que continuar…Estoy ante un acantilado y tengo que seguir adelante. Es imposible, verdad. Sin embargo se puede avanzar. Ganar unos cuantos miserables milímetros…
(1987. El Paseante, nº5)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Benjamin, Walter» open=»no»][…] El uso propiamente humano del intelecto: la previsión.
(Dirección única)
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Una verdadera actividad literaria no puede pretender desarrollarse dentro del marco reservado a la literatura: esto es más bien la expresión habitual de su infructuosidad. Para ser significativa, la eficacia literaria sólo puede surgir del riguroso intercambio entre acción y escritura.
(Dirección única)
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No dejes pasar de incógnito ningún pensamiento, y lleva tu cuaderno de notas con el mismo rigor con que las autoridades llevan el registro de extranjeros.
(Dirección única)
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Habla de lo ya realizado, si quieres, pero en el curso de tu trabajo no leas ningún pasaje a nadie. Cada satisfacción que así te proporciones, amenguará tu ritmo.
(Dirección única)
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Ocupa las intermitencias de la inspiración pasando en limpio lo escrito. Al hacerlo se despertará la intuición.
(Dirección única)
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Que tu pluma sea reacia a la inspiración; así la atraerá con la fuerza del imán. Cuanta más cautela pongas al anotar una ocurrencia, más madura y plenamente se te entregará.
(Dirección única)
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Nadie debe empecinarse en aquello que “sabe hacer”.
(Dirección única)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Berger, John» open=»no»]No hay tiempo para frivolidades.
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Hoy en día el motor para vivir es simplemente el instante presente, que es el instante del mercado.
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Cuando dibujas, aquello que estás dibujando empieza a aparecer ante ti si fuera una presencia, y te hace compañía. Al escribir estás realmente solo, ante el silencio, en el que debes colocar algo.
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Dejando de lado el arte, miro la naturaleza e intento leerla, no en términos de palabras [… ]. Miro las nubes en el cielo, sus formas, cómo se entrelazan, y me sugieren ciertos perfumes. Así que no es sólo cuestión de mirar lo que hay, sino de leer sus conexiones, a veces son ilógicas y otras muy lógicas. Como si sintonizaran con esa increíble red de conexiones que es el vasto universo que nos rodea y que recuerda a su creación, la creación del Universo.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bernhard, Thomas» open=»no»]Mientras dure mi vida, viviré escribiendo. La escritura es mi existencia. Hay meses, o años, en los que no puedo escribir. Es horrible. Pero en algún momento siempre vuelve, y entonces algo se fragua.
(1987. Quimera)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Berto, Giusseppe» open=»no»]A che mi portava il mio sforzzo sotto il sole?
(1988. La gloria)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Betanzos, Odon» open=»no»]La creación hecha a la moda no vale. […] Es criminal que existan “componendas” y amiguismo en muchos premios literarios conocidos. Defraudar a un ser humano es malo y negativo, pero a un creador es aún peor.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Björk» open=»no»]Todas mis letras hablan de amor porque yo amo todo lo que hago, todo lo que toco, todo lo que veo… Siempre siento amor. “Anchors song”, por ejemplo, es sobre mi casa y, además, es una canción de amor. Es de la única manera que sé expresarme: con amor.
(El País de las Tentaciones, 4-3-1994)
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La gente suele aferrarse a lo que se ha hecho en el pasado. En realidad es una pérdida de tiempo hacer cosas que ya ha hecho otra gente.
(Hilo musical, ene-feb 1994)
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Trabajo 16 horas al día, todos los días, incluso los fines de semana. Soy mi propio manager, yo lo hago todo: el diseño de las camisetas, del álbum, las fotografías… Solía ir mucho al cine antes, pero no he visto una película desde hace un año. Lo único que he podido hacer en este tiempo es escuchar los informativos en los hoteles. Pero ha sido un buen año.
(El País de las Tentaciones, 4-3-1994)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Black, Frank» open=»no»]Mi método de trabajo no es nada sofisticado, no utilizo ningún libro de apuntes, ni una grabadora ni nada parecido. Me limito a tocar pequeños fragmentos directamente con mi guitarra intentando recordarlos, y si en algún caso no logro retenerlos, pierdo la canción para siempre. Voy coleccionando pequeños pedazos de música y cuando tengo bastantes, los junto, voy a ver a mi mánager y le digo: “Ya estamos preparados para grabar un disco”.
(Rock de Lux, abril 1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Blades, Rubén» open=»no»]La mejor definición de fracaso es “no intentar”.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Blascal» open=»no»]¿Quieres que hablen de ti?
No hables bien de ti.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bonilla, Juan» open=»no»][…] El primer movimiento que hace un artista, cuando lo es de verdad, es siempre de selección, y una decidida ésta, hay otro movimiento inmediato que es el de entrega.
(Texto para el catálogo de Calo Carratalá, Nøruega 2011)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bonnefoy, Yves» open=»no»]La palabra, las palabras están en el centro de todo. Son el embrión que no sólo describe y señala el mundo y nombra el mundo sino que lo ordena y puede salvarlo, reordenarlo. La palabra es nuestra principal conexión con la realidad y la poesía su mejor vía.
(Babelia, 08-02-2014)
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La poesía es la respuesta que se lanza en dirección a la lengua, cuando nos preguntamos acerca de nuestras necesidades fundamentales. No es un lugar para divertimientos, ni de la experimentación existencial: es el lugar de la exigencia de la responsabilidad.
(Babelia, 08-02-2014)
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La palabra tiene vida; es un mundo, y crea un universo. Y su encadenamiento con otras palabras, su combinación para crear frases transforma y altera su esencia, su significado. Las palabras cotidianas se usan sin darles el valor que merecen.
(Babelia, 08-02-2014)
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La poesía está para recordarnos que todas las palabras, incluidas la que usamos automáticamente, o tanto que parecen gastadas y poco relevantes, son las responsables de la realidad. […] Fundamentalmente la poesía debe decir: “Existe una Realidad”, debemos ser parte del mundo, no debemos dejarnos llevar por esa distracción que nos hace aceptar nuestras existencias como algo abstracto, o resignado a la irrealidad. ¡La poesía es aquello que exige la existencia del mundo!
(Babelia, 08-02-2014)
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La sociedad sucumbiría si la poesía se extingue.
(Babelia, 08-02-2014)
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La poesía hace acercamientos más profundos a la condición humana, a lo que sabemos y está detrás. Las grandes obras de la poesía se han arriesgado mucho antes por los laberintos de la conciencia nuestra.
(Babelia, 08-02-2014)
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Sentir. Sin temor. Expresar, sin miedo. Dar rienda suelta a la memoria para poder intrepretar los versos que cobran nueva vida en cada lector.
(Babelia, 08-02-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Borges, Jorge Luis» open=»no»]Abre el patán y el que no es patán nuestro diccionario y se queda maravillado frente al sinfín de voces que están en él y que no están en ninguna boca.
(1990. El Paseante, nº15-16)
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[…] Es imposible que en un año no le ocurran a uno treinta ocasiones de poesía.
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El ejercicio de la literatura puede enseñarnos a eludir equivocaciones, no a merecer hallazgos. Nos revela nuestras imposibilidades, nuestros severos límites.
(La cifra)
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Pensar, analizar, inventar (me escribió también) no son actos anómalos, son la normal respiración de la inteligencia. Glorificar el ocasional cumplimiento de esa función, atesorar antiguos y ajenos pensamientos, recordar con incrédulo estupor que el doctor universalis pensó, es confesar nuestra languidez o nuestra barbarie.
(1992. Ficciones)
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Todo poema, con el tiempo, es una elegía.
(En “Posesión del ayer” , de Los conjurados)
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Si uno fuera realmente un poeta, cada momento sería poético. Pero desgraciadamente, vivimos así, un poco ciegos, un poco sordos y no sentimos cada instante. Sin embargo, cada instante tiene un valor precioso, sino no existiría.
(El País, 19-6-1986)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Botero, Fernando» open=»no»]Las obras se deberían retener en el estudio durante un cierto tiempo, porque sólo el tiempo establece una relativa certeza sobre la auténtica calidad de los trabajos.
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Todo artista se comporta como un corrector de la Historia del Arte. Si uno se manifestara de acuerdo con todo, no tendría sentido la creación. Algo tiene que molestar, aunque sea el tamaño del lienzo. Puede que te apasione una obra y pienses: lástima que no fuera un poco más grande. Un pintor está obligado a pintar el cuadro que a él le gustaría ver; al igual que un escritor, el libro que le gustaría leer.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bowles, Paul» open=»no»]Tengo 82 años y no estoy contento, pero estoy vivo. No importa, la felicidad no tiene importancia.
(Babelia, 22-05-1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Brodsky, Joseph» open=»no»]El que escribe poesía lo hace ante todo porque el escribir poesía es un acelerador extraordinario de la conciencia, del pensamiento, de la concepción del mundo. El hombre que haya sentido esta aceleración una sola vez ya no puede resistirse a esta experiencia; deviene dependiente de este proceso de la misma forma en que sucumbimos a la dependencia de la droga o del alcohol.
El hombre que depende en tal medida de la lengua es, creo, lo que llamamos un poeta.
(Quimera)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Brook, Peter» open=»no»]Ensayo, aspecto mecánico del proceso. Semana tras semana, día tras día, hora tras hora, la práctica perfecciona: fatiga, duro trabajo, disciplina, monotonía, que conducen a un buen resultado. Como sabe todo atleta, la repetición lleva al cambio. Con la mira puesta en un objetivo, llevada por la voluntad, la repetición es creadora.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Buchheim» open=»no»]Considero una estupidez lo que se hace ahora. No tiene ninguna motivación interior, son unos plagios y, sobre todo, no están bien hechos.
(El País, 11-2-1983)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Bukowski, Charles» open=»no»]La prueba de la poesía es que le sirve a cualquier hombre en cualquier parte.
(ABC Cultural, 21 de enero de 2012, p. 9, recogida por Andrés Ibáñez)
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Lo peor de todo es que algún tiempo después de mi muerte se me va a descubrir de verdad. Todos los que me tenían miedo o me odiaban cuando estaba vivo abrazarán de repente mi memoria. Mis palabras estarán en todas partes. Se crearán clubes sociales y sociedades. Será como volverse loco. Se hará una película de mi vida. Me pintarán mucho más valiente de lo que soy y con mucho más talento del que tengo. Mucho más. Será como hacer vomitar a los dioses. La especie humana lo exagera todo: a sus héroes, a sus enemigos, su importancia.
(ABC Cultural, 17-11-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Buñuel, Luis» open=»no»]Encuentro falaces y peligrosas todas las ceremonias conmemorativas. ¡Viva el olvido! Sólo veo dignidad en la nada.
(El Cultural, 20-4-2012, p. 3, recogida por Luis María Ansón)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Burgess, Anthony» open=»no»]El dominio no llega nunca, el aprendizaje es vitalicio. El escritor muere luchando.
(1990. Quimera, nº 75)
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La imposibilidad del absurdo puede llevar a la desesperación a un cierto tipo de escritor. Me refiero, quizás al escritor que envidia a la música, sus componentes auto-referentes, que, si pudiera, sería compositor porque desconfía de las palabras, porque desconfía de lo que significan las palabras (¿el estado psicótico de Edward Lear?). Consciente de la unidad del mundo exterior reflejado en la unidad de su propia mente, y de la dificultad de hacer que las palabras, aspectos de la unidad, trasciendan la unidad, puede sentirse impelido a destruir la sintaxis. Porque la sintaxis expresa la relación entre objetos, y una frase “bien formada” confirma la realidad externa.
(Quimera, nº75, en “Tirones opuestos”)
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Cualquier artista literario serio envidia la música, que posee un lenguaje aparentemente auto-referente, no puede predicar o informar, e identifica totalmente forma y contenido. El mensaje de la música es ella misma, su narración es su estructura […] Las palabras, en cambio, jamás puede liberarse de su connotación de plaza del mercado.
(1990. Quimera, nº 75)
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La esperanza sin esperanza de dominar por fin el idioma, ese enemigo intratable.
(Babelia, 27-10-2011)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Byron (según Robert Nye)» open=»no»]Yo me temo que Shelley disparata bastante sobre la importancia de lo que algunos hacemos, para aliviarnos a nosotros mismos, con la mano derecha y unas gotas de tinta.
(1991. Las memorias de lord Byron)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Caballero Bonald, Juan Manuel» open=»no»]Un escritor se salva si ha escrito un buen poema. Con uno es suficiente.
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La poesía es la música de una verdad que se va creando a medida que se escribe el poema.
(El Mundo, 13-1-2012, p. 48)
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Lo que mejor puede ocurrirle a la poesía es que se quede sin lectores. Hay un grupo de poetas mediocres que se quejan porque están fuera de las listas y de las fotografías. La prisa y la ambición es cada vez mayor, y esa prisa de los poetas por salir va en detrimento de la libertad. La poesía es un arte muy minoritario que va dedicado a unos pocos interesados. Que los poetas escriban y ya se verá.
(El País, 21-05-1994)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cage, John» open=»no»]Todo lo que sé sobre el método es que cuando no estoy trabajando a veces pienso que sé algo, pero cuando estoy trabajando queda claro que no sé nada.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Calamaro, Andrés» open=»no»]Y cada vez que suene mi canción
voy a volver a nacer otra vez.
(2013, de la canción “Nacidos para correr” )
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De currante no vas a perder tu savoir-faire jamás.
(2013, de la canción Rehenes)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Calvo Serraller, Francisco» open=»no»][…] La pasión acumulativa, de la que inmediatamente se deriva la idea de coleccionar, es tan antigua como el hombre, probablemente los ajuares funerarios de los antiguos faraones egipcios sean el primer testimonio histórico que se aproxima más a lo que es nuestra concepción de una colección artística.
(Fragmentos del artículo “El arte de coleccionar arte”, El País, pág. 20, 31-3-1988)
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[…] Toda colección es, en buena parte, una especie de autobiografía, en que la personalidad se expresa a través del testimonio material de los objetos que se ha acumulado, reflejo de su gusto, de sus pasiones, de su habilidad y, naturalmente, de sus medios. En realidad, una colección no sólo retrata al detalle una forma de ser y de pensar, sino que constituye el ejemplo más claro de la parte activamente creadora del llamado espectador.
(Fragmentos del artículo “El arte de coleccionar arte”, El País, pág. 20, 31-3-1988)
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[…] La impostura no la combaten nunca las aleccionadoras consignas de asustados fariseos, sino genuinos artistas con el arrojo suficiente para ser ingenuos o cuanto menos, para recuperar ésa su genuina ingenuidad que modernamente les ha hecho y les permite ser escandalosamente libres.
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[…] El artista no puede convertirse en el circunstancial portavoz humanitario de los ideales de la clase media occidental, aunque reciba por ello una propina, sino, precisamente, apuntar directamente hacia lo socialmente indesvelado. […] El artista de hoy, como el de ayer, si quiere serlo, debe afrontar y enfrentarse con su propia soledad.
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Por doquier, suben al púlpito frailunos orates para sembrar dudas y advertencias ante un público compungido, y requerir seriedad, reflexión y compromiso al propio artista que, obediente, está dispuesto a asumir cualquiera de los papeles o tareas ahora asignados -psicólogo, antropólogo, filósofo, sociólogo, asistente social, bricoleur-; todos, en efecto, menos los suyos propios, ésos maravillosamente descritos por Schiller, en los albores de nuestra época contemporánea, como los de “dar la libertad por medio de la libertad”, que es precisamente lo impensable y lo proscrito, por inútil, en nuestra domesticada sociedad de atareados y responsables ciudadanos.
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[…] En el corazón de la naturaleza, cuya formulación humana oscila entre el terror y la piedad, o, lo que es lo mismo, entre el ensimismamiento y la alteración, entre encerrarse en sí mismo o abrirse a los demás.
(Babelia, 6-10-2012)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Camps, Victoria» open=»no»]La inseguridad de los contenidos desvía la mirada hacia las formas y los procedimientos. Más que los actos en sí mismos, nos cautivan las maneras de hacer o de estar.
(1992. Virtudes públicas)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Camus, Albert» open=»no»][…] Los dos peligros contrarios que afectan a todo artista, el resentimiento y el contento.
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La pobreza nunca me pareció una desgracia: la luz derramaba sobre ella sus riquezas. Iluminó incluso mis rebeldías.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cancer Moon (Anitua, José)» open=»no»]De lo que se trata es de, siempre que puedas, dar con el mismo clavo en la misma pared. Así, si sigues y sigues y sigues, lo conseguirás. Siempre he creído en eso. Pienso que ofrecemos calidad y, a la larga, la calidad funciona.
(Rock de Lux, enero 95)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Canetti, Elias» open=»no»]El asombro vive de la casualidad.
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El poeta es el guardián de las metamorfosis, y aquel que no las guarda en sí mismo, muere antes de tiempo.
(1989. Quimera, nº13)
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Todo poeta que ha alcanzado cierta notoriedad y la defiende sabe de sobra que, por esa sola razón, deja de serlo y se convierte en el gerente de sus posturas como cualquier burgués.
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El escritor nunca llega hasta el final con nada, siempre lo inquieta la misma cosa, de principio a fin. Siempre le da la vuelta, la parafrasea, la recorre a pasos diferentes. Nunca la agota y tampoco le hubiera agotado de vivir el doble.
(El Cultural, 16-11-2012)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Carol Oates, Joyce» open=»no»]Escribir es siempre excitante porque es un reto. Nunca se sabe qué te traerá la próxima hora, por no decir el siguiente día o la próxima semana. Escribir es zambullirse en la imaginación, algo no tan distinto a sumergirse en el inconsciente del sueño, pero en una inmersión controlada, donde el control y la estrategia es muy importante.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Carpio, Francisco» open=»no»]Privilegiar e iluminar al hombre y no al nombre.
(ABC, 1-12-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Carrillo de Albornoz, C.» open=»no»]Hoy, a sus 90 años (Pierre Klossowski), continúa con su visión intensa, con la curiosa mirada y la ironía más aguda. Aún parece decir: “Todavía no he comenzado. Estoy en el punto de partida.”[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Casal, Luz» open=»no»]Detesto la rutina. Cada día ha de ser distinto al otro, o parecerlo. Las canciones de este disco, aunque no tengan nada que ver una con otra, se suceden con coherencia, un tema empieza donde acaba el anterior. Es difícil conseguirlo, porque los tempos (pa-pa-pá) varían radicalmente, pasas de desarmarte la cabeza a trompicones a estar en la cubierta de un barco. Pero hay que dejarse llevar, un disco no es un ruido de fondo, un ambiente para ir haciendo cosas. Mi música es para escuchar.
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Yo desde muy pequeña me imaginaba un camino trazado, que pudiera ser una vocación… que tengo elementos poderosos para gustar y dar a la gente. Es tan importante dar… sin casi nada a cambio.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cela, Camilo José» open=»no»]No renunciemos jamás a nada y menos aún a nuestras manías, que al principio son delicadas y minúsculas, casi enfermizas, pero que después van creciendo y tomando cuerpo, van haciéndose consistentes y robustas para acabar devorándonos, fecundándonos e iluminándonos. Si conseguimos criar nuestras propias rarezas a nuestros propios pechos quizá podamos conseguir una página genial, tampoco son necesarias dos ni tres, el genio va más allá del talento, lo desborda y también lo envuelve. […] Se trata de no dejarse cortar ni el pelo ni las uñas del alma, se trata de no dejarse limar las asperezas del carácter. […] No renunciemos jamás a nada y menos aún a nuestros sueños, que al principio son confusos y mínimos y muy difíciles de recordar pero que después nos nutren y nos dan valor para morir a solas.
(ABC, 8-5-1992)
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Cuando no es la vida misma el objeto de la literatura, la cultura y la política sino la caduca literatura sobre literatura, la enmohecida cultura de noria girando sobre su propio ombligo y la mezquina política de campanario y comité derramando tinta de calamar sobre todos, ni la literatura, ni la cultura, ni la política existen porque nacen muertas.
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La independencia debe abocarnos y mantenernos en la desobediencia y aun en el desprecio. La independencia es noble, sosegadora y aun rentable. El precio de la independencia es la soledad y nunca nada grande pudo hacerse sin estar anegado en soledad.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cernuda, Luis» open=»no»]Si hay destino envidiable para un poeta es hallar camino hacía las gentes que vivan después que él, a través de la ceguera de los contemporáneos […].
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[…] Veo que tuve la suerte, al no atender nadie a lo que yo pudiera decir, de trabajar en soledad total y por eso en libertad total, sin tener que considerar nada ni a nadie. No vi al escribir durante esos cuarenta años que un día tendría que dar cuenta de mí y de mi trabajo, a otros […].
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Más tus lectores, si nacen,
Y tu tiempo, no coinciden.
(La Realidad y el Deseo)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cervantes, Miguel de» open=»no»]Alcanzar alguno a ser eminente en letras le cuesta tiempo, vigilias, hambre, desnudez, váguidos de cabeza, indigestiones de estómago y otras cosas a éstas adherentes […].[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cervera, Juan» open=»no»]A Paddy MacAloon (Prefab Sprout) le gusta escribir canciones, componer, imaginar melodías. Quiere ser Compositor, con mayúsculas. Como Paul McCartney, como Jim Webb, como Burt Bacharach, como Stevie Wonder. Como George Gershwin. Paddy MacAloon, encerrado en su dormitorio, escribe. Docenas y docenas de canciones. No importa que no se graben. O que se graben y no se editen. O que se editen varios años después de ser escritas y grabadas. Atrapado en la selva de las palabras y la melodía, Paddy MacAloon sueña.
(1988. Rock de Lux, nº43)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cézanne, Paul» open=»no»][…] Testarudo del Arte, empeñado y lo mantengo, en desarrollar una personalidad similar a la que demostraron los griegos y los grandes de siempre.
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)
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Trabajar sin preocuparse de nadie, y fortalecerse, ésta es la finalidad del artista, lo demás ni siquiera merece que lo cubran de mierda.
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)
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Siente la Naturaleza, organiza tus percepciones, exprésate profundamente y con orden, es decir, clásicamente.
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)
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He pasado mucho tiempo buscando: sí, y aún busco; ¡en estas estoy a mis años!
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)
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El que haya visto más a fondo y materialice plenamente, como los grandes venecianos, ese será el más fuerte.
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)
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En suma, que hay el saber hacer y el hacer saber. Cuando sabemos hacer, no necesitamos hacer saber. Todos lo ven.
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)
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Es grotesco figurarse que crecemos como un hongo, cuando detrás nuestro se alinean todas las generaciones. ¿Por qué no aprovechar toda esta labor, por qué desdeñar una aportación tan formidable?
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)
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[…] Esforzarse en producir cuadros que sean una enseñanza. Las tertulias sobre arte son casi una inutilidad. El trabajo, que consigue un progreso en el propio oficio, resarce sobradamente de la incomprensión de los imbéciles.
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)
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Si el artista llega a la posesión de sí mismo y a la perfección de su arte, no será por paciencia, sino por amor, que es lo que confiere visión y afán de profundizar.
(1988. Sobre Cézanne, M. Doran, G. G. Editor)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Champion, Jane» open=»no»]El éxito no es lo que alimenta a un artista. Es el trabajo lo que me alimenta.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Chillida, Eduardo» open=»no»]“Un no sé qué que quedan balbuciendo…” Cuando lo dice San Juan de la Cruz está explicando muchas más cosas que todos los científicos. Ése será siempre el tema de base de todos los hombres que ha habido y que hay y que habrá; no se va a llegar nunca al final de eso, quedará siempre ese balbuceo del que los grandes poetas de la humanidad han andado más cerca. Son los que han ido más lejos, porque van ligeros de equipaje; no necesitan nada; los arquitectos necesitan grandes cosas, nosotros necesitamos hierro, piedra, pero los poetas no necesitan más que una pluma, y ni siquiera”.
(El País, 11-1-1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Chirbes, Rafael» open=»no»]Lo que mejor soporta el paso del tiempo es la mentira. Te acoges a ella y la sostienes sin que se deteriore. En cambio, la verdad es inestable, se corrompe, se diluye, resbala, huye. La mentira es como el agua, incolora e insípida, el paladar no la percibe, pero nos refresca.
(En la otra orilla 2013)
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En cualquier caso, le queda juventud, tiempo por delante. Yo se lo cambaría de buena gana. A ciegas. Su futuro por el mío. Trato hecho.
(En la otra orilla 2013)
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Nada de eso tiene que importarme, reposo, certeza.
(En la otra orilla 2013)
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Lo importante no es cómo has venido o cómo te vayas a ir, sino cómo estás; si tienes que pensar o no en lo necesario, o te llega con naturalidad, si las cosas te vienen a las manos o se te escapan entre los dedos, o, peor aún, si no las alcanzas. Si tu vida es pelear para alcanzar lo que sabes que no puedes tener. Ése el veneno. Te persigue lo que no alcanzas. No se trata del principio y el final de la obra teatro, se-alza-el-telón-cae-el telón, sino de la obra misma, su desarrollo, eso es lo que importa: eso es la vida […].
(En la otra orilla 2013)
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Qué endivia me dan esos escritores que lo tienen todo tan claro. Yo nada. Sigo creyendo que me salen las cosas por puñetera causalidad y nunca sé si voy a volver a escribir otro. Soy un escritor amateur, sigo siéndolo.
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De repente oigo voces, me llegan flashes, y escribo un diálogo, y lo dejo ahí, luego escribo un esbozo como de cuento, hasta que veo que esas cosas se van relacionándose, y voy uniéndolas. Luego llega la etapa de las dudas, porque como todo lo hago a trozos, mezclando, como un rompecabezas…
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[…] Estoy en mi casa, solo, dueño de mis palabras y de mis silencios.
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¿Te das cuenta de lo mal que envejecen los libros literarios y qué bien se sostienen los libros que tienen voracidad por el exterior? La literatura sale cuando no la pretendes, si la pretendes, en lugar de un adorno sale una grieta. Pero si capturas eso que no existe, que es la verdad, resiste.
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De eso trata mi libro. Porque, dime, ¿trata sobre corrupción? No. ¿Sobre el suicidio? No. ¿De sexo? Tampoco. Al final, insistirán: ‘pero estaban enamorados, o no’? Pues yo qué sé, contestaré. Si lo supiera, lo hubiera dicho. La literatura trata de la complejidad de la vida.
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Escribo de lo que veo. En cada libro empiezas de cero: lo que fue un hallazgo en el siguiente es un lastre.
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No me gusta tratar al lector como a un gato al que se le pasa la mano a favor del pelo. Hay que pasársela a la contra, para que se levante. ¿Contra quién escribo? Contra mí mismo.
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El escritor tiene que ser pulga y libre para que no te atrapen. En cuanto te descuidas, te han trincado.
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Si no lo hubiese usado ya Lérmontov, el título de En la orilla podría haber sido Un héroe de nuestro tiempo. Un título de poco aspaviento; luego tú le buscas el simbolismo: en la orilla de Caronte, en la del pantano, en la de la vida, en la de la Historia.
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La vida es sucia, el placer y el dolor sudan, excretan, huelen; no hay hombre que no sea un malcosido saco de porquería.
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El músculo duerme, la ambición trabaja.
(En la orilla, 2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ciorán, E. M.» open=»no»]Si cada quien confesara su más secreto deseo, aquel inspira todos sus proyectos y todas sus acciones diría: “Quiero ser elogiado”. Nadie se decidirá a hacerlo, pues es menos deshonroso cometer una abominación que proclamar una debilidad tan lamentable y humillante, surgida de un sentimiento de soledad y de inseguridad padecido, con igual intensidad, tanto por los rechazados como por los afortunados. Nadie está seguro de lo que es ni de lo que hace. Por muy ciertos que estemos de nuestros méritos, estamos roídos por la inquietud y sólo pedimos, para sobrellevarla, ser engañados, recibir la aprobación de donde y de quien sea. El observador descubre un matiz suplicante en la mirada de todo aquel que ha terminado una empresa o una obra, o que se entrega simplemente a cualquier género de actividad.
(1993. La caída en el tiempo)
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¿Para qué añadir algo a lo que es o parece ser? La Historia, odisea inútil, no tiene excusa, como a veces nos tienta pensarlo hasta del arte, por imperiosa que sea la necesidad de la cual emana. Producir es accesorio; lo importante es conocer el fondo propio, ser uno mismo de manera total, sin rebajarse a ninguna forma de expresión. Haber construido catedrales demuestra el mismo error que haber librado grandes batallas.
(1984. Desgarradura)
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No se habita un país, se habita una lengua. Esa es la patria y no otra cosa.
(Quimera, nº 13-18)
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Lo ideal sería poder repetirse como… Bach.
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Le decía el otro día a un amigo que, aunque no crea ya en la escritura, yo no querría renunciar, que trabajar era una ilusión defendible y que después de haber garrapateado una página o solamente una frase, siempre tenía ganas de silbar.
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Las hazañas no son posibles más que en las épocas en las que la auto-ironía aún no ha hecho estragos.
(Quimera, nº13 al 18)
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Desgraciado el escritor que no cultiva su megalomanía, que la ve caer sin reaccionar. Pronto se darán cuenta de que no se llega a normal impunemente.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ciudad Jardín» open=»no»]Hay tanto que hacer,
y tanto que no hay que hacer…
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Clavé, Antoni» open=»no»]Trabajo como cuando empecé, pero con muchas más dudas que en los comienzos. Lo cierto es que uno nunca está seguro de nada, ni de lo que hacemos, ni de lo que pensamos… las dudas me acechan, profundamente. Considero genial el aforismo de Gustav Mahler que dice: “Un artista creador es como un arquero que tira sus flechas en la oscuridad, sin saber si darán en el blanco”. En gran medida, así es mi trabajo, todavía ahora.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cocteau, Jean» open=»no»]Es duro negar, sobre todo, las obras nobles. Pero toda afirmación profunda necesita una negación profunda.
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Lo que el público te reprocha, cultívalo; eso eres tú.
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Un joven no debe comprar valores seguros. Cien años después todo fraterniza. Pero antes es menester haberse batido duramente para ganar un puesto en el paraíso de los creadores.
(Historia de la literatura de vanguardia, G. de la Torre, vol. I, pág. 279)
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Un gran poeta es menos un inventor que un descubridor.
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El poeta recuerda el porvenir.
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Todas las cosas tienen su misterio y la poesía es el misterio que tienen todas las cosas.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Codina, Jordi» open=»no»]El próximo 11 de marzo, el compositor catalán Xavier Montsalvatge cumplirá ochenta años. Pero aún trabaja todos los días: compone música, escribe artículos y viaja con frecuencia. Acoge con una modesta sonrisa los muchos homenajes que recibe y que no han hecho más que empezar.
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La opinión que Xavier Montsalvatge tiene de su propio trabajo depende siempre del estado de su espíritu: “Si es de pesimismo, creo que no ha valido la pena trabajar tanto para haber conseguido tan poco; en momentos de optimismo, pienso que un tanto por ciento muy pequeño de mi catálogo de obras, que sobrepasa el centenar, justifica el haberme dedicado toda la vida a la música”.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Coetzee, J. M.» open=»no»]Cada verso de un buen poema suele tener detrás el peso de un sentimiento certero. El novelista puede aprender del poeta a concentrar y a intensificar el sentimiento y el pensamiento que pone en su prosa.
(El País, 9-11-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cohen, Leonard» open=»no»]Los tiempos siempre son malos para la poesía. Tiene mal nombre. Nadie quiere tener que ver con ella. Si te haces una tarjeta de presentación con tu nombre y debajo pones poeta, es seguro que no consigues una novia. Yo ya no leo poesía […].
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Para mí, mantener la salud ayuda suficientemente a mi espíritu. Tu alma y tu cuerpo se juntan.
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Yo hago tres o cuatro versiones de la canción en mi propio sintetizador y las grabo con diferente letra tres o cuatro veces; si se cae, me olvido de ella. La considero perdida.
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Yo nunca tengo la idea del conjunto de un disco, hago las canciones por separado. Con mis libros también sucede lo mismo. Hago los poemas uno a uno, y sólo después trato de descubrir cierta coherencia o relación entre ellos para darles luego el título. La idea general del trabajo se desarrolla bastante tarde. Usualmente terminas pensando que eres una especie de oso trepando a un árbol a por miel, con las abejas picándote, la nieve que cae sobre ti, y tú, sangrando.
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Creo en la perseverancia y en la transpiración, pero también en el estado de gracia y en la iluminación.
(El Mundo, 20-1-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cohen, Marcelo» open=»no»]Stevens, que desde siempre había coleccionado libros de sentencias, parábolas, enseñanzas folclóricas o epigramas, tenía la costumbre de copiar aforismos en sus cuadernos y escribir otros a modo de réplica o glosa. El género le divertía, era un buen ejercicio de condensación y los fragmentos podía emplearse en futuros collages. Con más frecuencia esos aforismos resumían un aspecto de su arte poética y eran mojones de un inacabable debate con la filosofía. Por todo esto el material –que no en vano Stevens se cuidó de reunir- es circular y reiterativo; y también por eso produce el desconcierto de las revelaciones.
(del prólogo a Adagia, de Wallace Stevens)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Coleridge» open=»no»]Las mejores palabras en el mejor orden.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Colinas, Antonio» open=»no»][…] Abriendo el libro al azar, por cualquier página. (Ello es también prueba de la grandeza y autenticidad de un autor. No todos pueden superar esta prueba).
(ABC literario, 27-3-1992)
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[…] El poeta no debe describir, ni divertir, ni testimoniar: debe revelar.
(El País, 26-6-1986)
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La palabra poética es invocación, ensalmo, amenaza, imprecación y plegaria, y eso no puede olvidarse.
(El País, 26-6-1986)
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Excesos que fracturan el orden interior y confunden las determinaciones posibles y espantan la escasa oportunidad del instante poético.
(El País, 26-6-1986)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Confucio» open=»no»]No preocupado por ser desconocido, sino por hacer algo digno de conocerse.
(Analecta)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Conrad, Joseph» open=»no»]Si cedo al impulso de constatarlo, no es por una tedencia a la megalomanía, sino, al contrario, por ser un hombre que no se hace grandes ilusiones de sí mismo. Tan sólo sigo los instintos de la vanagloria y la humildad innatos al ser humano, pues difícilmente podrá negarse que los hombres no se enorgullecen tanto de los méritos propios como de su prodigiosa suerte, de su maravillosa fortuna: de cuanto pueda haber en sus vidas por lo que dar gracias y ofrecer sacrificios en los altares de los dioses inescrutables.
(De Nota de autor, habla de Juventud, La Uña Rota)
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La ruta sería larga. Todas las rutas que conducen al objeto de nuestro deseo son largas. Pero yo podía seguir esta ruta, con todas sus dificultades y complicaciones. De todos modos era una cosa bastante sencilla. Se es marino o no se es. Y yo estaba seguro de serlo.
(1987. La línea de sombra)
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Se me ha comprendido todo lo bien que uno puede ser comprendido en este mundo nuestro, que parece componerse principalmente de enigmas.
(De Nota de autor, habla de El espejo del mar, La Uña Rota)
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El pensamiento es el gran enemigo de la perfección. El hábito de la reflexión profunda, me veo en la obligación de decirlo, es el más pernicioso de todos los hábitos creados por el hombre civilizado.
(De Nota de autor, habla de Victoria, La Uña Rota)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Coppini, German» open=»no»]Nuestro amor es la palabra,
y es de nosotros guardarla.
(1988. Maxisingle F-601924, Ariola)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cortázar, Julio» open=»no»]Si pongo muchas citas cuando escribo, no es porque sea pedante, sino porque me gusta tener juntos a todos mis amigos.
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¿Cómo dudar de que, cuando un poeta dice su palabra, la humanidad está tratando una vez más de inventarse, de fundarse, de ser auténticamente? […] Nada cambia en el fondo para ellos o para mí, creo que nos quedaremos siempre como del otro lado del libro, asomando a veces allí donde la poesía habita algún verso, alguna imagen.
(Del prólogo a Pameos y meopas)
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[…] Probablemente ya estará en otra cosa, perdiéndose en una nueva conjetura o en una nueva sospecha. Sus conquistas son como un sueño, las olvida al despertar…
(1989. El perseguidor)
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Lo que pasa es que se creen sabios. Se creen sabios porque han juntado un montón de libros y se los han comido. Me da risa, porque en realidad son buenos muchachos y viven convencidos de que lo que estudian y lo que hacen son cosas muy difíciles y profundas. En realidad las cosas verdaderamente difíciles son otras tan distintas, todo lo que la gente cree poder hacer a cada momento, mirar, por ejemplo, o comprender a un perro o a un gato. Esas son las dificultades, las grandes dificultades.
(1989. El perseguidor)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Costello, Elvis» open=»no»]Hay sonidos que me interesan en todas estas vertientes musicales. Los utilizo para crear piezas que me resultan novedosas. Quizás no son revolucionarias para la historia de la música, pero mi trabajo consiste en producir música que mantiene la atención de la gente y transmite un sentimiento emocional, una idea o un sonido nuevo.
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Pienso que la gente se esfuerza demasiado en lograr la gran proeza o el gesto inmortal. Todas mis ideas no son válidas ni perdurarán con el tiempo. Pero es más saludable mantener un ritmo constante de trabajo y dejar que ocasionalmente se materialice la verdadera inspiración. A veces escribes en función de un momento o una historia determinada que debe olvidarse poco después. Aprecio el carácter desechable del pop de la misma forma que veo la música clásica como eterna.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Coupland, Douglas» open=»no»]Servimos a un amo: la secuencia causa-efecto. Toda nuestra lógica depende de una expectiva y de su frustración. La vida está en la expectativa. El arte, en lo otro.
(El Cultural, 6-9-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Coutinho, Eduardo» open=»no»]Se ha tratado de cambiar el mundo sin conocerlo.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Crane, Hart» open=»no»]Si no logra absorber la máquina, o sea aclimatarla tan natural y espontáneamente como los árboles, el ganado, los galeones, los castillos y las demás cosas asociadas a la vida humana en el pasado, la poesía habrá fracasado en su función contemporánea.
(Historia de la literatura de vanguardia, G. de la Torre, vol. I)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Crespo, Ángel» open=»no»]Sentirse comprendido y estimado es una satisfacción que, de no convertirse en estúpido orgullo, ayuda a ser más consciente cada día de la responsabilidad y la dedicación que exige la poesía, que es, como ya he dicho en otra ocasión, la flor de la cultura.
(1989. Quimera, nº 51)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Crivillé, Alex» open=»no»]El gran secreto de los campeones es la rabia.
(Blanco y Negro, 28-5-1989)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cromwell» open=»no»]El que no sabe dónde va irá más lejos.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cruz, Juan» open=»no»]En realidad, el éxito es la muerte. Lo dice el filósofo Emilio Lledó acudiendo a la etimología latina de esa palabra, ni buena ni mala, neutra, que es “exitus”: una palabra vacía que al unirse a “vitae” significa eso: muerte.[…] El éxito no es nada, o más bien es la nada, dice Lledó. “Habría que cultivar, frente a la moral del éxito, la cultura de la pobreza, la que te permita, desde la austeridad y desde una relativa escasez, rodearte de amigos y no de amiguetes, amigoides o amigantes”.
(El País, 7-5-1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Cuixart, Modest» open=»no»]En la creación artística se produce una conciencia absoluta del presente, se trata de adivinarlo, de que el presente te adivine o mejor aún, de ambas cosas a la vez.
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Picasso adivinó su tiempo y a su vez éste lo adivino a él. Lo cierto es que la creación artística se produce por una conciencia absoluta del presente, se trata de adivinarlo, de que el presente te adivine a ti o mejor aún, de ambas cosas a la vez; la dificultad de la creación artística reside, a este respecto, en ser expresión de su tiempo.
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[…] Buscar la originalidad se convierte en un proceso acelerado de banalización, pues la capacidad de ser original es algo intrínseco al individuo y no una cualidad de fácil adquisición.
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Nunca me ha gustado mucho hablar de etapas en mi obra. Creo que la perspectiva que da el tiempo siempre acaba diluyendo los distintos modos de dicción de un artista, para mostrarnos finalmente que la obra, en el fondo, es siempre una y la misma.
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Por fortuna, aunque la historia del arte pese a nuestras espaldas como una placentera losa muy distinta de la piedra de Sísifo, todo está por decir, por explicar.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Darío, Rubén» open=»no»]Y la primera ley, creador: crear. Bufe el eunuco. Cuando una musa te dé un hijo, queden las otras ocho encinta.
(1989. Prólogo a Prosas profanas)
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No gusto de moldes nuevos ni viejos… Mi verso ha nacido siempre con su cuerpo y su alma […].
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Davies, Robertson» open=»no»]El Gran Teatro de la Vida: la entrada es gratis pero la contribución es mortal. Entren cuando puedan y salgan cuando deban y la función nunca termina.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Davis, Miles» open=»no»]Yo sé lo que quiero. La gente, en general, no lo sabe, y por eso está jodida. Es algo que me llama la atención: casi nadie lleva un camino.
(El País semanal)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Dean, Tacita» open=»no»]Escribo mientras trabajo, en un estado de desconocimiento. Descubro cuando escribo y, en cierto modo, escribo para descubrir. Pero soy una escritora no intelectual. Prefiero dejarme guiar por la intuición y la pasión por el lenguaje.
(El Cultural, 1-11-2013)
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La vida humana es finita. Siempre me produce una gran alegría saber que he captado algo de ellos antes de que se hayan ido. Sí, la tiza de mis pizarras se puede borrar, pero también es cierto que así es como se hacen los dibujos: dibujando y borrando y volviendo a dibujar. Es su naturaleza.
(El Cultural, 1-11-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Delibes, Miguel» open=»no»]Yo por oficio no he escrito nunca, nunca he escrito por obligación.
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Temo más a la fama que a una cabronada.
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Yo entiendo que otros escritores trabajan con los libros y que por la necesidad de consultarlos, llenen cualquier espacio. Pero en mi caso no tiene razón de ser. Y no soy un hombre de citar.
El País, 19-02-1989
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»DeLillo, Don» open=»no»]Pasar un tiempo en presencia de una gran mente, y sentir que nuestro corazón despierta de su letargo.
(Babelia, 1-9-2012)
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Mi escritura surge de una experiencia visual.
(Babelia, 1-9-2012)
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La fama requiere toda clase de excesos. Me refiero a la fama de verdad, a un neón que te devora, no a ese renombre sombrío de los estadistas en declive o de los reyes timoratos.
(La calle Great Jones)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»De Prada Poole, José Miguel» open=»no»]Antes hacer bien que quedar bien.
(El Cultural, 10-1-2014)
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Qué egolatría! Si tienes cabeza, mejor no dejar rastro.
(El Cultural, 10-1-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Dine, Jim» open=»no»]Es una trampa terrible el que los artistas intenten conseguir un estilo. Si uno tiene estilo ello significa, creo yo, que no tiene más que un camino a seguir. Pero si se es un artista, si todos los caminos están abiertos, el estilo no es sino un factor del que se tiene necesidad quizá de tarde en tarde. Es el artista quien de verdad da a luz su obra. Y si es fuerte, son sus ideas las que él intenta por todos los medios expresar. En este caso no hay por qué preocuparse del estilo en absoluto. Lo que hoy me interesa son los problemas y no las soluciones.
(El arte de nuestro tiempo)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Dinesen, Isak» open=»no»]Hay que escribir sin esperanza, pero sin desesperación.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Doncel, Diego» open=»no»]La poesía no tiene que refugiarse en un gueto. Tampoco debe ser amable, ni someterse a las modas. Es fácil adaptarse a una corriente, y muy difícil crear una voz nueva, un mundo distinto. El poeta debe tratar de escribir lo mejor posible, sin rebajar el nivel de pensamiento. Tenemos que buscar fuera del tiempo.
El País, 29 de junio de 1996
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Donelly, Tanya» open=»no»]Ahora la gente está sujeta a lo que podríamos denominar accidentes felices, porque se encuentra con que todas las obras maestras han sido hechas, con que todas las nuevas vías han sido descubiertas, con que todos los hallazgos arqueológicos ya han sido encontrados. Si no consigues que tu personalidad atraviese lo que haces, estás perdido. Encerrarse para fabricar una verdadera obra maestra es como intentar encontrar a Dios. Nunca vas a conseguirlo, y si crees que lo has logrado, te dirás: “y ahora, ¿qué?”.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Donne, John » open=»no»]Yo empiezo donde termino.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»D’Ors, Pablo » open=»no»]La novedad o la originalidad nunca pueden ser la norma: lo único normativo es la fidelidad a la propia visión.
(El Cultural, 15-2-2013)
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Los valores son la quintaesencia teórica del arte. Cuando degenera en mercancía, además, el arte sólo tiene de arte la apariencia.
(Biografía del silencio)
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A mirar se enseña recuperando la inocencia primordial, es decir, limpiándonos de prejuicios y precomprensiones. Persona madura no es la resabida, sino quien ha sabido mantener y renovar la inocencia.
(El Cultural, 15-2-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Dürrenmat, Friedrich» open=»no»]Escribir es una cuestión muy humana. Se puede escribir o no escribir, pero el motivo para escribir es escribir. Es algo que no sé por qué me planteo; ningún escultor se pregunta por qué esculpe, ningún pintor, por qué pinta.
(El País, 23-10-1986)
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El hombre es más complicado que el mayor de los soles. No ya el cerebro, una minúscula célula es más complicada que el sol. Éste es muy grande, pero muy simple. La célula está viva.
(El País, 23-10-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Dylan, Bob» open=»no»]yupi! soy un poeta
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Dylan, un judío de familia burguesa, criado en el frío y la montaña, era una esponja. Cuando se fue de su casa, casi imberbe y con la única compañía de de una guitarra de palo y una armónica, aprovechó su periplo errabundo para apalancarse en los sofás de casas ajenas y formarse por su cuenta. Pero elegía: deglutía las blibiotecas ajenas, de Rimbaud a Dylan Thomas, pasando por Von Klausewitz o Sun Tzu, lo que cayese. Machacaba, hasta memorizarlas, vetustas grabaciones del cancionero tradicional de discotecas de caseros y amigos. […] Pero su plan era mucho mayor: lo mezcló todo en las neuronas privilegiadas que bullían bajo sus rizos y creó un compuesto nuevo.
(ABC, 16-11-2013, Luis Ventoso en “El invierno de Dylan”)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Echevarría, Ignacio» open=»no»]“Te comprendo, ¿quién soy yo para criticarte?”, dice el bienpensante. Si pensara mejor todavía diría: “Te critico, ¿quién soy yo para comprenderte?”.
(El Cultural, 14-3-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Eliot, T.S.» open=»no»]Existen presiones de todas clases para escribir mal, hablar incoherentemente y pensar confusamente.
(Criticar al crítico)
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[…] Parece posible apenas que un poema pueda acontecerle a un joven.
(Poesías reunidas)
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Sé que un poema, o un pasaje de una poesía, puede tender a realizarse primero como un ritmo determinado antes de alcanzar expresión en palabras, y que ese ritmo puede dar a luz la idea y la imagen.
(1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Éluard, Paul» open=»no»]La poesía no es una especie de rito sagrado. Por el contrario debe a toda costa convertirse en corriente, en banal. Las mayores maravillas sucederán en el lenguaje ordinario.
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El poeta es mucho más
el que inspira que el inspirado.
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Yo sólo escribo sobre estas cosas cuando la circunstancia exterior coincide con la circunstancia interior.
(Babelia, 8-12-12)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Emerson» open=»no»]Un poema no tiene que ser largo. Cada palabra fue antiguamente un poema.
(1992. Aerolitos, C.E. de Ory)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Enciclopedia Salvat del Estudiante» open=»no»]Trabajador infatigable, Justiniano es apodado “el emperador que no duerme jamás”.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Espasa, María Teresa» open=»no»]La vida nos hiere a todos, pero el artista, el escritor, pega la piel sajada a la epidermis del mundo y establece con él un pacto de sangre. Y guarda esa sagrada unión, a pesar de las apariencias, de las publicaciones, en lo más recóndito de su ser, en su soledad sonora.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fahlström, Oyvind» open=»no»]Encaminaos […] por el camino de la impureza o de la multiplicidad de los niveles, más bien que por el recurso de la reducción […].[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Faulkner, William» open=»no»][…] Olvidar para siempre todo lo que no sean las viejas realidades y verdades del corazón, las viejas verdades ecuménicas -amor, honra, piedad, orgullo, compasión, sacrificio- sin cuya presencia […].
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[…] Esos problemas derivados del corazón humano en conflicto consigo mismo, que son los únicos de donde puede surgir una buena literatura, por ser de ellos de los únicos de que merece la pena escribir, con todas las angustias y sudores que el abordarlos supone.
(El País, 4-7-1992)
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El deber del poeta, del escritor, es escribir sobre estas cosas. Su privilegio consiste en la ayuda que puede prestar al hombre para que perdure, aupando su corazón y recordándole que son el valor, el honor, la esperanza, la dignidad, la compasión, la piedad. La voz del poeta no tiene por qué ser un simple testimonio del hombre, sino que puede constituir también uno de los puntales que le ayuden a sostenerse y a prevalecer.
(El País, 4-7-1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fellini, Federico» open=»no»]No soy coleccionista.
No conservo nada.
Me gustaría nacer todos los días.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fernández-Aceytuno, Mónica» open=»no»]La escritura es una predisposición, a escribir, del alma. La lluvia la reclama cuando cae, constante, sobre la tierra: escribe, escribe, escribe; igual que hace con las manzanas que flotan, rojas y amarillas, en los charcos, como en el barril de una feria, dándoles una orden parecida: germina, germina, germina.
(ABC, 26-10-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fernández Mallo, Agustín» open=»no»]No hay que olvidar que el mayor acto de respeto con el lector es ignorarlo, escribir como si no existiera, porque no puedes hacer algo bueno si piensas en agradar o en quién le va a gustar lo que tú haces. Escribes para ti mismo, para investigar la realidad bajo tu poética, y después el tiempo dirá.
(El Cultural, 24-01-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fernández-Santos, Ángel» open=»no»]El espíritu del vanguardismo no madura espontáneamente, ni se improvisa aunque parezca fácil hacerlo, pues el juego de arbitrariedades es, en el verdadero vanguardismo, tan sólo aparente y bajo él debe percibirse el rigor e incluso hasta cierta precisión matemática. De lo contrario no funciona.
(El País, 22-7-1989)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ferrero, Jesús» open=»no»]Los escritores harían bien en tomar conciencia de su situación, desde el más crudo empirismo, desde la más dura realidad, y cambiar de oficio con dignidad y con buen criterio.
(El País, 23-11-2013)
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Los libros dejaron de verse, y los libreros. La gente lo agradeció y no hubo nostalgia social de ningún tipo. Por alguna razón, se había modificado el pasado, y era como si los libros nunca hubiesen existido o se hubiese desvanecido toda su materia.
(El País, 23-11-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ferlosio, Rafael» open=»no»]El orden y la armonía de este mundo son invivibles para el artista, su ojo es un proyectil dirigido por la voluntad, y la voluntad del artista habita en un cuerpo negro; cuando el caso es sin remedio, en un agujero negro.
(Babelia, 23-05-1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fitzgerald, Francis Scott» open=»no»]Toda buena escritura es nadar bajo el agua y contener la respiración.
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Lo que has sentido y pensado, hija, inventará un nuevo estilo por sí solo, de manera que cuando la gente habla de estilo lo hace con un poco de sorpresa por la novedad, creyendo que es solo estilo a lo que se refieren, cuando en realidad están hablando del intento por expresar una nueva idea con la fuerza tal que tendrá la originalidad del pensamiento. Es un negocio terriblemente solitario…[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Flaubert, Gustave» open=»no»]Todo lo que se puede medir pasa, todo lo que se puede contar tiene un término. De hecho, no existe más infinito que el cielo, a causa de sus estrellas; y el mar, por sus gotas de agua; y el corazón, por sus lágrimas. Sólo por eso es grande. Todo lo demás es pequeño.
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¡Oh, si yo escribiese como sé que debe escribirse, qué bien que escribiría!
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¡Cuántas veces, preocupado por lo que tenía a la vista, me he precipitado a intercalarlo de inmediato en una obra, dándome cuenta al fin de que había que quitarlo! El color, como los alimentos, debe ser digerido y mezclado con la sangre del pensamiento.
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Mi imaginación se apaga ya, mi inspiración baja, mis frases me aburren y si conservo las que he escrito lo hago por la misma razón que me gusta rodearme de recuerdos, de igual modo que no vendo mis trajes viejos.
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Sí, trabaja, enamórate del arte. De todas las mentiras existentes, quizá sea ésta la menos embustera. Trata de enamorarte de él con un amor exclusivo, ardiente, fiel. No te fallará. Sólo la Idea es eterna y necesaria. Ya no hay artistas como los de antaño, de aquellos cuya vida y alma era el instrumento ciego del apetito de belleza, órganos de Dios mediante los cuales se probaba a sí mismo su existencia. Para ésos, el mundo no importaba. Nadie supo nada de sus dolores. Se acostaban tristes todas las noches y contemplaban la vida humana con una mirada de asombro, igual que nosotros contemplamos los hormigueros.
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No soy un ruiseñor sino una curruca de agrio chillido que se esconde en lo más recóndito del bosque para no ser oída si no es por ella misma.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Forkel, J. N.» open=»no»]Su modestia de artista era difícil de igualar. Ni la gran superioridad que le distinguía entre sus camaradas y de la cual tenía perfecta conciencia, ni los testimonios de admiración y de respeto que cotidianamente le procuraban sus talentos lograron hacer de él un fatuo y un arrogante. A veces se le preguntaba por qué caminos había conseguido llegar a ser tan gran maestro, a lo cual solía responder: “Me he visto obligado a trabajar y cualquiera que trabaje tanto como yo logrará otro tanto”.
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[…] Tachaba sin piedad, sin preocuparse mucho ni poco de la cantidad y calidad de personas que poseían la pieza en cuestión y que la habían aprobado. […] Bach, sin afectarse por estas apreciaciones, de una exactitud discutible, continuaba retocando sus obras siempre que lo juzgaba conveniente.
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Tenía siempre delante de sí (Bach) un ideal de perfección que se esforzaba por alcanzar. Ponía toda su alma en su trabajo, sin sacrificar nunca a la moda, y hacía poco caso de los sufragios de la multitud.¿Por qué razón habría de dar menos de lo que poseía o podía dar?[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Forster, E.M.» open=»no»]¿Cómo voy a saber lo que pienso hasta no ver lo que digo?
(Quimera, nº 88)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Foucault, Michel» open=»no»]Decir por primera vez aquello que sin embargo había sido ya dicho. […] Lo nuevo no está en lo que se dice, sino en el acontecimiento de su retorno.
(El orden del discurso)
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Quiero hacer un diagnóstico, y mi trabajo consiste en sacar a la luz, mediante la incisión misma de la escritura, algo que sea la verdad de lo que está muerto.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fripp, Robert» open=»no»]En esta fase particular de mi proceso creativo no es el momento adecuado para hablar con palabras. Es la hora de inhalar, es decir, de permanecer callado, escuchando y pensando en la música.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fuchs, Rudi» open=»no»]Un aspecto de Sol Lewit que me impresiona en particular es la obstinación con que se ha aferrado a sus principios a lo largo de los años, mientras que, al mismo tiempo, lograba crecer a un nivel prolífico.
Esta convicción interna es moralmente ejemplar, la convicción de que el arte no es un divertimiento ni una incursión frívola hacia miles de posibilidades. Para el verdadero artista sólo hay una posibilidad, que él ha visto y debe defender como revelación personal.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Fuentes, Carlos» open=»no»]Aprendí muy pronto a no tenerle miedo a la imitación, a la contaminación. Aprendí muy pronto a no tenerle miedo a la originalidad, esta idea terrible del mundo moderno europeo, que nos mutila de tantísimas tradiciones, de tantas riquezas, porque a partir del Humanismo, del Renacimiento hay que ser original… y no somos originales, somos el resultado de muchos ríos.
(ABC, 20-5-1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gabo, Naum/ Pevsner, Antoine» open=»no»]Quien hoy se ocupe del mañana se ocupa en no hacer nada. Y quien mañana no nos dé nada de lo que haya hecho hoy no es de ninguna utilidad para el futuro.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gades, Antonio» open=»no»]Yo no quiero ser el más rico del cementerio. Necesito, cada cierto tiempo, recargarme, tener nuevas experiencias, oír otras músicas, y para esto no puedo estar en constante movimiento, metido en trenes.
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[…] El baile debe llevarse muy dentro. […] Sobre todo por agradecimiento. Pero en el fondo, el baile, como todo en la vida, exige voluntad y tener vergüenza para saber que, si te dedicas a él, lo tienes que estudiar profundamente, y volcarte en él y hacerlo lo mejor que puedas. Yo tuve la suerte de tener un buen oído y un físico aceptable, y a partir de esto todo ha sido trabajo, mucho trabajo. La gente dice que soy un artista. Esa palabra ni la conozco ni la quiero conocer. Lo que sí conozco es mi trabajo. Y a lo mejor entre éste y el público que lo recibe hay un espacio vacío que es el arte; no lo sé, ni sé si se llena cuando bailo.
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He estado a punto de crisis que me llevaban al psiquiatra, casi al suicidio. Venía al estudio y me ponía a llorar aquí mismo. Este estudio me parece que tiene un 80% de sudor y un 20% de mis lágrimas.
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[…] He estado viendo, mirando, absorbiendo. […] Hay que ver y oír mucho. […] Hay que ver y oír mucho. Es fundamental para aprender y crecer.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gala, Antonio» open=»no»]La poesía no es comunicación: es conocimiento.
El País, 21-05-1994
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La poesía es una especie de vómito bienoliente.
(La Esfera, 5 de abril de 1997)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gallego, Vicente» open=»no»]El arte no es una excrecencia, más o menos vistosa, que el artista añada a la realidad; si ha de ser lo que es, debe formar parte de la naturaleza íntrinseca de la realidad desde ese plano en que la realidad se manifiesta más allá de todo intermediario. Ser artista, pues, será una de las más gratas y cumplidas maneras de no ser nadie.
(Vivir el cuerpo de la realidad, 2014, p. 138)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gamboa, Jeremías» open=»no»]Escritor es quien intenta suplantar a Dios; un deicida.
(El País, 7-12-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»García Baena, Pablo» open=»no»]Siento algo de pronto -en la casa o en mi casa-, pienso un verso completo que ya no voy a mover, porque es la semilla, el germen del poema que vendrá, y a raíz de eso escribo.
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[…] Lo que tenemos representar en el poema es lo sencillo dicho de manera deslumbrante.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»García Márquez, Gabriel» open=»no»][…] Yo nunca me he perdido. No es que yo haya perdido la perspectiva, es que ganado la perspectiva: he logrado un punto externo de mí mismo, que también es muy importante.
(El País, 16-11-1991)
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[…] Tratar de ser el mejor escritor del mundo, porque si tú tratas de ser uno más, el segundo, el tercero o el cuarto, pues te quedas en el segundo o en el décimo.
(Babelia, 16-11-1991)
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Mantener ese equilibro entre la razón y el inconsciente es una cosa sumamente importante. Y otra cosa importante es el rigor como un riesgo: el perfeccionismo es la peor desgracia que me pudo haber ocurrido. Es un sufrimiento constante, una pasión milimétrica: todavía falta esto, todavía no he llegado. Terrible.
(Babelia, 16-11-1991)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»García Ortega, Adolfo» open=»no»][…] La poesía responde siempre a lo esencial y el poeta no es siempre poeta, e más, puede que sólo lo sea una vez en la vida.
(El País, 3-7-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Garmendia, Salvador» open=»no»]Escribir bien es fácil, lo díficil es escribir mal.
(El Cultural, 07-02-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gauguin, Paul» open=»no»]Quien escribe poemas a los veinte años demuestra tener veinte años; quien los escribe a los cuarenta demuestra ser poeta.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gaya, Ramón» open=»no»]En el creador, tan pequeña es la vanidad como grande el orgullo. La vanidad es inútil, pero el orgullo es noble, necesario, el orgullo de trabajar con sinceridad, de estar cumpliendo con algo de buena fe, de ser decente.
(El País, 26-11-1994, pág. 30)
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En mi época, los creadores vivían sobre todo su obra y poco la vida; hoy, parece que los artistas han renunciado a su obra para llevar vida de ejecutivos.
(El País, 26-11-1994, pág. 30)
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La estética es posterior a la ética.
(El País, 26-11-1994, pág. 30)
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Para llevar a cabo una obra de creación no se necesita, propiamente, soledad; la soledad es indispensable para conseguir el “paso armónico” de la vida ordinaria al espacio de la creación; es para ese paso, para ese tránsito difícil, para lo que necesitamos estar solos; después, la obra misma, la creación misma puede muy bien realizarse, ella y nosotros, rodeados de gente por todas partes.
(El País, 13-8-1994, recogida por Andrés Trapiello)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gelman, Juan » open=»no»]Siempre hay una insatisfacción. Es muy difícil pescar a la señora esta de la poesía. ¿Por qué insistir? Para tratar de ver si finalmente puedo. Hay gente que se cansa en el camino, yo todavía no.
(Babelia, 8-12-2012)
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En realidad se escribe sobre pocos temas, pero a medida que pasa el tiempo, a medida que se vive más, se lee más, se aprende más, cada uno de esos temas se ve desde ese punto diferente. Y ese punto nuevo exige su propia expresión, que no puede ser ninguna de las anteriores. La insatisfacción nace de ahí.
(Babelia, 8-12-2012)
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En poesía la voluntad sirve menos todavía que la mandíbula. Mire, yo no quiero fingir una ingenuidad que no tengo, pero tampoco quiero fingir que sé lo que no sé.
(Babelia, 8-12-2012)
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La poesía, el arte, todo aquello que enriquece al ser humano es una forma de resistencia. Con la poesía no vas a poder comer ni vas a hacer la revolución, pero enriquece interiormente a aquel que alguna vez se le acerca. El hecho es que en Internet aparecen una cantidad de poetas a los que nunca antes se podía acceder. En todas las lenguas, grandes, poetas…y muchos espontáneos.
(Babelia, 8-12-2012)
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Las palabras son como el aire, son de todo el mundo. El problema no es la palabra sino el tono, el conjunto del que forma parte, a dónde va esa palabra, en compañía de quién.
(Babelia, 8-12-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gide, André» open=»no»]Los que tienen miedo a las influencias, los que se hurtan a ellas, confiesan tácitamente la pobreza de su alma. Nada debe llevar dentro digno de ser descubierto, puesto que se niegan a dar la mano a nada de lo que podría llevarles a descubrirlo.
(Historia de la literatura de vanguardia, G. de Torre, I, pág. 42)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gil, Daniel» open=»no»]Siempre he creído estar muy alerta y a la vez muy insatisfecho de mi trabajo. Tal vez mi única virtud haya sido ser muy autocrítico y muy perfeccionista. Yo nunca he sentido esa satisfacción del artista de contemplarse.
(El País ARTES, 4-11-1989)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gil de Biedma, Jaime» open=»no»]Para un joven, escribir poemas se convierte en un acto de higiene emocional, de creación de un equilibrio que en sí mismo no tiene. En cuanto a lo de escribir cuando se es viejo, es cierto, pero es mucho más difícil y hay que ser un gran poeta para poderlo hacer. Primero porque llega un momento en que una de las acechanzas que se ciernen continuamente en torno a ti mientras preparas un poema es decirse “¡A qué otro poema!, ¿para qué?”. “¿Es absolutamente necesario que lo escriba?”. Cuando uno es joven tiene la convicción de que es necesario, quizá por eso que he dicho antes; cuando uno es viejo ha dejado muy atrás la edad de las emociones y está más bien en la edad de los humores, de los malos humores. Además, cuando se es viejo, incluso se deja de sentir nostalgia, y entonces ocurre que los impulsos que te pueden llevar a escribir son de un orden tan devastador que hace falta ser un gran poeta para poder con ellos; son la rabia impotente de envejecer, el miedo a la muerte tuya, no a una abstracción dócilmente simbólica, la conciencia del fracaso de tu vida… Son asuntos mucho más difíciles de tratar poéticamente de una manera tolerable.
(Revista Ajoblanco, nº 5, 1988)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gil de Biedma, Jaime» open=»no»][…] Para ser poeta es necesaria -y la carencia de eso es algo que para mí es muy notable en casi todos los poetas que escriben a partir de los cuarenta y tantos, 50 años, los poetas mayores, los poetas viejos- una sensualidad verbal, un dejarte llevar por las palabras que de joven, quizá es excesivo, te dejas llevar demasiado, pero de mayor es demasiado exiguo. Las palabras tienen que fascinarte, tienes que tener una sensualidad verbal que te empuje.
(El País, LIBROS, pág. 2, 14-1-1990)
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Escribo para haber escrito.
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[…] Lo que ocurre cuando se escribe un poema es que uno está mucho más atento a lo que está haciendo que a lo que está diciendo; es más una cuestión de hacer que de decir. Uno quiere hablar de algo pero no aspira a decir nada en particular, sino que lo que pretende es producir un cierto efecto hablando de ese algo. Para ello es necesaria una mediación que consiste en inventar lo que el poema dice.
(Revista Ajoblanco, nº 5, 1988)
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Lo primero de un poema es estar bien hecho; lo segundo, ser divertido. Lo que me gustaría, claro, es que me sorprendiera.
(El País, 10-7-1986)
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La poesía de la experiencia no consiste en escribir acerca de lo que a uno le ha ocurrido, entre otras cosas porque a nadie le ocurre un poema. Un poema es un ente que pertenece a un orden de realidad estético que no es el orden de la vida. Por tanto, a nadie le ocurre un poema, y nadie puede escribir de lo que le ha ocurrido.
(El País, 10-7-1986)
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Los jóvenes son los que importa que se lean entre ellos. La lectura apasionada que los jóvenes hacen entre sí es muy importante para todos ellos, porque les ayuda a desarrollar su poesía y seguir adelante con ella. Y probablemente les es más útil que la de ningún crítico que publica una nota sobre su libro.
(El País, 10-7-1986)
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Por lo general, el deseo de publicar viene de la creencia equivocada de que uno, si publica un libro, tendrá una figura social de poeta. Pero no es así. El deseo de publicar, no obstante es muy respetable. Luego, en la vida, uno siempre piensa que ha publicado demasiado pronto. Más tarde, uno se dice:
¿Por qué no esperaría más”.
(El País, 10-7-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gimferrer, Pere» open=»no»]Es difícil ser escritor, es terriblemente fácil dejar de serlo. El fracaso deteriora; el éxito mina y corroe. Quién no sea reconocido como escritor, puede acabar no siéndolo; quien es reconocido, puede dejar de ser escritor para convertirse en otra cosa: en una gran personalidad.
(El País Libros, 1-5-1986)
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Quién se mueve sólo por amor propio, por necesidad, por el ejemplo de otros y por la falta de instrucción no se mueve por lo único que en verdad cuenta, esto es, por una real vocación de escritor.
Si hay vocación surge, por lo común, en la adolescencia; pero lo que, tumultuoso, ese estallido inicial nos dicta no es propiamente literatura.
(El País Libros, 1-5-1986)
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Al escritor le fascinan las imágenes y palabras, y dejará de serlo si, pasado el tiempo, dejan de embriagarle como cuando era un muchacho.
(El País Libros, 1-5-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Glass, Philip» open=»no»]El primer problema para un compositor es encontrar su propia expresión, y el segundo: librarse de ella.
(Metrópolis, 1988)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Godard, Jean Luc» open=»no»]Existe la cultura, que corresponde a la regla, y la excepción, que pertenece al arte. Todo el mundo habla en nombre de la regla: ordenadores, camisetas, televisión. Nadie dice la excepción. No se dice. Se escribe -Flaubert, Dostoievski-, se compone -Gershwin, Mozart-, se pinta -Cézanne, Vemeer-, se filma -Antonioni,Vigo.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Goethe» open=»no»]Limitarse es
extenderse.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Golding, William» open=»no»]La diferencia entre un escritor y uno que no lo es consiste en que el auténtico sigue escribiendo pase lo que pase, hasta morir sobre su escritorio, si hace falta. Nunca abandona. Y sé muy bien de qué estoy hablando.
(El País, 25-9-1988)
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Nada se pasa tan deprisa de moda como lo que se escribe a la moda.
(El País, 25-9-1988)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Goma Lanzón, Javier» open=»no»]¿Es superior Tolstoi a Goethe, éste a Shakespeare, éste a su vez a Dante, Virgilio y Homero? La obra de uno de ellos no anula la validez de la anterior ni la reemplaza. El espíritu artístico no progresa -como lo hace el relevo que se traspasan de mano en mano los atletas- sino que deviene, y sus obras maestras, aun las más antiguas, disfrutan de una actualidad simultánea.
(Babelia, 21-1-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gombrich, Ernst. H.» open=»no»]
El impulso de diferenciarse puede no ser el mayor y más profundo elemento en las dotes de un artista, pero raramente suele faltar.
(1992. Historia del arte)
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El artista es su mejor crítico. Si dialoga con su obra es un artista, si dialoga con su público es probablemente un impostor.
(ABC literario, 7-8-1993)
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Lo que menos importa es si un artista es de un país o de otro, se trata de logros de la humanidad en conjunto.
(El País, 21-6-1997)
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Uno necesita probar muchas clases de té antes de saber apreciarlo.
(El País, 21-6-1997)
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El arte se ha convertido en un valor de Bolsa. La búsqueda de novedades es muy difícil.
(El País, 21-6-1997)
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El arte nació como un puente de unión entre los seres humanos y lo inexplicable.
(El País, 21-6-1997)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gómez, Julio» open=»no»]Dura ley del arte es que hayamos de producir los artistas mediocres centenares de obras efímeras para que los eminentes lleguen a dar vida a las que la obtienen perdurable.
(1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»González, Ángel» open=»no»]Yo sólo escribo poesía en esos momentos en que no estoy de acuerdo con el mundo y el mundo no está de acuerdo conmigo, en el desajuste entre mis deseos y la realidad.
(El País, 28-8-1986)
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[…] Aquellos tres años de inactividad fueron para mí el primer impulso para escribir. Había que llenar el tiempo de inmovilidad forzosa de alguna manera, y lo llenaba con la lectura y con la escritura. Sin ánimo de publicar. No tenía ningún interés, ninguna ilusión por convertirme algún día en un poeta. Escribía para llenar las horas.
(El País, 28-8-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gordimer, Nadine» open=»no»]Sigo trabajando pero no hablo de lo que estoy haciendo. Creo que la gente que lo hace comete una gran equivocación.
(El Cultural, 8 al 14-11-2013. Entrevista con Juan Sardá)
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Es inevitable y tienes que aprender a llevarlo. La salud es peor y te cansas antes. Pero maduras en tu trabajo y en tus relaciones personales. Tienes que seguir con tu propio camino. Sigo siendo la misma persona pero gracias a Dios he cambiado. Ahora entiendo mejor las cosas. Cometí muchos errores de los que me arrepentí y luego supe perdonarme; he tenido grandes alegrías y placeres, una relación maravillosa con mi segundo marido, he sido muy afortunada y muy feliz. Y he tenido la suerte de ganarme la vida haciendo lo único que creo que sé hacer.
(El Cultural, 8 a14-11-2013. Entrevista con Juan Sardá)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gordon, Adam» open=»no»][…] La poesía, cuya inutilidad tal vez sea un “no” pronunciado frente a lo “real”.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Gould, Glenn» open=»no»]“Hay que dar al arte, la posibilidad de su propia desaparición”, porque el arte no es inocente y “puede ser, incluso, potencialmente destructor”. “En el mejor de los mundos posibles, el arte sería superfluo. […] La vida se habría convertido en arte”.
(El País, 26-6-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Granet, Marcel» open=»no»]El saber consiste en formar colecciones de singularidades evocadoras.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Graves, Robert» open=»no»]Yo he querido llegar al final de mis días sin que los premios y los laureles me impidan ser poeta.
(1990. Interviú, agosto)
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La quintaesencia de la poesía consiste en viajar siempre con velocidad angélica al pasado y al futuro.
(Interviú, 13-8-1990)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Green, Julien» open=»no»]Mientras me dejen en paz, seguiré. Sin querer compararme a él, Tiziano pintó cuadros magníficos con 90 años. […] Hay muchos artistas cuya producción fue muy tardía: Victor Hugo, Tolstoi, Picasso…[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Guelbenzu, José María» open=»no»]El riesgo tiene que ver con la ambición. Yo la tengo toda. No quiero tocar con los dedos, sino coger con la mano el corazón de la literatura.
(El País, 21-11-1987)
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Terrible y hermosa es la suerte de los olvidados cuando la luz del tiempo vuelve a posarse sobre ellos.
(El País, 29-1-1994)
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Soy de los que creen que la inspiración se consigue trabajando; es un estado de gracia que uno convoca mediante ritos.
(El País, 21-11-1987)
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Ser escritor se puede volver una carrera.
(El País, 21/11/1987)
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Quiero crear, no perpetuarme.
(El País, 21/11/1987)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Handke, Peter» open=»no»]El escritor sólo sabe que cuando se sienta frente al lenguaje puede manejar bien su sentir, y cuando lo maneja bien, es decir, cuando es fiel al sentimiento, entonces surge, por sí solo, el lenguaje. Un escritor nunca es un artista del idioma. Eso carece de todo interés. Un buen escritor sí lo maneja, pero eso no tiene nada que ver con el arte. El arte es una investigación, una exploración de lo olvidado, no de lo desconocido, sino de lo que siempre se supo, pero que ha sido olvidado.
(El País, 16-11-1991)
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La literatura tiene mucho que ver con futilidades, ese es uno de sus secretos. A un buen escritor, pienso yo, se le reconoce en que cada frase está trabajada, da en la diana, como se dice. Pero a un buen escritor le falta mucho para ser un gran escritor. Lo propio de un gran escritor es que tiene muchas frases que no son buenas, que no son extrabuenas, que no dan en la diana, que no son precisas. El problema del buen escritor es que sus frases son demasiado buenas. La mayor parte de la literatura es simplemente brillante y bien hecha, buenas frases, bien escritas, virtuosismo. Eso es lo contrario de lo que debe ser la literatura. La gran literatura ha de tener muchas frases fútiles. Y eso es muy, muy difícil de lograr.
(El País, 16-11-1991)
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Al escribir yo sólo quiero cumplir conmigo mismo. Quiero poner en un libro algo sobre lo que no tengo más que un par de imágenes aisladas y separadas, pero que llevo marcadas muy dentro de mí como sombras. Quisiera el todo, hasta en un texto muy pequeño.
(El País, 16-11-1991)
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Se hace un bien al no escribir muchas cosas, al no hablar de lo que no se puede hablar, aplicando libremente a Wittgenstein. El no hacer algo es también un bien.
(El País, 16-11-1991)
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¡Sal del lenguaje! Sólo así podrás regresar a la literatura.
(ABC Literario, 29-5-1993, citada por Víctor García de la Concha)
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[…] No veo que un escritor sea propiamente un artesano. Lo es en lo que no hace, en lo que evita; ahí se nota su artesanía. En lo que hace se le nota que probablemente es un loco, una figura al margen o marginal.
(El País LIBROS, 16-11-1991)
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Lo que me ocurre es que tengo mayores vivencias con las cosas pequeñas que con las grandes. Ante lo pequeño me brota el lenguaje. No hago de esto un dogma, pero normalmente es así. Esas asas empiezan a emitir señales, de la misma forma que una piedrecita lanzada al agua va formando círculos cada vez más grandes. Así es mi naturaleza, aunque en ella hay también de pronto saltos a lo general […].
(El País, 16-11-1991)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Hardwick» open=»no»]A medida que he ido envejeciendo me veo como afortunada por muchas razones. Es una suerte haber tenido toda mi vida esta pasión por el estudio y el disfrute de la literatura y por intentar añadirle algo lo más interesantemente que pueda. Esta pasión me ha proporcionado mucha alegría, amigos a quienes interesan las mismas cosas, trabajo, escape del aburrimiento, todo. La pasión por la lectura es el gran regalo. Es barato, consuela, distrae, excita, te da conocimiento del mundo y amplia experiencia. Es una iluminación moral.
(El País, 30-10-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Haring, Keith» open=»no»]Cuando no tienen suficientes anuncios ponen un papel negro para cancelar los anuncios, y yo siempre llevaba una tiza blanca; así comencé a hacer estos dibujos. Como estaban en el metro, miles de personas los veían, y además los hice durante cinco años. Nueva York es el centro de atención del resto del mundo, y los dibujos, y sus fotos, llegaron a todas partes a través de las revistas y la televisión. Así entré en la mente cultural…
(Metrópolis, 1990)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Hausman» open=»no»]Hablo para descubrir lo que pienso, ¿usted no?[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Heaney, Seamus» open=»no»][…] Aquellos que uno respeta más son aquellos que eluden la atención excesiva. Los amigos son muy importantes para mantener un sentido de las proporciones, y, como digo, la primera acústica es muy importante.
(Babelia, 19-12-1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Hemingway, Ernest» open=»no»]Empezaba por emplear todos los trucos. Luego lo descomponía todo y construía la obra de verdad. Era un infierno…
(El Cultural -Nuria Azancot-, 15-2-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Herrero, Yuri» open=»no»]No creo en la página en blanco. No creo en el bloqueo del escritor. No creo en la angustia a la hora de escribir. No creo en la experimentación por la experimentación. Creo en la concentración, la dedicación y el trabajo constante. Creo en la lectura y en la cultura. Creo en la intuición del autor. Creo en las palabras, son mi dios, mi reino a conquistar.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Hierro, José» open=»no»]Me pasa con mi poesía lo que a muchos con su fotografía. Hay gente que en los retratos no se encuentran favorecidos porque se creen mejores, pues bien yo también estoy convencido de que soy superior a lo que hago. Llego hasta donde puedo, pero no me reconozco.
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Ante un poema no basta la mirada, es necesario tener en cuenta la armonía y la melodía de la palabra […].
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La poesía no se puede explicar. Tampoco se puede describir lo que es el encanto de una persona, porque tal vez lo que a mí me atrae no le diga nada a otro.
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Cada poema es un fragmento del gran poema que es nuestra obra.
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A la poesía, como al amor, no se la puede forzar. A base de voluntarismo puedes escribir notas, o prosa, pero no poesía. Es la diferencia salir a ligar o a enamorarte. No puedes salir ex profeso a enamorarte o a que se enamore alguien de ti. Yo en un poema voy a jugármelo todo.
(El País, 10/3/1991)
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He trabajado en mil cosas a lo largo de mi vida, y siempre he preferido lo que no tuviera relación con la literatura: así, cuando salía a la calle me sentía libre para dedicarme a lo mío.
(El País, 10/3/1991)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Hitchcock, Alfred» open=»no»]Creo que una vez alguien me preguntó que cuál era mi ideal de felicidad. Yo le contesté: “Un horizonte despejado, sin nubes, sin sombras. Nada”.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Hockney, David» open=»no»]Pongamos por ejemplo a Van Gogh. El era capaz de pintar prácticamente cualquier cosa. Si encerrases a Van Gogh en la habitación más aburrida del Holiday Inn de Palm Dale una semana, saldría de la habitación con algo interesante […].
(Metrópolis)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Houellebecq, Michel» open=»no»]El poeta es un parásito sagrado. A semejanza de los escarabajos del antiguo Egipto, puede prosperar sobre el cuerpo de las sociedades ricas y en descomposición. Pero también hay un lugar para él en el seno de las sociedades fuertes y frugales.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Hubbard» open=»no»]El arte no es una cosa, sino un camino.
(1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Huibrodo, Vicente» open=»no»]Un poeta debe decir aquellas cosas que nunca se dirían sin él.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Huici, Fernando» open=»no»]Solitarios por elección, dejan su medio para enfrentarse al espejo del otro, a la vitalidad de una cultura distinta, reflejo que desdibuja en caricatura la orgullosa fachada de la cultura propia, pero que, al tiempo, impone una frontera de cristal, invisible e inquebrantable que tampoco es posible traspasar.
(El País, 1-2-1992)
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[…] Esa estirpe de hombres cuya lucidez está indefectiblemente ligada a la conciencia del exilio, que despierta de la ilusión de esa afirmación complaciente en las propias raíces -que tan devastadoras histerias viene dando en nuestros días- para asumir cuán poco les une, en verdadera profundidad, a su propio entorno, a los artificios de su país y su cultura o a los hábitos gremiales de su propio oficio.
(El País, 1-2-1992)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Hume» open=»no»]Ni siquiera el ansia de fama literaria, mi pasión dominante, ha agriado en ningún momento mi carácter, a pesar de mis frecuentes desengaños.
(Autobiografía)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ibáñez, Andrés» open=»no»]No está mal amar lo pequeño, las «pequeñas cosas», o recordar el asco, el hedor o la mierda. También la mierda es parte del arte. Pero ¿por qué solo la mierda? El arte es, sobre todo, ese deseo de elevación. Es lo que nos lleva a lo sublime. El vehículo del arte es la emoción. Su mundo propio, la imaginación, es decir, el mundo interior. Los que ponen esto en entredicho no entienden el arte y, probablemente, tampoco lo necesitan.
(ABC cultural, p. 20, ¿28 de abril de 2012?)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ikeda, Kikuei» open=»no»]A veces volver a empezar es la mejor forma de seguir siendo uno mismo.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Jabès, Edmond» open=»no»]La poesía, el más descreído de los géneros literarios, es un río de lava de palabras que formas letras con la arena que se lleva el viento. Mientras, el novelista tiene unas certezas soberbias de creador que lo apartan del contacto con lo inasible. La poesía no tiene que decir nada, se basta a sí misma en su desolación; en la novela el escritor triunfa sobre el libro –no al revés, como debería ser-, «pues con sus personajes, el escritor penetra en ella con violencia y, por intermedio de aquellos, da rienda suelta a las innumerables voces».
(ABC cultural, sábado 28 de abril de 2012, p. 11, recogida por César Antonio Molina)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»James, Henry» open=»no»]Trabajamos en la oscuridad, hacemos lo posible: damos lo que podemos dar. Nuestras dudas son nuestra pasión y nuestra pasión es nuestro empeño. Lo demás es la locura del arte.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Jiménez, Juan Ramón» open=»no»]Para leer muchos libros, comprar pocos.
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Pensamiento que debe volver, volverá.
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Así es el poeta. Por sobrevivirse, no se vive, se desvive; que ya, matándose, sobrevivir viviendo.
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Dejar abierto un poema es don de poeta; cerrarlo, arte de albañil.
(Ideología)
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Cuando se está uno expresando en un libro o con un libro, expresémonos a diversas horas del día o con distintas luces y, si es posible, en sitios diversos. Y si aún es posible, entre jentes diversas.
(Ideología, p. 123)
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Cierta crítica parece que olvida la virtud suprema de la forma es “desaparecer”.
Un artista, músico, poeta, pintor no es un fabricante de vasos sino un creador de sustancia y de esencia. El poema no es una sustancia que se sostiene gracias a un molde esterno, sino una sustancia que, sin necesidad de molde, se mantiene dentro de su propia forma interior.
La poesía es elástica y la cohesión de su forma procede de su centro, como en el cuerpo humano, que será siempre el verdadero modelo para toda creación de hombre.
Y, cuando más señalada sea una forma artística cualquiera, por ejemplo el soneto, más debe cumplir con esa necesidad.
La cohesión de la forma debe depender de su propia sustancia interior, como en los cuerpos elásticos, y la poesía no tiene necesidad de hueso esterno, como tantos poetas esqueléticos, porque hueso esterno es ya muerte, supervivencia del sostén o del molde.
La poesía no es estatua, sino tejido, sustancia orgánica, y su permanencia está sólo en su belleza profunda, como en los más hermosos sueños.
(Ideología)
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[…] Amo el orden en lo exterior y la inquietud en el espíritu […].
(Ideología)
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Conseguir un estado de cartón piedra, o de piedra, es una cosa. Conseguir un estado de agua, aire o fuego, otra y mejor.
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El niño es, antes y en jermen, todo lo que quiere ser, más que el hombre, el poeta: instinto, voluntad, secreto, verdad, fantasía, soledad, capricho, libertad, presente.
(Ideología, p. 119)
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La arquitectura (“estructuración” otra palabreja de ahora) no es lo primero en poesía, ni lo último, aunque lo parezca a algunos.
Por no haberlo entendido así, Góngora no fue, no es, ni será nunca, un poeta universal, ni aún de las minorías de lo completo. Lo fue, y se cita por serlo a toda hora y en todo los países, San Juan de la Cruz, quien creyó (y tuvo, tiene y tendrá siempre razón) que lo primero en poesía y en todo es el espíritu, la inmanencia inefable que se espresa en palabra verdadera, el estado de gracia.
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Dejemos el ruiseñor misterioso a la juventud (a la madurez ¿el petulante gallo? ¿El mirlo silbón a la vejez?).
Yo, todavía a mis 59 años, soy capaz de pasarme las noches en vela (junto a mi mirlo y a mi gallo dormidos), oyendo el ruiseñor de mi juventud.
(Ideología, p. 116, 1992)
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El arte mejor da siempre una primera imprecisión sorprendente y como ajena, como la daría la belleza absoluta. Luego viene la conquista mutua y ya estamos salvados; lo estraordinario nos hace extraordinarios a nosotros.
(Ideología, pág.111, 1992)
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A mi juicio, el don más poderoso del artista es como el del científico en general, la invención: la facultad de equilibrar memoria y olvido. Y el instante exacto de su hallazgo, el que surge, por lo tanto, como una sensual luz abstracta, entre el descuido justo de la realidad presente y el justo recuerdo de la realidad distante.
Una obra científica o artística durará, primera, y sin falta, en calidad de invento, luego, como goce y gloria.
(1992. Ideología, pág. 95)
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El escritor en verso que se forma mediante un ejercicio intelectual con desdén de lo emotivo (Valéry) no es un poeta sino un literato.
Pero eso no quiere decir que el poeta no corrija, mejore y suceda su escritura. El poeta es fatalmente sucesivo y su papel, vijilar su creación emotiva súbita.
Vigilarla, o forzarla. La poesía verdadera se hace sola, como la flor o el fruto luego de una rama. El árbol da la flor y el fruto pero no los hace, no tiene voluntad de hacerlos, sino que cada primavera y cada otoño su rama da otra flor y otro fruto que son los mismos y probablemente mejores.
El poeta debe ser el sostén y el vehículo de su poesía; suya porque viene por medio de él, pero no porque él sea su autor. Quien hace la flor y el fruto es la tierra, el agua, el fuego, el aire, toda la naturaleza terrestre, como el cosmos y el caos, y un dios posible.
Es decir, que el poeta es tan salvaje como él árbol, pero además un hombre civilizado, culto, cultivado por sí mismo que vijila a su salvaje. Y esta posibilidad de que su intelijencia pueda vijilar a su instinto ha sido también sucesiva, como la flor y el fruto y como debe ser la poesía.
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En el uso de la palabra escrita lo importante, creo yo, es que la palabra corriente parezca que se usa por primera vez ,y que la rara parezca corriente, que no se tropiece uno en ella, que ninguna parezca extraña ni se sienta mal en donde esté colocada.
No por usar palabras complicadas se es un escritor rico ni raro; la rareza y la riqueza están en el don de combinaciones infinitas.
(Ideología)
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El hallazgo poético (y la poesía si fuera ciencia sería en esto superior a toda otra ciencia) no tiene aplicación, por fortuna; y , en su inutilidad artesana, es bueno sólo para el que lo encuentra.
(Ideología, p. 120)
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En el uso de la palabra escrita lo importante, creo yo, es que la palabra corriente parezca que se usa por vez primera, y que la rara parezca corriente, que no tropiece uno en ella, que ninguna parezca extraña ni se sienta mal en donde esté colocada.
No por usar palabras complicadas se es un escritor rico ni raro; la rareza y la riqueza están en el don de combinaciones infinitas.
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La forma es el hueso en la poesía. Cuando el verdadero poeta se muere, alma y carne suyas quedan en la poesía. Y él, gastado, se convierte en hueso. Dejemos, pues, el hueso visible, escritores retóricos, para el perro de la muerte.
(Ideología)
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Creo en el “gran poeta”, que no es el que llega a más público, sino el que crea más público.
(Ideología, p. 117)
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En poesía, no importan nada asonancia ni consonancias, por dentro ni por fuera, ni repeticiones, ni nada. Lo importante es la exactitud, la precisión.
Que la palabra no se malogre, no turbie, ni entorpezca en suma, la expresión de la emoción, pensamiento, metáfora, sentimiento, lo que sea.
(Ideología)
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El poema debe tener una idea presidente, una sola idea. Si no se convierte en un enredo de imágenes, un laberinto de ocurrencias, un amasijo de escapes; es una insigne musaraña, o, lo más frecuente, en una gran estupidez.
(Ideología)
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En la adolescencia y en la juventud primera, cuando el porvenir es aún confuso y la obra nula, cuando la muerte puede frustrar y borrarlo todo […].
Luego, cuando se entiende la vida, y se ha vivido todo, y se sabe que todo es una repetición límite, cuando la obra en marcha, o realizada en parte, le da a uno la seguridad de su relativa supervivencia moral […].
(Poesía, nº 33, pág. 36, marzo 1991)
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El verso (o la prosa) no deben preocuparse de su estensión, largo o ancho, sino de su intención, dentro, centro. Cada verso (como cada prosa) deben ser cerebro, corazón apretado y suficiente, semilla de pensamiento o sentimiento.
(Ideología)
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En el poeta el hombre es sólo una ayuda de cámara. Puede cumplir con los otros como ayudas de cámara entre sí.
(Ideología, p. 114)
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El verdadero buscador de poesía siempre está más descontento de su hallazgo, que el relijioso o el filósofo del suyo. Esto señala la superioridad de la poesía.
(Ideología, p. 116)
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En los niños, el afán de espresión supera el conocimiento de palabras, y ésta es la causa de que inventen palabras nuevas o de que dilaten arbitrariamente las que saben hasta llenar con ellas los moldes mayores de su sentimiento.
(Ideología)
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En poesía, prefiero siempre el neolojismo a la reelección de un vocablo gastado.
Recojer vocablos en el diccionario es fácil. Crear palabras justas, necesarias, vivas, es don principal de un poeta.
Palabras nuevas corrientes que se unan a las corrientes anteriores de una manera natural.
(Ideología)
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Hacer presente el pasado y el porvenir es la función del poeta.
(Ideología)
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Hay poetas realistas y alegres que dan en el blanco. En el blanco que es siempre visible o calculable.
Pero el poeta auténtico aspira a lo incalculable y lo invisible, donde no hay tiro al blanco, blanco que poner negro y hueco.
Que la poesía –la poesía, entiéndase bien- no es cosa de tiros.
(Ideología)
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La desgracia del poeta está en que tiene que vivir al mismo tiempo en dos mundos. Y en que, siendo superior en pensamiento y sentimiento como poeta que vive en su mundo, exije de su hombre y de su nombre que sea superior en acción y manera en el mundo del hombre.
(Ideología)
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Lo indecible requiere espresión inexplicable. (Doble verdad de la poesía.)
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La poesía no es un problema sino una gracia. Y la “conciencia poética” no consiste, a mi juicio, en considerar las cosas de una manera seudocientífica, sino en sorprenderlas aguda, airosa, seguramente (las cosas tienen muchos secretos) su verdadera poesía.
(Ideología, p. 113)
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Un poeta puede completarse a sí mismo, si quiere, porque es mitad creador y mitad crítico.
(Ideología, p. 17)
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Yo creo que así como la función de poeta es “poetizar sucesivamente”, la del crítico es “criticar sucesivamente” también.
Crítica y poesía son sólo un devenir. Y lo que vale de ellas es lo que encienden y lo que estimulan (en el poeta, en el crítico y en el lector).
El poeta y el crítico son hombres y están llenos de pasiones, virtudes, vicios. De todo esto resulta una emoción de vida. Crítica debe ser “emoción”, emoción recibida, luchada, dada y comunicada.
(Ideología, p. 89)
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La verdadera poesía es la que estando sustentada, arraigada en la realidad visible, anhela, ascendiendo, la realidad invisible; enlace de raíz y a la que, a veces, se truecan; la que aspira al mundo total, fundiendo, como en el mundo total, evidencia e imajinación. Por eso es indecible: deja la mitad, al menos, en el absoluto, eterno presente májico, En ese “por decir” que tentará siempre, como en el amor, al hombre fatal y más cierto; por eso nos deja la emoción, temblor de realidad y misterio, que nos coje en los instantes supremos (amor, fe, arte) de nuestra vida completa.
(Ideología)
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Los que descuidan la forma, Stendhal por ejemplo, hasta el estremo de lo tosco, no hacen sino hacérnosla obstáculo. Tropezamos en ella a cada paso, la vemos. Los que la enjoyan y la recargan, por ejemplo d’Annunzio, nos internan en ella, nos dejan con ella sola.
El ideal de la forma está, a mi juicio, en hacerla tan sencilla (dos ruedas tan conformes que se fundan con su movimiento en una), tan perfecta que no se sienta rodar, que, quieta, no exista.
(Poesía, nº 33)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Jongen» open=»no»]Todo está por hacerse; o más bien hay que rehacerlo todo, sobre nuevas bases.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Joubert, Joseph» open=»no»]Antes de emplear una palabra hermosa, hazle un sitio.
(Babelia, 21-1-2012, recogida por Iván de la Nuez)
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Sólo buscando las palabras se encuentran los pensamientos.
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Hay que morir inspirando amor (si se puede).[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Joyce, James» open=»no»]¡Y qué frases tan bonitas había en el libro de lectura del doctor Cornwell! Eran como versos ¡Qué bien se estaría echado sobre la esterilla delante del fuego, con la cabeza apoyada entre las manos y pensando estas frases!
(1987. Retrato del artista adolescente)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Kazan, Elia» open=»no»]No vivo para admirar actores, admiro las películas acabadas. Me gustan los actores, pero no siento ninguna pasión por ellos; sí en cambio por los escritores y los directores, que somos la sal de la tierra.
(El País, 25/1/1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Kepes, Syorgy» open=»no»]Cómo lograr que las personas reconozcan el latido de nuestro tiempo, cómo lograr que la sensibilidad de los hombres responda de una manera afirmativa, creativa a los retos del hoy, son los problemas claves de las comunicaciones sociales y por consiguiente de una visión creativa.
(El Paseante, nº 4)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Klee, Paul» open=»no»]Todo juicio de valor es subjetivo, y un juicio negativo sobre el trabajo de otro artista no puede ser de consecuencia para la totalidad. Para esta, no hay nada verdadero o falso, puesto que vive y se desarrolla mediante la conjunción de fuerzas, de igual manera que, en el cosmos, el bien y el mal a la postre colaboran fructíferamente.
(1993. Catálogo Taschen)
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Tropezar con obstáculos es una saludable prueba para toda fuerza, siempre y cuando el obstáculo tenga que ver con la naturaleza de la cosa.
(1993. Catálogo Taschen)
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En casa hice el tonto con algunos colores. Fue enojoso. Tampoco los poemas me salieron. Cómo “esa tarde de verano” metí la mano en una nube de mosquitos sin agarrar uno solo. Y sin embargo se oye el murmullo de mil voces.
(1994. Diarios)
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En este momento se desencadenó allá afuera la primera tormenta del año. Un fresco viento del oeste me alcanza, me trae el aroma de tomillo y los silbidos del tren, juega en mi cabello húmedo. ¡La naturaleza, con todo, me quiere! Me consuela y me promete.
En días como éste soy inmune. Comenzando por sonreír exteriormente y riendo más libremente por dentro, con una cancioncilla en el alma y silbando un trino, me echo sobre la cama, me estiro, cuido el vigor adormecido.
Hacia el oeste o hacía el norte, adonde quiero que sea: ¡tengo fe!
(1994. Diarios)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Klossowski, Pierre» open=»no»]Cuando hay intensidad no hacen falta razones. Lo que no permito es que el público me sea indiferente. Quiero que reacciones y que sienta mis visiones.
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Cada individuo, con sus iniciativas, crea su época. Me río de las formas de ver las cosas. Lo único que se puede decir es que existe una humanidad con una serie de costumbres.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Knopfler, Mark» open=»no»]Lo principal es tener como biblia las cuatro normas que aprendiste de pequeño y que te sirvieron para escribir tu primera canción.
(El País, 24-8-1991)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Kokoschka, Oskar» open=»no»]La esencia del arte siempre ha sido la comunicación de vivencias humanas. El artista moderno no puede sustraerse a esa regla. Ni los mejores argumentos, ni la lógica, ni la metafísica, pueden impedirle atreverse a ser.
(1988. Mi vida, Tusquets)
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Pero los artistas de hoy en día, como vanguardia espiritual, tienen la misión de mostrar el camino a un público más numeroso que nunca.
(1988. Mi vida, Tusquets)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Krauss, Karl» open=»no»]Unos encuentran hermoso esto, otros aquello.
Pero deben encontrarlo.
Y nadie quiere buscar.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Lafitte, María de los Reyes» open=»no»]En el pretérito, fue la intuición poética la que abrió camino a la ciencia; ahora es, muchas veces, la ciencia la que abre nuevas perspectivas a la expresión poética.
(1953)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Lafuente, Fernando R.» open=»no»]¿Cómo se muere literariamente? Por el olvido, pero para un escritor la muerte literaria es la misma muerte, el fin de su vida, la que termina con su obra. Después, los reconocimientos que pueda recibir es comprensible que poco le interesen, si se permite la broma macabra, porque difícil es que pueda disfrutarlos.
(ABC Cultural, 17-11-2012)
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La posteridad es un invento para el que se queda; ya señaló Marcel Duchamp que al final “los que se mueren son siempre los otros” La soledad en la vida y el silencio de la muerte. La vida la vives o la mueres, como la obra. La muerte fija todo y anula el sentido. No hay manera de contemplar las cosas que vienen, pasan y se van sino como un sueño de intervalos felices. No hay otra. Ya sentenció Gracián que “todo es circunstancia”. Un autor quiere, busca ser reconocido en vida. He ahí la razón de publicar. No es una cuestión fácil.
(ABC Cultural, 17-11-2012)
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Sabios hasta la broma privada, en una de las comidas que celebraba los domingos en Buenos Aires, allá por los años treinta del siglo pasado, Jorge Luis Borges con Alfonso Reyes, entonces embajador de México en Argentina, éste le preguntó a Borges algo sustancial: “¿Por qué publicamos?” Y lo que hoy se tiñe de cierta sorna no lo es en absoluto, pues Borges le contestó: “Reyes, para dejar de corregir”.
(ABC Cultural, 17-11-2012)
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Es cierto y es falso. Se publica, en el caso de ambos -no en el del común, por ganar dinero, por vivir de lo que se escribe y demás-, y en el de los otros, también por mor de un narcisismo, legítimo sin duda, por una inocente vanidad, y en los más pintorescos ejemplos, por una secreta soberbia de saberse imprescindible, necesario, con la juvenil idea de transformar con sus escritos las sociedades”.
(ABC Cultural, 17-11-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Lago, Eduardo» open=»no»]La literatura transforma el dolor en belleza. En este sentido, la felicidad ni siquiera motiva. Un hombre feliz no va a estar escribiendo. Sin embargo, un artista que sufre para tratar de entender su desorientación. Es en lo díficil cuando uno se siente acompañado por la escritura. Es el viaje al infierno con un guía, con Virgilio.
(ABC cultural, 9-11-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Lao-Tse» open=»no»]Se debería trabajar
sobre lo que aún no existe.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»León, Fray Luis de» open=»no»]Las escrituras que por los siglos duran nunca las dicta la boca; del alma salen, adonde por muchos años las compone y examina la verdad y el cuidado.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Led Zeppelin» open=»no»]Nos arriesgábamos e improvisábamos todas las noches. Hubo muchos errores, pero eso va unido al hecho de intentar volar.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Lewit, Sol» open=»no»]Generalmente entendemos el arte del pasado aplicándole las convenciones del presente, y de este modo lo malinterpretados.
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Los juicios irracionales conducen a nuevas experiencias… Los pensamientos irracionales deben seguirse absoluta y lógicamente.
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Las convenciones del arte son alteradas por obras de arte.
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Cada persona concibe el arte de un modo distinto. No hay arte elevado ni arte bajo, ni arte bueno y arte malo, sino diferentes tipos de arte para satisfacer las necesidades estéticas de todos. Lo que alguien considera arte, sea lo que sea, es arte.
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La idea se convierte en una máquina que crea arte.
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El arte logrado cambia nuestra comprensión de las convenciones alterando nuestras percepciones.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Lezama Lima, José» open=»no»]Hay que sacar tiempo de un pozo para poderlo aplicar, hay que tomar casi una trágica decisión pues todo nos tironea, nos saca de la proyección incesante que nuestro trabajo necesita.
No podemos olvidar que las obras de sensibilidad tienen un tiempo que yo llamaría puntiforme, un tiempo que vuela en búsqueda como de un incaico dios invisible, un tiempo que está fuera del tiempo; pero que es la gravitación del tiempo y su levitación. No se podrá precisar jamás el tiempo que se tragó la redacción de una obra. Es como un hágase que corriese por un hilo incandescente.
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Yo no tengo método de trabajo. Escribo cuando tengo apetito para expresarme, para configurar, para penetrar en un coto desconocido. Pero generalmente trabajo en el crepúsculo, y a veces en la medianoche cuando el asma no me deja dormir y entonces decido irme a una segunda noche y empiezo a verme las manos penetrando en el hálito de la palabra.
Podemos decir que el método cubano de trabajo intelectual es la suma de poquedades. Todos los días se escribe un poco, con apetito, con gusto, con voracidad verbal y al cabo de un año nos asombramos de que la caja donde antes cabía el sombrero gigante de la abuela está lleno de signos aljamiados. Con gran sorpresa nos acercamos y es nuestra letra.
Siempre he visto que los que se han puesto en marcha para hacer de un solo rasponazo una obra literaria, no van bien con el estilo cubano, y a los que dicen que esperan a su madurez para escribir sus recuerdos, les llega primero la afasia del primer lóbulo frontal y la pérdida total de la memoria.
Claro, haga todos los días una poquedad; pero no mortifique, no esté con esa poquedad fastidiando a sus mejores amigos, no les lea por teléfono a las pobres gentes que lo acompañan en la vida, no se desate, no sea una terribilia con los pobres seres que vienen a acompañarlos en la vida de todos los días.
(1993. Quimera, nº 30)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Lobo, Antonio» open=»no»]No concibo tener algo y no poder compartirlo.
(ABC cultural, 2-11-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»López, Antonio» open=»no»]El milagro que supone el hecho artístico implica la confluencia de muchos elementos. La sinceridad es imprescindible, pero hace falta el talento y, desde luego, que el destino sea propicio, porque hay muchos más artistas frustrados o malogrados por el destino que artistas realizados: es como el milagro de la vida, para ver un árbol crecido hacen falta muchas cosas, pero sabemos que es más fácil derribarlo. En el arte sucede lo mismo y el tiempo es distinto para cada artista; no todos necesitan de lo mismo, como las plantas y los árboles.
(El País, febrero o marzo de 1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Lowel, Robert» open=»no»]Como tantos otros, me envanecí lo justo y más aún,/ al principio prendí cerillas que hicieron hervir mi sangre;/
estudié de memoria las astucias que encendían el río-/
no sé por qué jamás escribí cosa alguna a la que regresar./
Puedo pensar que ya acabé con las flores de cera
y que gané un lugar en las faldas menores del Parnaso […].
(Por los muertos de la Unión y otros poemas)
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Antes de que llegue el último reposo, llega el reposo de toda trascendencia de una forma de ser, acallando cualquier cambio.
(Por los muertos de la Unión y otros poemas)
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Quisimos obsesionarnos escribiendo,
y lo hicimos.
(Por los muertos de la Unión y otros poemas)
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El verso ha de acabar.
Aun así mi corazón se exalta, sé que
alegré una vida
atando y desatando una red embreada;
la red colgará del muro, comidos ya
los peces,
clavada como un bronce en un futuro
sin futuro.
(Por los muertos de la Unión y otros poemas)
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[…] El vidrioso servilismo de mi voluntad…
Me senté a escuchar demasiadas
palabras de la musa que trabaja conmigo,
y dispuse de mi vida con excesiva voluntad acaso […]
(Por los muertos de la Unión y otros poemas)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Luca, Erri» open=»no»]La experiencia física es la única forma de comprender la realidad. No tengo ideas abstractas. Mi cabeza es la última que se entera de todo.
(Babelia, 19-5- 2012, p. 10, recogida por Lucía Magi)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Luly, Miranda» open=»no»]En el arte tienes que quedarte ahí colgado, no sabes qué estás haciendo y de repente todo da un giro y llega el significado y la conexión. Tienes que hacer el trabajo de todos modos con una devoción que roza el rito y luego algo ocurre, como en un matrimonio. Al final todo tiene que ver con el esfuerzo.
(Babelia, 30-06-2012, p. 12, recogida por Andrea Aguilar)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Machado, Antonio» open=»no»]Nunca os jactéis de autodidactas, os repito, porque es poco lo que se puede aprender sin auxilio ajeno. No olvidéis, sin embargo, que este poco, es importante y que además nadie os lo puede enseñar.
(1993)
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Sabe esperar, aguarda que la marea fluya/
-así en la costa un barco- sin que el partir te inquiete./
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;/
porque la vida es larga y el arte es un juguete.
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.
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La tristeza de volver sobre nuestra obra no proviene de la conciencia de lo poco logrado sino de lo mucho que renunciamos a acometer.
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El español prefiere pelear a comprender y casi nunca esgrime las armas de la cultura, que son las del amor.
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La tradición, tal como ha llegado a nosotros, no es un valor poético; con ella no se puede construir nada.
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La poesía es siempre agua que corre, actual, de esa actualidad que tiene su raíz en lo eterno.
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Es preciso buscar el poema fundacional nuestro, que no está ni en la historia ni en la tradición, sino en la vida.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Manchado, Marisa» open=»no»]Componer es salir a la caza del silencio.
(El Cultural, 27-4-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Manguel, Alberto» open=»no»][…] Una tía mía que con cierto retraso había adoptado estrictas costumbres victorianas, me regaló su libro predilecto. Era un álbum de recortes con una falsa portada de mármol, y sobre las grises páginas mi tía, durante su larga vida de lectora, había copiado pasajes favoritos -en especial, pasajes de poetas españoles románticos y de novelistas franceses hoy misericordiosamente olvidados […]-. Había inscrito los nombres de los autores en letra rocambolesca, pero para mí el único autor de esta colección era mi tía.
(Quimera, nº 78/79)
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El escudo de armas del antólogo ideal debería tener un par de gafas reclinadas para simbolizar el acto de lectura; un lápiz rampante, para representar la pasión de garabatear notas en los márgenes o al pie de página; y el lema de gustibus non disputandum (sobre gustos no hay nada escrito).
(Quimera, nº 78/79)
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Combinando lo mejor de sus lecturas, reconociendo aquello que es valioso y que se ha presentado ante él por azar o por curiosidad, el antólogo se convierte en un creador omnisciente y omnívoro, un Lector para Lectores […]. Todo lector es antólogo, pero pocos llevan la manía de coleccionar hasta el extremo de compilar un libro. Como lectores transformamos aquello que los escritores escriben, lo reducimos a citas cotidianas, le damos el tono del momento particular en que algo fue leído, lo reflejamos en otros textos que tienen una trama o un estilo similar: en una palabra, hacemos que lo escrito sea nuestro. Y puesto que la lectura es un vicio solitario, frecuentemente, invitamos a otros a compartir nuestras lecturas; les damos codazos para que escuchen, para que participen de nuestros gustos o disgustos, para que juzguen nuestras selecciones.
(Quimera, nº 78/79)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Mannering, Douglas» open=»no»]Una de las convicciones fundamentales en Matisse, era que un artista nunca debe ser prisionero de su éxito; le agradaba citar con aprobación a los grandes poetas japoneses, que tenían el hábito de cambiar de nombre y empezar una nueva trayectoria varias veces a lo largo de su vida.
(1989. El arte de Matisse)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Manrique, Diego A.» open=»no»]Además, ¿quién quiere publicar un libro de tirada minúscula cuando una buena canción puede asaltar los oídos de no sé cuantos millones de españoles?
(El País, 13-9-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Marías, Javier» open=»no»][…] Voy teniendo una edad en la que si uno quiere hacer una serie de libros los tiene que hacer ya. Si tienes las ganas -no la necesidad; sin el mejor de los libros, el mundo seguiría igual-, no hay que dar tregua a la pereza, porque yo, si diera mucha espita a la pereza, no haría nada. En el fondo prefiero estar viendo vídeos o saliendo mucho a estar escribiendo, aunque me gusta mucho. Hay muchos escritores que, curiosamente, son buenos y dejan de serlo, más que a la inversa. Está el caso de Cervantes, que hasta los 50 años no hizo el Quijote. Hay también mucha gente que es inteligente y deja de serlo. He observado que hacia los 50 años se producen cambios muy sorprendentes, que ojalá no me pasen, pero que en previsión de que a los 50 me convierta en un perfecto imbécil es mejor que me ponga a trabajar ahora.
(El País, 14 o 21-4-1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Maristany, Luis» open=»no»][…] Unas palabras de T. S. Eliot en su ensayo sobre Yeats, escritas en 1940, que muy bien conocía y tenía en cuenta, Cernuda: “Los hombres en su mayoría, o se quedan apegados a experiencias de juventud, de modo que su escritura deviene una insincera imitación de su obra temprana, u olvidan su pasión, y escriben sólo con la cabeza, con un virtuosismo hueco y desperdiciado.”
(Guía Laia de La Realidad y el Deseo)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Marsé, Juan» open=»no»]A un escritor le hace la memoria, el trabajo, todo lo que ve, todo lo que lee, todo lo que absorbe. Le deshace la falta de trabajo, el éxito excesivo, la falta de éxito, lo que no lee, lo que no absorbe. Y perder la memoria.
(ABC Literario, 26-03-1988)
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Los premios gordos, cuanto más tarde, mejor.
(El Mundo, 30-31 diciembre 1994)
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Una cuestión de gustos: las novelas trufadas de ideas politícas, sociales… son lo primero que se pudre: lo que pervive es el mundo de las emociones y los sentimientos.
(El Mundo, 30-31 diciembre 1994)
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No me parece oportuno mezclar las teorías con la escritura, prefiero escribir que decir lo que debe ser o no ser. Otra cosa son los problemas de cocina. El tono, la estructura, el lenguaje, el ritmo…. La cocina del escritor siempre está llena de humo y olores de refrito; mejor no meterse en ella: huele mal.
(El Mundo, 30-31 diciembre 1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Martín Garzo, Gustavo» open=»no»]Ellos (Erice, Rosellini, Renoir) nunca filman al hombre solo. Filman los árboles, los ríos, las tierras por los que sus personajes se mueven y las personas que viven en ellas. En los planos de Renoir abundan esas presencias anónimas. Una puerta que se abre a lo lejos, alguien que cruza la calle, un rostro en la ventanilla de un tren, dan cuenta de esa cercanía de los demás.
(El País, 9-11-2013)
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En El sol del membrillo también hay un péndulo. Es la plomada que Antonio López cuelga de una cuerda para fijar el eje de simetría que debe ordenar su cuadro. Un péndulo que le dice donde debe detenerse. Un lugar no tanto de apropiación, sino de exposición y entrega: un lugar desde el que mirar. El pintor localiza ese lugar y lo fija con dos clavos. Será ahí donde se situé para pintar. Es un lugar físico, pero también moral. El lugar, como diría Juan de Mairena, no sólo desde el que ve mejor, sino desde el que se ve lo mejor: el aura de las cosas.
(El País, 9-11-2013)
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La poesía es memoria, pero también es vocación de vacío.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Martínez Reverte, Jorge» open=»no»][…] Si mi casa se vuelve perfecta, tendré que mudarme. No debe acercarse uno en exceso a la perfección. Pessoa decía que la casa es el lugar donde no se siente. Y Rilke se preguntaba si es que hay algo más inútil que el sosiego.
La perfección adormece y las casas no deben nunca matar el sueño de las praderas y la vieja manta.
(AD, nº 52, pág.11, 1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Marzal, Carlos» open=»no»]Gente que lee los libros de poemas en el orden que le apetece, porque considera que la lectura constituye un rito demasiado importante como para dejarlo en manos del autor, y gente que escribe libros de poemas y planifica su orden, creyendo que el lector lo respetará.
(En “Compendio de ejemplares humanos”, ABC Comunidad Valenciana, 19-10-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Matthiessen, Peter» open=»no»]Si uno estima que ha sido capaz de terminar una obra, es que algo anda mal.
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Empiezas a escribir cuando te asalta una idea con toda su luminosidad. Luego viene el trabajo pesado, que no consiste sino en limpiar, limpiar y limpiar.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»McCartney, Paul» open=»no»]Tengo la suerte de amar lo que hago. Disfruto con una inocencia y un júbilo casi de niño.
(El Mundo, 4-1-2012)
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Una canción debe ser como un mueble, una pieza bien ensamblada, donde todo encaje. Después ha de tener un significado, que cale en la gente y que no cueste descifrar. Y creo que también ha de tener una melodía memorable, para que puedas silbarla y llevártela a la ducha.
(El Mundo, 20-1-2012)
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Cada vez que me siento a escribir una canción no es más fácil ni más difícil que antes. Todavía es una actividad hermosa. Te sientas ante el piano y empiezas ding, dang, y comienza a entretejerse un poquito de música, y me entusiasmo, y me digo: “Uh, uh, que parece que sale algo”. Es tan emocionante como el primer día.
(El País Semanal, 4-6-1989)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»McCoy, Sherman (Wolfe, Tom)» open=»no»]Los perros no se aferran a la idea de que son un maravilloso animal doméstico al que le van a dar un premio en un concurso, que es lo que suele pensar el hombre, incluso en las peores condiciones. Los perros comprenden enseguida que las cosas han cambiado. Los perros comprenden enseguida que ha llegado la hora de actuar como un animal, la hora de pelear.
(1992. La hoguera de las vanidades)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»McEwan, Ian» open=»no»]Acaricien los detalles, decía Nabokov, haciendo rodar la r con la aspereza de una lengua de gato, ¡los divinos detalles!
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Tengo 64 años… ¡Quiero aprender cosas del mundo! Quiero leer a los cosmólogos, que me hablen de la creación del tiempo, a los analistas del Holocausto, al filósofo que ha emparentado su disciplina con la neurociencia, al matemático capaz de describir la belleza de los números al más zopenco, al estudioso del ascenso y la caída de los imperios, a los aficionados a la guerra civil inglesa. Por favor, que un novelista me cuente por qué empezó la Revolución Industrial, o de qué manera el bosón de Higgs da masa a las partículas elementales, o cómo ha evolucionado la moral o qué pensaba Salieri del joven Schubert que cantaba en su coro.
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Este arrebato de apostasía se cuela con sigilo en el amplio hueco que separa la terminación de una novela y el comienzo de la siguiente. No es un bloqueo, ni tampoco una larga noche, en realidad; es más bien cuestión de profunda indiferencia. La felicidad está en otra parte. Pueden pasar meses. Hasta que llega un cambio, un reajuste. Empieza con un pequeño empujón. Un detalle, una expresión, una frase, puede ser el principio de la vuelta al redil. No tiene por qué ser brillante. Basta con que desprenda una forma especial de calor imaginativo.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Menéndez Salmón, Ricardo» open=»no»]Todos los escritores poseen un corazón más o menos vanidoso. Y todos, de modo consciente o no, sabe que, en la letra pequeña del contrato que firman con la literatura, hay una cláusula que atañe a la dialéctica entre prestigio y éxito. Por lo común, estos dos principios no caminan de la mano.
(ABC cultural, 8-12-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Mertens, Wim» open=»no»]Creo que los compositores deberían confiarse más a su instinto, que tiene más que ver con la fisiología que con la psicología. Y si se respetan los sistemas de información y respuesta que proceden del cuerpo y se traducen a música, pintura, etc., creo que se consiguen formulaciones auténticas que aportan una nueva visión al mundo y a la gente. Al menos se clarifica la postura del autor, escritor o pintor, porque es su única posibilidad de sobrevivir, de entenderse a sí mismo. En una palabra: si se es incapaz de eso, será incapaz de vivir. No se puede elegir entre aceptar el propio cuerpo o no.
(En el programa “La realidad inventada”, entrevistado por Paloma Chamorro)
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Y los demás no tenemos nada que hacer salvo que buscarnos nuestros propios canales de producción y distribución, porque no nos admiten y tienen que admitirnos.
(TVE, “La estación de Perpignan”, 1988)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Michaux, Henri» open=»no»]Escribo para un compañero que yo me imagino, para una especie de “alter-ego”, al que quisiera honestamente tener al corriente de un extraordinario tránsito, o del mundo que, habitualmente indiferente, de pronto creo descubrir, de nuevo, en su virginidad…
(ABC, 12/11/1988)
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Lo que irrita y molesta en los poemas es el narcisismo, el quietismo -dos callejones sin salida- y el enternecimiento que asoma por sus propios sentimientos… Aparte de eso, la poesía es un regalo de la Naturaleza, una gracia, no un trabajo. Tan sólo la ambición de hacer un poema basta para matarlo.
(ABC, 12/11/1988)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Michelstaedter, Carlo» open=»no»]La vida se mide por la intensidad, la duración es vana si no es más que un sucederse de presentes vacíos.
(Babelia, 17-12-2011)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Millás, Juan José (Manolo G. Urbina)» open=»no»]-[…] Además, dese cuenta de que nosotros vendemos tanto papel como medicinas. En efecto, cada uno de nuestros productos va metido en una caja de cartón y en todos ellas hay un papel más fino, el prospecto. El papel, pues, representa una parte importante de nuestro negocio. Cuanto más sepamos sobre él, más posibilidades tendremos de mejorar la presentación de nuestros productos reduciendo, sin embargo, los costos.
-Nunca hubiera imaginado -dije fingiendo asombro- que la actividad farmacéutica fuera una tapadera para vender papel.
-Todas lo son -dijo riendo francamente-. Su pescadero le vende con cada besugo unos cuantos gramos de papel de estraza. Y usted, como periodista, me obliga a comprarle una hoja cada vez que me vende un artículo.
Me pareció bien seguir exagerando y dije:
-En realidad, la vida toda es un montaje cuyo único objetivo es vender papel.
(1991. Papel mojado)
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El coleccionista tiende a poner su identidad fuera de sí. Te enseña sus sellos y en realidad te está diciendo: “Este soy yo; todo lo que ves aquí cronológica y temáticamente ordenado, protegido de los agentes externos y encuadernado en un álbum de lujo, soy yo. Mira, cuando me quiero ver, me cojo con pinzas para no dañarme y luego me vuelvo a colocar sobre este lecho de cartón y me cubro con una capa de papel cebolla”.
A continuación suele decirte lo que se ha revalorizado la colección desde que la empezara, en los tiempos remotos de la adolescencia, y con ello te está diciendo lo que se ha revalorizado él mismo desde entonces. A lo mejor la mira inquisitivamente, como preguntando qué puedes enseñar tú para demostrar que has existido durante todos estos años.
(Levante, 30-12-1990)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Millet» open=»no»]Es mejor callar que expresar débilmente.
(Frase que gustaba a Van Gogh)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Miró, Joan» open=»no»]El arte puede morir, lo que importa es que haya llegado a diseminar gérmenes sobre la tierra.
(El arte de nuestro tiempo)
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Las cosas vienen despacio. Por ejemplo, mi vocabulario de formas no ha sido un descubrimiento repentino. Ha llegado a formarse casi a pesar mío.
(El arte de nuestro tiempo)
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Mis títulos los voy encontrado a medida que avanzo en la tarea, mientras ligo unas cosas con otras sobre el lienzo. El título llega a ser entonces un ciento por ciento de realidad para mí, como un modelo -digamos, mujer recostada- la tiene para cualquier otro. Para mí, el título es una realidad exacta.
(El País, 10-1-1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Miyake, Issey» open=»no»]Uno debería ser siempre curioso. No con una curiosidad pasiva que dependa de la información recibida, sino con una curiosidad agresiva que le obligue a buscar cosas y a comprobarlas por uno mismo.
(El Paseante, nº 4)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Montherlant» open=»no»]Es preciso escribir como si uno fuera comprendido, como si uno fuera amado y como si uno estuviera muerto.
(De una entrevista a Alfredo Bryce Echenique, Quimera nº 56, ¿1980?)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Montsalvatge, Xavier» open=»no»][…] Cuando se llega a mi edad habiendo hecho una labor considerable, uno se siente responsable de ello. Ahora, cuando compongo lo hago con el pánico de que los resultados no estén a la altura del resto de mi catálogo. Para mí, la decadencia es un fantasma que me tiene casi obsesionado.
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Mis obras me han acarreado muy pocos sinsabores, y la verdad es que no me han afectado.
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Yo no tengo ninguna pretensión de pasar a la posteridad, pero me satisface que mi música guste a mis contemporáneos. Prefiero que mi música interese a que simplemente agrade.
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Todo se arregla. Mal, pero todo se arregla.
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A pesar de todos nuestros progresos en tecnología y en el control de la naturaleza, etc., para mí, la base real de nuestra vida reside en las relaciones humanas. Son ellas las que nos hacen felices o desgraciados. En ellas es donde nos realizamos o dejamos de realizarnos.
(El arte de nuestro tiempo)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Moratín, Pedro» open=»no»]“Se necesita toda la vida de un hombre, un ingenio muy sobresaliente, un estudio infatigable, observación continua, sensibilidad, juicio exquisito, y todavía no hay seguridad de llegar a la perfección.”
(El País Libros, 1-5-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Moreau, Jeanne» open=»no»]Las reglas son las culpables de que los individuos no lleguen al final de sus posibilidades.
(Cartelera Turia)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Mozart, W.A.» open=»no»]Se encuentran exactamente entre lo demasiado difícil y lo excesivamente fácil. Muy brillantes, agradables al oído y, naturalmente sin caer en la vaciedad, en cualquier lugar sólo los conocedores hallarán satisfacción en ellos, pero de tal modo que incluso los no conocedores quedarán complacidos sin saber por qué.
(de una carta a su padre, en El sentido del orden de E. M. Gombrich)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Muñoz Molina, Antonio» open=»no»]Escribir empieza siendo casi siempre un sueño o un capricho o una vocación imaginaria. Pero el sueño, el deseo, el capricho, no llegan a cuajar en nada si no se convierte en un oficio. Un oficio, cualquier oficio, requiere una inclinación poderosa y un largo aprendizaje […]. Quien escribe sabe que ha de dedicar a su oficio tantas horas y tantos años como un artesano al suyo, y que sin esa dedicación no logrará completar nada de valor. Pero también sabe que la entrega, por sí misma, no garantiza la calidad del resultado, porque la experiencia y la dedicación pueden conducirlo al amaneramiento anquilosado y a la parodia de sí mismo […].
(ABC, 26-10-2013)
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Lo que importa no es el libro, su proyecto o su forma final, sino la urgencia de registrarlo todo (Stendhal), por gusto, por vicio, porque uno está solo y se aburre, o porque está triste, o porque no cabe en sí de entusiasmo, o porque no quiere olvidar algo que le han contado, o ni siquiera eso, porque es de noche y tiene un cuaderno y una pluma y un tintero, porque da gusto notar cómo la pluma se sumerge en la tinta. Cuando no tiene pluma, escribe a lápiz, dice; escribe en el rato que tardan los postillones en cambiar los caballos en la diligencia.
(El País, 14-7-2012)
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El arte quiere parecerse a la vida: por eso tiene normas y jerarquías, por eso, cuando más nos importa, está atravesado por la locura y el desorden. Sin disciplina no hay arte: tampoco lo hay sin arrebato.
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[…] Sólo es legítimo esperar lo imposible, y hay que velando para recibirlo, con una lámpara encendida, como las vírgenes prudentes, siempre en vela y al acecho y vigilando la llama tenue y vertical de una luz que no debe ser nunca apagada, porque no sabemos ni el día ni la hora.
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El poema lo leemos una y otra vez y no es que tardemos en alcanzar su sentido y por tanto a dilucidar del todo un enigma sino que el enigma central sigue manteniéndose a pesar de que el poema irradia sentido de una manera constante, como emite radioactividad el uranio; el poema se lo aprende uno de memoria y se lo dice muchas veces y cuando más lo conoce más sentido extrae de él y más intacto permanece sin embargo el misterio […] En el poema arde un fuego que no se apaga nunca, como en las notas de una música, que dura con llama desigual lo largo de la vida de cada lector en el que prendió y en los mejores casos a lo largo de los siglos, resistiendo a casi todo, al olvido, a las traducciones, a la fragmentación.
(Babelia, 19-05-2012)
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En un solo instante, en la duración y en el brillo de una sola mirada, uno se juega su destino. Pero nadie obtiene nada que no haya deseado siempre, y no perdemos sino lo que secretamente hemos querido perder.
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El azar es sagrado: por eso algunas veces lo llamamos destino.
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Para un artista o un científico, los largos años de la búsqueda estéril se salvan en un minuto de iluminación. Para un escritor, que está perdiéndose siempre en el desaliento y en el tedio de las palabras, que no sabe nunca nada, que escribe vanamente contra sí mismo y contra propia enfermedad del olvido, toda su disciplina y su búsqueda no valen si en un cierto momento no encuentra algo que no esperaba, no recuerda algo que no sabía. Por eso, para escribir un libro hace falta primero merecerlo. Y luego tener la suerte de que sus dos o tres primeras líneas aparezcan en el papel, ante nosotros, como un objeto perdido y encontrado.
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Casi nadie está conforme con los términos de su propio prestigio, y hasta en el éxito más grande hay zonas de resquemor que tal vez agravan los años.
(Babelia, 02-11-2013)
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Cada escritor sigue inclinaciones poderosas que se repiten transformándose de un libro a otro.
(Babelia, 11-1-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Muñoz, Lucio» open=»no»]Cuando compruebas que lo que deseas conseguir otra persona lo ha percibido y hasta se emociona, eso es como si te pusieran un diez. Es así de sencillo. Los juicios negativos no me parecen tan negativos, salvo si están dichos con mala baba. Pueden dolerme, pero no me hacen daño, porque en el fondo creo que tienen parte de razón. Tengo mucha inseguridad con lo que hago. He recibido críticas negativas y otras positivas, pero siempre acabo creyendo a las negativas, aunque, como tengo bastante aguante, no me hundo.
(ABC, julio 1993)
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Siempre estamos hablando de los críticos, de los comisarios, de los galeristas, y resulta que son cuatro gatos, frente a los miles y miles de personas que no están metidas en el mundo del arte, pero que tienen una opinión muy valiosa. Nadie cuenta con esa opinión, y, desde luego, un pintor sólo puede sobrevivir moralmente gracias a que comprueba que se establece comunicación con esa gente a la que nadie hace caso.
(ABC Artes, julio 1993)
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El hecho de plantearse qué hace falta la poesía, la pintura, la música, es un síntoma espantoso. ¿Cómo no va a hacer falta? Este cuadro que tenemos aquí al lado no es imprescindible: lo podemos quemar allí abajo, y no pasa nada. Lo que ocurre es que un cuadro no es sólo un cuadro, son todos los cuadros del mundo, y son todos los libros de poesía del mundo… Si todo eso falta, si falta la cultura, la vida sería un espanto.
(ABC, julio 1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Murakami, Haruki» open=»no»]Al anochecer leo frente a la estufa. Leo libros de historia, leo libros de ciencia, libros de folclore, mitología, sociología, psicología, obras de Shakespeare. Más que leerme un libro de cabo a rabo, lo que hago es escoger los fragmentos que me parecen más significativos y leerlos una y una vez hasta comprenderlos bien.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Nadeau, Maurice» open=»no»]La grandeza de la obra literaria va ligada a su capacidad para transformar al autor y, potencialmente, al lector.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Nabokov» open=»no»]El estilo y la estructura son la esencia de un libro, las grandes ideas son estupideces.
(Babelia, 13-10-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Narbona, Rafael» open=»no»]El escritor trafica con las palabras. En cierto sentido, es un “malhechor de las palabras, pero comete sus fechorías por amor” (Canetti).
(El Cultural, 16-11-2012)
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“El escritor está más próximo al mundo si lleva en su interior un caos” (Canetti). La escritura alcanza su meta cuando surge el mito, con su carga de universalidad y misericordia. En ese momento, el yo y el nosotros convergen, rescatando a la humanidad de los brazos de la muerte. Es una victoria efímera, pero que constituye la única excelencia posible.
(El Cultural, 16-11-2012)
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La existencia es un corto vuelo que esconde “una aterradora insignificancia”.
(El Cultural, 17-01-2014, en su reseña de Años luz, de James Salter)
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Cada elección implica la demolición de otras alternativas. Es imposible corregir esa paradoja. Conviene ser irreflexivo, ciego y resuelto […]
(El Cultural, 17-01-2014, en su reseña de Años luz, de James Salter)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Neruda, Pablo» open=»no»][…] No es la originalidad el camino, no es la búsqueda nerviosa de lo que puede distinguirlo a uno de los demás, sino la expresión hecha camino, encontrado a través precisamente de muchas influencias y de muchos aportes.
(1993. Antología esencial, Losada)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Navarro, Justo» open=»no»]Karl Kraus apuntaba que escribimos, inventamos historias, porque nos falta el carácter suficiente para no escribir […].[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Nouvel, Jean» open=»no»][…] Y soy contrario a los modelos, es decir, que cada problema propuesto, cada uno en particular, tiene una política de situación que hay que explotar, y toda una serie de caracteres conceptuales y específicos que hay que inventar, utilizar. Lo que caracteriza mi trabajo en cada ocasión es ese acercamiento, conceptual y contextual, que me obliga a encontrar el edificio adecuado para cada lugar en concreto. Y cada vez es una búsqueda sobre el límite de lo posible. Mis detractores dicen de mí que soy ecléctico, ya que no se encuentra un estilo común de un proyecto a otro, como se encuentra en los artistas de las artes plásticas, que siempre desarrollan el mismo tema de forma casi obsesiva, constante en la mayoría de los arquitectos de este siglo, que están marcados por un vocabulario que han hecho propio. Así unos trabajan sólo en cerámica blanca, otros únicamente hacen círculos, esto es algo muy conocido, otros sólo fabrican en ladrillo… Yo intento construir con todos los materiales.
(Metrópolis, febrero-marzo 1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Nuñez, Gabriel» open=»no»]Si sigue así (Malcolm Scarpa) se va a secar: lleva tres discos en dos años, a razón de 26 canciones por entrega, lo que le acerca a la media de 40 temas anuales grabados. Su anterior contrato con Triquinoise incluía una exigencia de producción, a instancias del propio Malcolm.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»O´Brien, Edna» open=»no»]Pero me puse a la tarea. Fue como una iluminación, como si bajara el Espíritu Santo. Escribía todas las mañanas, siempre a mano, como he seguido haciendo después, y era algo místico, mi mano, mi mente, mi corazón, funcionaban al unísono.
(Babelia, 16-11-2013, entrevistada por Lola Galán)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Olazábal» open=»no»]Creo en el trabajo diario, en la agresividad, en la intuición y en la suerte de estar en el lugar oportuno en el momento oportuno.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Onetti, Juan Carlos» open=»no»]Y ahora que todo está aquí, escrito […], y que tantas personas como se quiera podrían leerlo…
(El pozo)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Oppenheim, Dennis» open=»no»]Es el cambio donde se halla la ausencia de confort, y la incomodidad es el estado en el que el arte se hace más accesible.
(El País, 5-11-1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ortega, Julio» open=»no»]El gusto personal es otra prueba de nuestra fugacidad. La historia literaria es, por ello, una economía del olvido. Sólo recordamos gracias a lo mucho que olvidamos. De allí el melancólico espectáculo del desengañado escribir: trabajan para el olvido, no sin tesón […] Sin ironía, enfatizan, además su tránsito al reafirmar su gusto como medida de autoridad, esa nadería. Por eso las antologías son el periódico de ayer de la literaria: como los premios, los best-sellers y la moda, las anima su ardor de olvido. Documentan el cambio acelerado del presente cultural y las mejores son aquellas que pronto son reemplazadas. Al final, el gusto artístico es una de las formas de la temporalidad, y es bueno reconocerlo para mejorar la conversación. También para apreciar mejor la obra que nos dejan los autores cuya frecuentación nos ha acompañado. Esa intimidad del gusto de leer es de lo poco gratuito que nos va quedando.
(Babelia, 1-9-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Orwell, George» open=»no»]Los hombres sólo pueden ser felices si aceptan que el objeto de vida no es la felicidad.
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La buena prosa es como el cristal de una ventana.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ory, C. E. de» open=»no»]Si quieres procurar un estilo a tu obra procura coherencia en tus sentimientos, no en tus frases.
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Goethe tenía 37 años cuando vio por primera vez el mar en Venecia.
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Baudeleaire leyó a Espronceda.
(Aerolitos)
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Una cosa es la vocación y otra la fatalidad. ¡Escuchen, poetas, esto! ¡Escúchenlo, artistas!
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A medida que se avanza menos se sabe. Esto es ya un tópico. Pero es bueno saberlo.
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Si te gusta ser llamado poeta desde joven, cuida de vivir poco. Toda una larga vida con un pequeño mote es ridículo.
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Seguir adelante, seguir extraviándose.
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Valora los pájaros de tus ideas.
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Rimbaud rima Venus con anus.
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Sé poeta un instante y hombre todos los días.
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Si quieres procurar un estilo a tu obra, procura coherencia en tus sentimientos, no en tus frases.
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Me interesa menos la belleza que la energía.
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No productividad sino escritura criaturial.
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Aprende a ser colectivo, a ser anónimo.
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Desconócete a ti mismo.
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Di algo que no sepas decir.
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Maestro no: maelström.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pániker, Salvador» open=»no»]Siempre he querido vivir y escribir a un tiempo. Otros grandes escritores como Pessoa o Borges no vivieron; a mí me interesan las dos cosas.
(El Cultural, 15-11-2013)
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[…] Preconizo tres cosas que me parecen fundamentales: la curiosidad intelectual que te mantenga vivo el espíritu crítico; la fe o lo que defino como una confianza en la realidad que no te es hostil y, sobre todo, que te enseñen a aprender a aprender. Si tienes esas tres cosas, cualquier universidad es un trámite.
(El Cultural, 15-11-2013)
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Yo no acepto la distinción entre ciencia y arte, van por caminos distintos pero intuyen algo parecido.
(El Cultural, 15-11-2013)
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Los literatos envejecen antes que los músicos. Hoy puedo escuchar un compositor del siglo XV, pero pocos literatos me siguen hablando directamente. Y como en mi club están los autores cuya antorcha deseo recoger, me siento más identificado con los músicos. Hay autores que resisten: Shakespeare, Homero, Cervantes…
(El País, 7-12-2013)
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Lo que me interesa es deshacerme del ego. Hay que dedicar la primera parte de la vida a crearte un ego fuerte o te come el vecino, pero la segunda parte es para deshacerte del ego, porque sino la muerte es un asunto insoluble. Al deshacerte del ego, me reaparece lo transcendente y con ello la muerte se esfuma.
(El País, 7-12-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pardo, Jorge» open=»no»]La creación se hace desde el desequilibrio, cuando se te va la cabeza y el corazón.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Parmelin, Hélène» open=»no»][…] Es el vencedor (Picasso) y se pregunta sin cesar si él no será el vencido, y vuelve a empezar. Y en torno está la jungla de la creación salvaje y llena de orquídeas, frutos de guerra y de amor y de encarnizamiento del pensamiento. La jungla del taller.
(Habla Picasso, Gustavo Gili, 1968)
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“Hay que hacer, hacer, hacer.” A fuerza de hacer se llega a alguna cosa: Picasso siempre dice esto.
(Habla Picasso, Gustavo Gili, 1968)
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Pintaba (Picasso) cuatro o cinco, seis o siete telas por día, sin contar los dibujos y todo lo demás. Una especie de enorme hambre de pintura se apoderaba de él.
(Habla Picasso, Gustavo Gili, 1968)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Parra, Marco Antonio de la » open=»no»]Conocer y escribir es haber aprovechado el tiempo para estar menos muerto, para que alguien nos calme un poco la muerte que nos habita. El artista es un soñador de su tiempo, un médium que recoge lo que está en el aire. Es como el condenado, como un pararrayos que recoge desnudo la energía que le rodea.
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Me gustan las obras mal terminadas o sin final. Por eso invito a escribir al borde del abismo, cuando el lenguaje se pierde.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pascal, Blaise» open=»no»]Diseur de bons mots, mauvais caractère.
(leí en El último testamento de Oscar Wilde)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Paz, Octavio» open=»no»][…] La poesía nunca ha sido palabra escrita nada más, no es algo que se lee, incluso cuando usted lee un poema lo está repitiendo mentalmente, lo está diciendo, la poesía es palabra hablada […].
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Yo no escribo para matar el tiempo ni para revivirlo/
escribo para que me viva y reviva
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Todos los poemas dicen lo mismo y cada poema es único.
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No, el tiempo no es puramente sucesión: hay rupturas que llamamos, no muy exactamente, epifanía: momentos en que se transciende la sucesión. No somos mera temporalidad. La poesía es una vía de acceso a esos momentos. No los provoca: los expresa, los dice. Expresarlos quiere decir: recrearlos, revivirlos. Por eso, la poesía, que niega a la historia, la afirma: el poeta revive al instante, lo consagra.
(ABC)
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La poesía que comienza ahora, sin comenzar, busca la intersección de los tiempos, el punto de convergencia. Dice que, entre el pasado abigarrado y el futuro deshabitado, la poesía es el presente.
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El poema que tiene 30 lectores a su nacimiento tiene 3.000 cincuenta años después y 30.000 un siglo más tarde.
(El País, 13-6-1992)
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Los años no deben ser la excusa. Pienso seguir escribiendo, que es un oficio y una pasión… más pasión que oficio.
(El País, 1 y 2 abril 1994)
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Paso largos periodos de silencio y finalmente escribo los poemas en días breves, de intensa actividad. Si tengo vida, el próximo año espero publicar un pequeño libro de poemas.
(El País, 1 y 2 abril 1994)
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Lo que quise desde el principio fue expresarme como un ser individual, como un poeta, que es lo que he querido ser: expresar mi experiencia en mis poemas. Mi destino fue ser poeta, y el poeta escoge una forma sintética, no cuenta, no relata, mientras que el novelista es analítico, se extiende, relata. El poeta se expresa a través de formas condensadas y concentradas. Esto es lo que yo quise ser.
(Babelia, 25-07-1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Peces-Barba, Gregorio» open=»no»]Como dijo Weber en 1918, toda experiencia histórica confirma la verdad de que el hombre no hubiera obtenido lo posible si no hubiera pugnado una y otra vez por alcanzar lo imposible.
(ABC, 26-11-1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pérez-Villalta, Guillermo» open=»no»]El movimiento moderno se reduce a un análisis del lenguaje. A mí no me interesa ya analizar el lenguaje, sino utilizarlo para contar. Mi problema está en lo que quiero contar, no en el lenguaje.
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Esos cuadros que no han quedado como tú quieres son los que más te aportan. A veces he pensado retocarlos, pero he llegado a la conclusión de que esa obra refleja un momento de mi vida y sería desvirtuarlo.
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[…] La obra de vanguardia tiene sentido sólo como experimento, pero no como obra final. Siempre he dicho, por ejemplo, que es mejor el cubismo de Gris, que no fue el que lo inventó, que el de Picasso o Braque. Se ha valorado la vanguardia como novedad por novedad, y el problema que esto acarrea es que lo nuevo ya se convierte en antiguo antes de que llegue a cimentar, por el empuje de lo nuevo que viene.
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De lo que te imaginas a lo que queda hay una diferencia como de la noche al día. No puedo evitarlo, cuando acabo un cuadro me entra la depresión, pero eso te incita a seguir trabajando. Es más positivo que negativo.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pesarrodona, Marta» open=»no»] […] Procuro que l’escriure no em faci perdre mai el llegir, ni que el poema em suposi un fre per a viure.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pessoa, Fernando» open=»no»]Aproveitar o tempo!
Nenhum dia sem linha…
O trabalho honesto e superior…
O trabalho à Virgílio, à Mílton…
(1992. Del poema “Apostilla”)
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La época era mala para todas las artes. Estaba en decadencia la originalidad. También en la gastronomía había decadencia y debilidad. Todos los productos de la cuisine que se llamaba nuevos no eran más que variantes de platos ya conocidos. Una salsa diferente, un modo levemente distinto de condimentar o sazonar -así se distinguía el plato más reciente del que existía antes-. No había verdaderas novedades. Había tan sólo innovaciones.
(1998. De los Cuentos de raciocinio)
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Un poema es la expresión de ideas o sentimientos en un lenguaje que nadie emplea, puesto que nadie habla en verso.
(Libro del desasosiego)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Picasso, Pablo» open=»no»]Sin acabar, una obra permanece viva, peligrosa. Una obra acabada es una obra muerta, asesinada.
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Se hace siempre la misma cosa y, sin embargo, se puede hacer todo, ¿qué nos lo impide?
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Yo no busco. Encuentro.
(Habla Picasso)
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No lo digo todo, pero todo lo pinto…
(Habla Picasso)
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Se puede decir todo lo que se quiera, y todavía más. Y lo que es peor. Además, es fácil decirlo.
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Es preciso buscar algo que se desarrolle solo, algo natural, no fabricado, que se despliegue como es, “en forma natural y no en forma de arte”.
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Lo que cuenta no es lo que el artista hace, sino lo que es. Lo que nos interesa de Cézanne es su ansiedad: ésta es su lección.
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Lo que me parece horrible hoy es que se busque la personalidad. No se desvive nadie por esa especie de ideal del pintor… como siempre fue. (Digo ideal, que es lo que más se acerca.) No. Se ciscan en eso totalmente. Sólo se desea hacer el regalo de la propia personalidad, darla al mundo. ¡Es algo horrible!
Además, si se busca es porque no la hay…. Y si se encuentra a fuerza de buscarla, es porque es falsa.
Yo sólo puedo hacer lo que hago.
(Habla Picasso)
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¿Por qué? ¿Qué nos obliga? Ah, nadie puede saber lo que es…!
(Habla Picasso)
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Y esos hombres trabajaban en una soledad increíble, que acaso era su bendición, aun cuando fuese su desgracia. ¿Qué hay más peligroso que la comprensión? Tanto más que no existe. Casi siempre es al revés. Uno cree que no está solo. Pero lo está más.
(Habla Picasso)
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Se hace siempre la misma cosa y, sin embargo, se puede hacer todo, ¿qué nos lo impide?
(Habla Picasso)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pino, Francisco» open=»no»]Epifanía, manifestación es la poesía y esta manifestación se puede dar bien estando la palabra ausente o presente. La palabra no es en sí poesía. Con frecuencia impide, obstruye la realización de la poesía […].
(Poesía, nº 33, marzo 1991)
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Mi gozo por lo que no queda es absoluto. De ahí mi admiración por todo lo que se comporta como las nubes con entrega a la fugacidad. Todo lo que desaparece se me antoja vivo y hermoso. El que aspira a la inmortalidad no sabe nada de la vida. La es vida es instante. ¿Hay nada más bello que la espuma de la ola? Un blanco sin pretensiones suspendido entre el azul del cielo y el verde del mar, de duración brevísima. No hay nada más que el olvido entre la suavidad y la esencia. Y este, el olvido, es la pluma que utiliza la mente del poeta. Esa pluma que se evade, no el bolígrafo o el lápiz que arañan.
(Poesía, nº 33)
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El poeta como tal no posee existencia en esta vida. El poeta es alguien que, por no pertenecer a la literatura, no tiene cabida en la fecha. Su actividad está fuera de cualquier calendario. Es y no es de pronto. Como el Guadiana, se entierra y se desentierra lejos del dato y de la fecha (caso de Góngora). Pero también se le lee como si existiese hoy, como si estuviera vivo. Sus palabras tienen la misma vitalidad que cuando fueron escritas.
(Poesía, nº 33)
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El que intenta hacer poesía aún no es poeta, camina hacia ella como el santo a la santidad. Ni al uno ni al otro, hasta su muerte, se les puede aplicar, en rigor, el título de santo o de poeta. Les parecería una ironía próxima en la ofensa. Es necesaria su muerte para que se les pueda aplicar con justicia el título de santo o de poeta. Paradójicamente, la acumulación de años, después de fenecidos, les alcanza su juventud. Su verdadera vida en el altar o en la biblioteca.
(Poesía, nº 33)
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No desfallezcáis nunca porque la constancia y hasta la testarudez, es fuente de alegría.
No claudiquéis nunca, si no queréis vivir constantemente entristecidos. La insistencia contra viento y marea siempre merece premio. Lo tiene en sí, va con ella.
(Poesía, nº 33)
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El que pretende hacer poesía lo primero que hace es dejar de hacer, vive pasivamente mostrándose al otro, al posible lector en estado de naturaleza, de desnudez.
(Poesía, nº 33)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pinter, Harold» open=»no»]Ni me toma el pelo (Beckett), ni me pasea por jardines, ni me hace guiños de inteligencia, ni me da un remedio, o una senda, o una revelación, o un cacharro lleno de migajas de pan; no intenta venderme nada que yo no quiera comprar; le importa tres pitos si quiero o no quiero comprar algo; no se lleva la mano al corazón. Pues bien, voy a comprarle su mercancía con todos los cachivaches, porque no deja pasar un guijarro sin darle la vuelta, ni una lombriz sin fijarse en ella. Lo que produce es hermoso. Su obra es hermosa.
(Cartelera Turia)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Piñera, Virgilio» open=»no»]El mundo se divide en dos grandes mitades si lo miramos desde el ángulo de la personalidad: el de los que tienen fe y el de ‘los que dan fe’ […]. Los primeros reciben el nombre de seres humanos; los segundos, de artistas.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pla, Josep» open=»no»]Los que se dejan influir por los grandes maestros demuestran tener una personalidad insignificante. Las influencias de obras más pequeñas, de radio mucho más corto, pueden ser, sobre una personalidad adecuada, sumadas y bien digeridas, mucho mejores: utilísimas.
(El País Libros, 21-4-1991)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pogorelich, Ivo» open=»no»][…] Toco tanto para el público como para mí mismo. Y, generalmente, soy bastante más crítico que quienes acuden a mis conciertos. Alguna vez me las apaño para gustarme a mí mismo. […] Se necesita mucho tiempo para preparar una obra. Es un proceso que requiere sus pasos.
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[…] Tampoco hay conocimiento. […] La gente canta sin voz, dirige sin saber dirigir… […] Puede parecer poco importante para la gente de a pie, pero ¿cómo se sentirían si se subieran a un autobús y se enteraran de que el conductor puede conducir, pero no tiene carné?
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No suelo escuchar mis discos. Cuando grabo, trato de hacerlo lo mejor posible…
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El mundo está lleno de mediocres que triunfan.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Polanski, Roman» open=»no»]Yo amo cualquier tipo de película. Mi intelecto me exige hacer el tipo de filmes que hago, pero mi parte más hedonista, mis gustos como espectador, me piden también esos productos en las antípodas de lo que hago para mí.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ponge, Francis» open=»no»]Cada vez que releía a los clásicos, tanto a los modernos como a los antiguos, el entusiasmo y la admiración me sobrecogían, pero a un tiempo me decía interiormente: “¡Hecho!” (y, por lo tanto, para no rehacer).
Por una parte, en efecto, los modelos (de espíritus, caracteres y costumbres) propuestos por esas obras me parecían inalcanzables, en todos los sentidos de la expresión, un poco como los dioses o los héroes de la liturgia antigua. Por otra parte, experimentaba un violento deseo de tirarme al suelo, sacar agua, escarbar la tierra, coger los frutos, toparme con los objetos. Esto era lo único que me parecía natural y digno.
(1988. El jabón, Pre-Textos)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pozzo di Borgo, Philippe» open=»no»]Si no te mueves te concentras en lo que importa.
(El Mundo, 30-11-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Porchia, A.» open=»no»]El mundo perdona tus defectos, no tus virtudes.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pound, Ezra» open=»no»]La buena prosa no te causará perjuicio alguno. Es una buena disciplina la que se adquiere al tratar de escribirla. La traducción es también un buen entrenamiento.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Prince» open=»no»]Nunca he tenido problemas de creatividad.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Prinzhorn» open=»no»]Motivos que impulsan la creación artística: necesidad de expresión, instinto de juego, propensión ornamental, tendencia al orden, directriz imitativa y necesidad de símbolos.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Pron, Patricio» open=»no»][…] Hablar de la “carrera literaria” supone también concebir la literatura como una actividad que es llevada a cabo de forma progresiva y en la que cada paso nos acerca a la meta, lo que, por supuesto, es falso: no existe esa meta, y, aun en el caso de que existiera, estar a diez pasos de ella no significaría estar más próximos de su final que cuando todavía nos encontrábamos a treinta porque la literatura es una actividad en la que abundan los avances, pero también los retrocesos y las vueltas atrás. Un buen primer libro no supone que se escribirá un segundo libro mejor -a menudo sucede lo contrario- y ni la juventud ni la madurez garantizan obras maestras. Tampoco lo hacen el ser desconocido ni el haber alcanzado cierto reconocimiento, ni el haber ejercido múltiples oficios o haberse dedicado plenamente a la escritura.
(Babelia, 29-9-2012)
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El prestigio literario no es bien inmueble ni una inversión que uno pueda ir aumentando a cada paso que da hasta cruzar la renta y rentabilizarla de un modo u otro: los prestigios -y las fortunas- se crean y se derrumban con la misma facilidad sin que nada tenga más importancia para su suerte que la calidad de los libros que se escriben, que es la primera cosa en la que los escritores dejan de pensar cuando empiezan a concebir lo que hacen en términos de una “carrera”. Pensar en esos términos es, en cierto sentido, el resultado natural de la pérdida de prestigio social de la literatura, pero resulta sorprendente que pocos escritores vean que esa pérdida de prestigio de la producción es también el resultado de la visión mercantilista de la literatura que se esconde detrás de la concepción errónea de la producción literaria como una carrera.
Babelia, 29-9-2012
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A veces escribe, al borde de la asfixia porque los escritores que lo precedieron no se mueven y los que vendrán detrás de él lo empujan para que les deje sitio; carece incluso de la certeza de que lo que hace tenga algún sentido, pero lo hace, y procura no despertarse nunca del sueño de la literatura, sólo que algunos conciben éste como una terrible pesadilla.
(Babelia, 29-9-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Proust, Marcel» open=»no»][…] Cuando volvía yo vibrando como una colmena con todas las frases que me habían preocupado y que seguían resonando en mí.
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[…] Al escritor que sintió varias veces el contento de haber llegado a un determinado punto de satisfacción en la expresión de su pensamiento planta así para siempre los jalones de su talento; igual que uno mismo, dejándose llevar de la pereza, del placer o del miedo a sufrir, dibuja en un carácter que acaba por ser imposible de retocar la figura de sus vicios o los límites de su virtud.
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[…] El que puede lo mucho no por eso también puede lo poco […].
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[…] La incuria que para los demás hombres está diluida en su existencia entera, en esa vida en la que afrontan a diario y sin necesidad los peligros de un viaje por mar, de un paseo en aeroplano o en automóvil, cuando en casa les está esperando un ser a quien destrozarían con su muerte, o cuando aún tienen confiado tan sólo a la fragilidad de su cerebro el libro cuyo remate es el único motivo de su existencia.
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[…] Lo que nos posibilita la creación de una obra no es el deseo de celebridad, sino la costumbre de ser laborioso […].
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Un verdadero escritor, exento del estúpido amor propio de tanta gente de letras, si, al leer el artículo de un crítico que siempre le ha mostrado la mayor admiración, ve citados los nombres de autores mediocres y no el suyo, no tiene tiempo de detenerse en lo que pudiera ser para él un motivo de extrañeza: le reclaman sus libros.
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Los seres que tienen la posibilidad de vivir para sí mismos -claro que estos seres son los artistas- tienen también el deber de vivir para sí mismos […].
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Pero el genio, y aun un gran talento, proviene, más bien que de elementos intelectuales y de refinamientos sociales superiores a los ajenos, de la facultad de transponerlos y transformarlos. Para calentar un líquido con una lámpara eléctrica no se trata de buscar la lámpara eléctrica más fuerte, sino una cuya corriente pueda dejar de alumbrar, para derivarse y dar en vez de luz calor. Para pasearse por los aires no se requiere el automóvil más potente; lo que se necesita es un automóvil que no siga corriendo por la tierra, que corte con una línea vertical la horizontal que seguía, transformando su velocidad en fuerza ascensional. Y ocurre igualmente que los productores de obras geniales no son aquellos seres que viven en el más delicado ambiente y que tienen la más lúcida de las conversaciones y la más extensa de las culturas, sino aquellos capaces de cesar bruscamente de vivir para sí mismos y convertir su personalidad en algo semejante a un espejo, de tal suerte que su vida, por mediocre que sea en su aspecto mundano, y hasta cierto punto en el intelectual, vaya a reflejarse allí: porque el genio consiste en la potencia de reflexión y no en la calidad intrínseca del espectáculo reflejado.
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[…] Nosotros no somos al modo de fábrica arquitectónica a la que se puede añadir piedras desde fuera, sino árboles que sacan de su propia savia cada nuevo nudo de su tallo, cada capa superior de su follaje.
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Por lo general, vivimos con nuestro ser reducido al mínimum, y la mayoría de nuestras facultades están adormecidas porque descansan en la costumbre, que ya sabe lo que hay que hacer y no las necesita.
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[…] Quizá su único defecto desde el punto de vista de la creación pura era ser un maestro, en este sentido de la palabra maestro, porque un artista, para entrar en la plena verdad de la vida espiritual debe estar solo y no prodigar lo suyo, ni siquiera a sus discípulos […].
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Una simpatía es preciosa siempre. Lo que no es posible hacer solos en la vida, porque hay cosas que no puede uno pedir, ni hacer, ni querer, ni aprender por sí mismo, puede lograrse entre varios […].
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[…] Un libro realmente bueno es particular, imposible de prever, y no consiste en la suma de todas las precedentes obras maestras, sino en algo que no se logra con haberse asimilado perfectamente esa suma, porque está precisamente fuera de ella.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Puértolas, Soledad» open=»no»]Cuando escribes, no te planteas si algo quedará, aunque en el fondo hay un afán de consistencia, de que no sea sólo un mero desahogo. El creador tiene la osadía de convertirse en portavoz del ansia de inmortalidad que todos tenemos.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Quignard, Pascal» open=»no»]Destruir el secreto individual tiene un objetivo político.
(Babelia, 20-09-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Rauschenberg, Robert» open=»no»]Para mí, el pasado cambia continuamente, mientras que el futuro permanece siempre el mismo.
(El arte de nuestro tiempo)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Redon, Odilon» open=»no»]El pintor que encontró su técnica no me interesa. Cada mañana/ se levanta sin pasión y, tranquilo y apacible, prosigue el trabajo comenzado la víspera./ Sospecho en él cierto hastío, propio del obrero virtuoso que prosigue su tarea/ sin el relámpago imprevisto del momento feliz./ No tiene el tormento sagrado, cuya fuente reside en lo inconsciente/ y lo desconocido; nada espera de lo que será. Yo amó lo que nunca ha sido.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Reed, Lou» open=»no»][…] Estaba contemplando el autorretrato de Van Gogh cuando de repente escuché: “Te hablo a ti a través de ti”. ¿Cómo, qué? “Te hablo a ti a través de ti”. Y entonces me di cuenta de que, si mi equilibrio no fuera lo suficientemente tranquilo, no sería capaz de escuchar esa voz interior, y que el proceso se detendría. Porque eso que llaman bloqueo muchas veces sucede solamente porque, en tu ansiedad de alcanzar la inspiración, lo estropeas todo. De modo que para conservar el talento tienes que tranquilizarte. Y por eso soy muy cuidadoso, porque no quiero perder nunca a mi amigo.
(El País, entrevistado por Rosa Montero en enero 1992)
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Pero ya no me pongo nervioso nunca más. Y sé que lo único que tengo que hacer es permanecer receptivo, no entorpecer el proceso, y especialmente no introducir emociones inútiles como la de la angustia. En fin, ahora me conozco a mí mismo. Ésa es una de las cosas que llegan con la madurez. Sé como trabajo. Sé que mi talento nunca me va a traicionar. Nunca me va a dejar.
(El País, entrevistado por Rosa Montero en enero 1992)
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Es que para alguien como yo, si no puedes escribir, nada tiene sentido. Escribir es mi todo, mi vida, y que de pronto te lo quiten… o ni siquiera eso, porque si alguien viene y te lo quita siempre puedes ir a recuperarlo, pero era peor, era la sensación de que se había evaporado, mirabas alrededor y no había nada, no quedaba nada. Y seis meses después, aún nada, cero… Era inaguantable. Pero al final he conseguido alcanzar un equilibrio con el talento, he hablado con esa parte de mí… O sería más exacto decir que esa parte de mí, la inspiración, el talento, como quieras llamarlo, me ha hablado a mí.
Me dijo: “Nunca te abandonaré”. Literalmente. Li-te-ral-men-te. En palabras reales. Literalmente. “No te abandonaré nunca y no te traicionaré”. Y como contrapartida, yo, a mi vez, no haré ya más cosas que puedan romper el equilibrio.
(El País, entrevistado por Rosa Montero en enero 1992)
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A mí me gusta escribir. Necesito escribir.
Y escribiría aunque no tuviera ningún contrato con una casa de discos. Sin embargo, eso sí, me gusta tener fechas límites, me son muy útiles, y si no las tengo me las invento.
Para levantarte y ponerte realmente a hacerlo, para dejar de pensar en ello y pasar a la ejecución. Porque de otro modo puedo pasarme pensado mucho, mucho tiempo.
(El País, entrevistado por Rosa Montero en enero 1992)
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Andy trabajaba muchísimo. Una de las cosas que se aprenden en la Factory es que para hacer aquello que quieres hacer, tienes que trabajar muchísimo. Si no trabajas muchísimo y sin parar, bueno, pues no conseguirás nada. Y de la gente que conozco, Andy es la persona que más trabaja. Me hacía comentarios sobre nuestro trabajo. Cada vez que me preguntaba cuántas canciones había escrito ese día, independientemente del número que yo le contestase, siempre me decía: “Tienes que hacer más”. El caso es que muchas cosas las aprendí así, a las duras. Pero, sobre todo, comprendí que había que trabajar para llegar a algo, el trabajo lo es todo. Deberíamos trabajar veinticuatro horas al día. Él trabaja muchísimo.
(Up-Tight. La historia de The Velvet Underground, Editorial La Máscara)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Refrán chino» open=»no»]Lo que un tonto hace,
puede hacerlo otro tonto.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Refranero español» open=»no»]Quien mucho abarca,
poco aprieta.
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Quien muchas cosas emprende,
a ninguna atiende.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Regàs, Rosa» open=»no»]La vida es demasiado corta para hacer todo lo que a uno se le ocurre.
(El País, 8-1-1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Reig, Rafael» open=»no»]La literatura tiene poco que ver con la esperanza, de la que no soy muy partidario. La esperanza es prima segunda del sometimiento. Como decía Virgilio, la única salvación es no esperar ninguna.
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Hasta el bueno de Antonio Machado fue capaz de chulerías tan engreídas como decir: “me debéis cuanto he escrito”. El afecto se lo merece más cualquier cajera-reponedora del súper.
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La pirámide lectora es tan importante como la de los alimentos y funciona más o menos igual. Hay que leer de todo, aunque la base siempre son los clásicos, que alimentan mucho y apenas engordan; también se recomienda el consumo diario y moderado de poesía láctea y novela contemporánea de carne o pescado; hay que leer sesudos ensayos igual que hay que comer verduras y frutas; y el vértice de las pirámides están, como siempre, las deliciosas chucherías, las golosinas, la bollería industrial y esas hamburguesas hechas con párpados de ternera: son los best-sellers que nos dan tanto placer y se comen casi sin darse cuenta, pero de los que no conviene abusar, si no queremos perder la línea o atrancar las neuronas con prejuicios, ideas bobas pronunciadas con solemnidad y espesos clichés de colesterol.
(ABC cultural, 17-12-2011)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Rilke, Rainer María» open=»no»]La rima es una gran diosa, de coincidencias muy secretas y antiguas y nunca podemos dejar el fuego ante sus altares […]. Confiere, por medio de su consentimiento misterioso, un aplomo, una seguridad que nada podría sustituir.
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El principio de mi trabajo es una apasionada sumisión al objeto que me ocupa, al que, dicho con otras palabras, pertenece mi amor.
La inversión de este sometimiento acaba produciéndose, de un modo inesperado para mí mismo, en el acto creador que surge de pronto dentro de mí, en el que soy tan inocentemente activo y superador como fui sumiso de un modo inocente y puro en la fase precedente.
(El testamento)
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Lo que ninguno aún a querer se atrevió se me hará natural en un día futuro.
(Libro de horas)
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No hay medida en el tiempo: no sirve un año y diez años no son nada; ser artista quiere decir no calcular ni contar: madurar como el árbol que no apremia a su savia, y se yergue confiado en las tormentas de primavera, sin miedo a que detrás pudiera no venir el verano. Pero viene sólo para los pacientes, que están ahí como si tuvieran por delante la eternidad, de tan despreocupadamente tranquilos y abiertos. Yo lo aprendo diariamente, lo aprendo bajo dolores a los que estoy agradecido: ¡la paciencia lo es todo!
(Cartas a un joven poeta)
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[…] Es por falta de fuerza, por distracción y por errores hereditarios que perdemos casi del todo las innumerables riquezas que aquí nos fueron destinadas.
(Rilke, J.-F. Angelloz)
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Se debería esperar y saquear toda una vida, a ser posible una larga vida; y después, por fin, más tarde, quizá se sabrían escribir las diez líneas que serían buenas. Pues los versos no son, como creen algunos, sentimientos (se tienen demasiado pronto), son experiencias. Para escribir, un sólo verso es necesario haber visto muchas ciudades, hombres y cosas; hace falta conocer a los animales, hay que sentir cómo vuelan los pájaros y saber qué movimiento hacen las florecitas al abrirse por la mañana. Es necesario poder pensar en caminos de regiones desconocidas, en encuentros inesperados, en despedidas que hacía tiempo se veían llegar; en días de infancia cuya misterio no está aún aclarado; en los padres a los que se mortificaba cuando traían una alegría que no se comprendía (era una alegría para otro); en enfermedades de infancia que comienzan tan singularmente, con tan profundas y graves transformaciones; en días pasados en las habitaciones tranquilas y recogidas, en mañanas al borde del mar, en la mar misma, en mares, en noches de viaje que temblaban muy alto y volaban con todas las estrellas -y no es suficiente incluso saber pensar en todo esto-. Es necesario tener recuerdos de muchas noches de amor, en las que ninguna se parece a la otra, de gritos, de parturientas, y de leves, blancas durmientes paridas, que se cierran. Es necesario aún haber estado al lado de los moribundos, haber permanecido sentado junto a los muertos, en la habitación, con la ventana abierta y los ruidos que vienen a golpes. Y tampoco basta tener recuerdos. Es necesario saber olvidarlos cuando son muchos, y hay que tener la paciencia de esperar que vuelvan. Pues los recuerdos mismos, no son aún esto. Hasta que no se convierten en nosotros, sangre, mirada, gesto, cuando ya no tienen nombre y no se les distingue de nosotros mismos, hasta entonces no se puede suceder que en una hora muy rara, del centro de ellos se eleve la primera palabra de un verso.
(Cuadernos de L. M. Brigges)
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[…] Para mí es siempre de una importancia extrema, en todas las artes, que lo decisivo no sea la apariencia, el “efecto” (lo que se suele llamar “lo bello”), sino la causa más interna y profunda, la esencia subterránea que hace surgir esa apariencia -que no tiene por qué ser reconocible de inmediato como belleza- […].
(1993. Recuerdos de R. M. Rilke, Marie von Thurn und Taxis, Biblioteca de la Memoria)
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Todas las mañanas me despierto con un hombro frío, allí donde tendría que agarrar la mano que me sacudiera. ¿Cómo es posible que yo ahora, preparado y educado para la expresión, permanezca propiamente sin vocación, sobrante?
(1993. R. M. Rilke, H. Eson Holthusen, Alianza)
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Creo en todo lo nunca dicho aún.
(Libro de horas)
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Cézanne lo entendió muy bien cuando, durante los treinta últimos años de su vida, se alejaba de todo lo que pudiera “venir a echarnos la zarpa”, como decía él, y cuando, a pesar de ser tan creyente y fiel a las tradiciones, se negó incluso a asistir al entierro de su madre por no perder un día de trabajo. Cuando me enteré de todo eso fue como si me traspasara una flecha, pero una flecha resplandeciente que dejase en llamas mi corazón, al atravesarlo, en un incendio de clarividencia.
Hay pocos artistas en nuestros días capaces de concebir esta obstinación, esta violenta testarudez, pero yo estoy convencido de que sin ellas se queda uno siempre en los arrabales del arte, ya lo bastante ricos, desde luego, como para permitirle a uno gratos descubrimientos; pero no frecuenta uno, sin embargo, más que como jugador que, sentado ante el tapete verde y teniendo a veces incluso su “buena racha”, permanece, con todo, esclavo del azar, un simple mono de imitación, dócil y astuto, de la ley.
(1993. Cartas francesas a Merline)
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El pintor no debería llegar a percatarse de sus intuiciones (como el artista en general); es preciso que sus progresos, para él mismo enigmáticos, se trasieguen, sin el rodeo de la reflexión, tan rápidamente a su obra que en el momento en que aparezcan no pueda reconocerlos.
(1993. Cartas sobre Cézanne)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Rimbaud, Arthur» open=»no»]Millón de pájaros de oro,
oh futuro vigor.
(1988)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ríos, Miguel» open=»no»]Si no te mueves, no sales en la foto.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Rodríguez, Claudio» open=»no»][…] La poesía es un arte y en ella habitan la música y la pintura, la arquitectura y la danza: el espacio y el tiempo.
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[…] La poesía consiste en nutriciones y en secreciones […].
(El País, 11-12-1986)
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Yo no puedo escribir verso libre. Y eso puede ser una limitación. Ahora bien, te repito que para mí la destreza, el oficio, son fundamentales en cualquier manifestación humana, y en nuestro caso, en la poesía. Muy pocos poetas saben escribir en verso libre y de manera semejante muy pocos saben escribir en versos o cánones tradicionales.
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El estilo, por tanto, sea en verso libre o en el tradicional, consiste en la personalidad, en la calidad del espíritu.
(El País, 11-12-1986)
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Yo comencé a escribir caminando, andando. Hice la poesía que llaman los tratadistas del siglo XVIII de la naturaleza, que es lo que veía, una cosa absolutamente vital. Los campos de mi tierra, de Zamora, de Salamanca, de Valladolid. Yo tenía que expresar esa ebriedad, ese entusiasmo ante la naturaleza. Pero repito que no me importaba la forma, la belleza o no del paisaje. Era el impulso sin razonamiento, la exclamación que de ahí me provenía.
(El País 11-12-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ronaldos, Los» open=»no»]Y todo el mundo escucha
lo que les vas a decir
para decirte que está mal,
para decirte: no está bien.
Ya no sabes qué hacer.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Rosa, Guimarães» open=»no»]Cuando nada sucede hay un milagro que no estamos viendo.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ross, Ricky» open=»no»]Si tuviera que pasar el resto de mi vida sentado en una habitación haciendo canciones me sentiría a gusto. No sería un problema para mí.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Roth Philip» open=»no»]Si se escribe una página al día, al año tendrás 365 páginas y, por lo tanto, un libro. No es una hazaña ni un gran esfuerzo.
(ABC Cultural, 17-11-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Rothko, Mark» open=»no»]Es nuestra función de artistas el hacer que el espectador vea el mundo a nuestra manera, no a la suya.
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Un cuadro vive por compañerismo, y se expande y aviva gracias a la mirada del contemplador sensible. Muere por la misma razón. Es, por tanto, algo peligroso e insensible el exponerlo al mundo. ¡Con cuánta frecuencia ha de estar expuesto a las miradas de los vulgares y la crueldad de los impotentes que desean hacer extensible su aflicción al universo!
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Algunos artistas lo quieren expresar todo, pero para mí es más sagaz expresar poco.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Rupérez, Ángel (Bloom, Harold)» open=»no»]La sublimidad de un escritor es la consecuencia lógica de su lucha agonística con el precursor. Ser sublime equivale a no darse por vencido en esa confrontación y a no resignarse a ser menos creativo que el modelo al que se enfrenta. La sublimidad acarrea la originalidad absoluta y esta el exceso de significado, un rasgo infalible para reconocer a la gran literatura.
(El País Libros, 30-11-1991)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Sáenz de Zaitegui, Ainhoa» open=»no»]¿De quién es la voz en nuestra mente? La voz que no oímos: la voz que pensamos. No es la nuestra. No es ni masculina ni femenina. Usa palabras, pero también imágenes, aunque es una voz. No se parece al lenguaje. Es más una cascada de código que creamos y destruimos más allá de la razón.
(El Cultural, 15-11-2013, en su reseña de Tres mujeres de Sylvia Plath)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Salter, James» open=»no»]Escribo porque escribo. Es muy difícil pensar en que alguien leerá mis libros dentro de cien años. Debes de ser muy vanidoso o considerarte muy bueno para creer eso.
(ABC cultural, 1-3-2014)
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Uno nace con el impulso de escribir. Puede que no emerja hasta cierto momento de tu vida, pero naces con ello.
(ABC cultural, 1-3-2014)
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Tu única esperanza es haber escrito el libro que querías escribir. Y el resto está ahí.
(ABC cultural, 1-3-2014)
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¿Cuál es el estado ideal para un escritor? Creo que la esperanza.
(ABC cultural, 1-3-2014)
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Mi único arrepentimiento a lo largo de todos estos años es no haber escrito cosas, incluso pequeñas. Encuentro un gran placer escribiendo, incluso en el acto físico de escribir. Es un disfrute, un gozo.
(ABC cultural, 1-3-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Sánchez Robayna, Andrés» open=»no»]Se podría enseñar a hacer lo que Eliot recomendaba en relación con la literatura: no creer demasiado en “artistas” de cuya muerte no hayan transcurrido cien años.
(El Cultural, 15-2-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Santa Teresa de Jesús» open=»no»]Es otro libro nuevo de aquí adelante, digo otra vida nueva.
(Libro de la vida)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Saura, Antonio» open=»no»]El saber que una obra está acabada dejándola inacabada es una de las cualidades fundamentales del buen pintor, aunque parezca una paradoja. Todo aquello que está realmente acabado está muerto. A las obras inacabadas siempre les queda vida y dinamismo. Hay cuadros a los que hay que abandonar para que sigan viviendo, aunque sean imperfectos.
(El Mundo, 8-9-1994)
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Yo estoy seguro de que un pintor no puede hacer más que aquello que puede hacer. No se puede forzar el registro, y si se hace por la voluntad, o por la ambición, o por frivolidad, o por moda -que es lo más grave-, un pintor se traiciona a sí mismo y su obra desmerece siempre. No creo en el pintor camaleónico.
(El País, 27-9-1989)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Saura, Carlos» open=»no»]Esa especie de rapacidad que existe aquí me pone muy nervioso, es odiosa. De pronto parece que toca, como en un sorteo, hundir a fulanita de tal, y entonces se le odia. Simplemente es que le ha llegado el momento. Luego toca el turno de recuperar a menganito, y se le recupera.
(El País Semanal)
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[…] Cuando se tiene una obra tras de sí, uno se siente más libre para decir lo que le plazca, para mostrar la amargura que le producen ciertos comentarios un poco mezquinos.
(El País Semanal)
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Ahora tengo 60 años y siempre digo que a esa edad empezó la segunda carrera de Luis Buñuel, que fue cuando vino a España a hacer Viridiana y entró en una etapa maravillosa.
(El País, 28-11-1992)
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Creo que lo mejor es explotar aquello que tengas de personal. Tu vida, tus vivencias, lo que seas capaz de imaginar. Aunque el éxito que obtengas sea menor, siempre vale la pena la aventura de hacer algo personal.
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[…] Esta manera de ser nuestra tiene una ventaja: aquí nunca puedes llegar a creerte que eres un gran hombre, porque te machacan antes. Eso de tener que estar planteándote siempre si eres un imbécil, como ellos dicen, te obliga a replantearte todo. Mira, siempre duelen las malas críticas, incluso la de los imbéciles. Uno nunca es tan fuerte como quisiera. Puedes llegar a conmoverte, a considerar que todo lo que has hecho es un desastre. Yo, tras el estreno de casi todas mis películas, he caído en una especie de depresión. Luego te rehaces y comprendes que sólo te queda un camino: seguir haciendo lo que te gusta. Te dices: vamos a ver hasta dónde aguanto o hasta cuándo aguantan los demás.
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[…] Todas las películas tienen imperfecciones, a todas se les pueden encontrar defectos. Es más, las imperfecciones hacen que una película sea interesante. Me encantan las películas imperfectas.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Savater, Fernando» open=»no»]Citar es un arte, mancillado por la proliferación de incompetentes y pedantes.
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Por medio de las citas encuentra uno los espíritus más afines al propio de la fratría literaria. Si leo una frase que me impacta, eso no quiere decir forzosamente que su autor me resulte anímicamente próximo. Al contrario, a veces las citas que más me gustan son las que expresan mejor opiniones que me resultan intolerables: como Unamuno (¿será esto otra cita?), soy de los que subrayamos en los libros aquello que nos desmiente. Pero cuando veo que alguien incluye en su texto la cita que yo también hubiera buscado para el caso, cuando alguien me repite de un libro o de un artículo la frase que realmente no puede ser pasada por alto, entonces sé que he encontrado una suerte de hermano literario, aunque nuestra hermandad se parezca más a la de Caín y Abel (o a la de Cástor y Pólux) que a la de los hermanos Marx. A fin de cuentas, poner una cita es lanzar una bengala de aviso y requerir cómplices. Porque son cómplices lo que uno necesita: los lectores nunca bastan.
(El País, noviembre 1991, en “Citas”)
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Las personas que no comprenden el encanto de las citas suelen ser las mismas que no entienden lo justo, equitativo y necesario de la originalidad. Porque donde se puede y se debe ser verdaderamente original es al citar. Por eso algunos de los escritores de nuestro siglo, como Walter Benjamin o Norman O.Brown, se propusieron (y el segundo llevó en Love’s body su proyecto a cabo) libros que no estuvieran compuestos más que de citas, es decir, que fuesen realmente originales… Los maniáticos anticitas están abocados a los destinos menos deseables para un escritor: el casticismo y la ocurrencia, es decir, las dos peores variantes del tópico. Citar es respirar literatura para no ahogarse entre los tópicos castizos y ocurrentes que se le vienen a uno a la pluma cuando nos empeñamos en esa vulgaridad suprema, “no deberle nada a nadie”.
En el fondo, quien no cita no hace más que repetir pero sin saberlo y sin elegirlo. Los que citamos asumimos en cambio sin ambages nuestro destino de príncipes que todo lo hemos aprendido en los libros (y ahí va otra cita disimulada ja, ja, larvatus prodeo…).
(El País, noviembre 1991, en “Citas”)
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¿Por qué citar? Hay dos razones: la modestia y el orgullo. Se cita por modestia, reconociendo que el acierto que se comparte tiene su origen y que uno llegó después. Se cita por orgullo, ya que es más digno y más cortes, según dijo Borges (¿me perdonarán la cita?), enorgullecerse de las páginas que uno ha leído que de las que ha escrito. Lo mismo que el viajero habla de lo que vio en sus travesías, lo mismo que el cazador exhibe las cabezas disecadas de sus mejores piezas, lo mismo que el paseante junta las flores que ha encontrado en un ramillete y lo ofrece a la persona querida, citar es otra forma de decir “no he vivido en vano” (en este caso, “no he leído en vano”) y también “estaba pensando en ti”. Nada de esto tiene que ver con el afán de erudición, pues la erudición no es más que el polvo que cae en un cráneo vacío desde una biblioteca en un cráneo vacío, según el lapidario dictamen de Ambroise Bierce en su Diccionario del diablo (¡santo cielo, otra cita más!, según el). En el trabajo del erudito, sólo las citas son memorables; en cambio, quien sabe citar porque también sabe escribir realza lo digno de ser recordado de su texto con las citas que lo subrayan y acompañan.
(El País, noviembre 1991, en “Citas”)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Schneider, Peter» open=»no»]Así como la literatura está limitada a un puñado de temas arquetípicos, del mismo modo está obligada, en el plano de la expresión, a la revolución permanente.
(Quimera, nº 72, “El futuro de la novela”)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Siles, Jaime» open=»no»]La poesía es -como Gerardo Diego dijo- “un único verso interminable” que todos los poetas, cada cual en su tiempo y a su modo, van a intentar enunciar.
(ABC cultural, 28-1-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Simpson, Lisa» open=»no»]El alma es el símbolo de lo bueno que hay en nosotros.
(En el episodio “Bart vende su alma” )
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Small, Cristopher» open=»no»]Desde cierto punto de vista es posible considerar a nuestras artes como metáforas de las actitudes y supuestos de nuestra cultura.
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Pero el verdadero poder del Arte no reside en escuchar ni en contemplar la obra terminada, sino en el mismo acto de la creación.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Söderberg, Hjalmar» open=»no»]Creo en el deseo de la carne y en la irremediable soledad del espíritu.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Sontag, Susan» open=»no»]Con la edad y con un cierto grado de éxito -grado que depende de que el escritor haya sido capaz de sentarse en una habitación cada día, año tras año, solo-, llegan un montón de invitaciones para tomar aviones […].
(El País, 1-05-1986)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Souza, Patricia de» open=»no»]Escribir nunca ha sido una tarea fácil, es encontrarse a solas con tus límites, tus miedos, es tratar de girar en torno a una verdad efímera, un planeta solo flotando en la inmensidad.
(Babelia, 23-11-2013)
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Vivir fuera nos deja siempre en ruinas, hay que traducir la experiencia. El lenguaje entonces es la única identidad. Y esa carta robada a la vida, dirigida a todo el mundo, vagará por ahí, sola, a la espera de que alguien la lea. Terrible contradicción de la literatura: un hacer vital que se alimenta del contacto con personas encarnadas para mantenerse en movimiento, y que, poco a poco, por aceptar colocarse fuera de la vida, terminará aislado y sin aliento. Pienso que esas cartas interminables seguirán estando dirigidas a cualquiera que pase delante y descubra el brillo hipnótico de un idioma, de una lengua, de una escritura que recorre la vida.
(Babelia, 23-11-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Spinoza» open=»no»]Obrar bien y permanecer alegres.
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La alegría es la marca del buen esfuerzo.
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Para seguir en el mundo cuando el cuerpo no está,
para seguir presente lo ausente,
el espíritu ha de albergarse en lo vivo,
y desde allí emanar dulzura, comprensión, fuerza.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Sonnabend, Ileana» open=»no»]Una vez consagrados, los artistas pierden el interés en la aventura espiritual.
(El País, 31-10-1987)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Soriano, Osvaldo» open=»no»]Chandler siempre se quedaba empantanado y eso que antes de empezar tenía el personaje, el escenario, la rutina. Era un cascarrabias que llenaba los tiempos en blanco dictando cartas maravillosas a gente a la que sus problemas le importan un pito. Pero usted no recuerda a Chandler por eso, sino porque él escribió en alguna parte que también el talento se consume, igual que una vela. Un día se acaba, y listo. Se refería a Dashiel Hammett, y entonces a usted le viene un terror pálido, porque Dash se acabó joven, ya el hombre flaco lo escribió a los tirones, encerrado en la pieza de hotel que le había facilitado Nathaniel West. Sí, por supuesto que Hammet era un borracho, pero ¿y usted qué? ¿Acaso es un puritano de la macrobiótica que sale a correr por las mañanas y va a visitar a su editor en bicicleta? ¡Vamos! Usted se intoxica con tabaco, hipnóticos, aspirinas y alcohol, igual que su querido Scott Fitzgerald. Y que Rulfo
(El País, 1-10-1988)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Stendhal» open=»no»]¿Acaso un camino es menos bonito por haber espinas en los matorrales que lo bordean? Los viajeros siguen su camino, dejando a las espinas aburrirse en donde están. Además, manos a la obra, mi querido amigo, ¡manos a la obra!
(Rojo y Negro)
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Ser tranquilamente, obstinadamente uno mismo.
(en palabras de Antonio Muñoz Molina)
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Lo que importa no es el libro, su proyecto o su forma final, sino la urgencia de registrarlo todo, por gusto, por vicio, porque uno está solo y se aburre, o porque está triste, o porque no cabe en sí de entusiasmo, o porque no quiere olvidar algo que le han contado, o ni siquiera eso, porque es de noche y tiene un cuaderno y una pluma y un tintero, porque da gusto notar cómo la pluma se sumerge en la tinta. Cuando no tiene pluma, escribe a lápiz, dice; escribe en el rato que tardan los postillones en cambiar los caballos en la diligencia. (Antonio Muñoz Molina)[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Stevens, Wallace» open=»no»]En poesía, debes amar las palabras, las ideas y las imágenes con toda tu capacidad de amar lo que sea.
(Adagia)
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Una de las funciones del poeta en cualquier época es descubrir mediante su propio pensamiento y sentimiento qué es lo que a su juicio es la poesía en esa época. Normalmente, lo que descubra lo revelará en su propia poesía como si fuese la poesía misma. Lo más frecuente es que ejerza esta función sin darse cuenta, de manera que las revelaciones de su poesía, si bien definen lo que a él le parece qué es la poesía, son revelaciones de definiciones de la poesía.
(1994. El ángel necesario)
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No es lo mismo ir reuniendo poesía a lo largo del camino que meramente escribir poesía.
(Adagia)
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Para cualquier originalidad es preciso tener el valor de ser un amateur.
(Adagia)
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No tener nada que decir y decirlo de una manera trágica no es lo mismo que tener algo que decir.
(Adagia)
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El poeta debe poner en su poesía el mismo grado de aplicación que, por ejemplo, el viajero en su viaje, el pintor en su pintura.
(Adagia)
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Es el sentimiento o la penetración lo que aviva las palabras, no al revés.
(Adagia)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Stein, Gertrude» open=»no»]Escribir
es
escribir
y
escribir
y
escribir
y
escribir y escribir
y escribir y escribir.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Stone, Oliver» open=»no»] Creo en el poder del exceso. Da una vida más larga.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Suede (Anderson, Brett)» open=»no»]No puedo esperar quince años a que la gente se decida a analizarme por mi música. Necesito que me escuchen ahora.
(Rock de Lux, enero 1995)
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Hacer música es hacer un disco, exponer tu criterio, constatar tu identidad, hacer historia. Cuando muera, no existiré. Pero sí estos dos discos que hemos grabado.
(Rock de Lux, enero 1995)
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Me salen canciones hasta en sueños, cada día me despierto con una nueva melodía en la cabeza.
(Rock de Lux, enero 1995)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Suvero, Mark di» open=»no»]Hay que intentar hacer sólo lo necesario, construir formas que nos prendan y nos agarren. Un artista tiene que intentar conseguir el máximo de intensidad en su obra para poder regalar algo de verdad nuevo a los demás.
(Babelia, 22-12-1994)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Swanson, Gloria» open=»no»]Querían que nos comportáramos como dioses, y lo hicimos.
(El País, 23/2/1991)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tacca, Oscar» open=»no»]La poesía resulta de una lucha denodada por la única forma de decir algo. La novela, por su parte, es una lucha entre las múltiples maneras posibles de contar algo.
(Las voces de la novela)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tàpies, Antoni» open=»no»]Es el propósito central de mi trabajo que el cuadro sea como un talismán, un objeto o un mecanismo para ayudar a que la gente que lo vea cambie su mentalidad normal, y se traslade a ese estado que llamamos de contemplación de la realidad profunda, de la conciencia cósmica, del absoluto.
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[…] Uno se orienta a sí mismo como puede, y yo, escribiendo, aclaro mis ideas.
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El primero que lo ve y lo siente es que lo inventa. Cuando pinto, me comparo con un médico que busca una vacuna y después la prueba consigo mismo para ver su resultado. El artista es el primer espectador de su obra. Pero, luego, la vacuna es para todos.
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Uno tiene la ilusión de estar acertando, sino lo haría de otra manera; pero siempre te falta el cedazo de la historia que dejará las cosas en su sitio.
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Otro de los motores es el mero y legítimo deseo de ir contra corriente, de ser diferente de los demás. Sí, hay una parte de eso porque cuando haces una cosa por primera vez aportas una visión nueva. Es así, y yo procuro no parecerme a nadie; si veo que toco temas o materiales que han sido usados por otro artista, los abandono. Pero más que nada por respeto, para transmitir otra concepción del mundo.
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Tengo la esperanza de lograr interpretar la realidad de cierta manera que sea interesante para los demás. Si todos meditáramos, pensaríamos más en los otros.
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Yo me encontré a mí mismo como pintor a partir del año 1953. Coincide con mi boda con Teresa. Entonces me aislé completamente. Practiqué mucho, no paré hasta encontrarme. Sí, fue muy buscado y muy hecho a propósito. No puedo hablar de casualidad. […] Desde luego, se pasa mal. Pero hacía exposiciones; mientras tanteaba tenía el coraje de exponer. Eso me ayudaba.
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Siempre he estado pensando que tengo que esforzarme, que tengo que hacerlo mejor. La actitud de buscar sensaciones para pasar el tiempo, tan común hoy día, no me gusta. La vida es corta y hay que hacer cosas importantes.
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Me asusta la típica angustia del lienzo en blanco, pero no me dura mucho. Aunque no sepa qué hacer, empiezo a trabajar. Hay que ponerse, porque si esperas que te llegue la inspiración, nunca llegarías a hacer nada.
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Cuando lo ves desde lejos, como puedo verlo ahora, parece que sí, que hay un momento concreto en el que comienzo a ser el pintor, luego tan elogiado. Pero cuando estás metido dentro, lo ves sólo como una lucha continua. Reconozco que visto con cierta perspectiva puede parecer que hubo un momento en que encontré la piedra filosofal.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tena, Manolo» open=»no»]Deseo ofrecer una propuesta original y aunque viva en el muladar y me vaya mal, mi obra la he cuidado siempre como una orquídea.
(El País, 13-1-1989)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Timoneda, Juan de» open=»no»][…] Hazer verdadero aquel Refrán que dize: Allegate a buenos, y serás uno dellos.
(1990)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tizón, Eloy» open=»no»]En el duelo asimétrico entre la cigarra y la hormiga de la fábula, uno se declarará siempre partidario de la cigarra; antes cantar que acumular haces de leña para el invierno.
(Técnicas de iluminación, 2013)
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La meta siempre está más allá, al doblar la esquina, puede que uno la alcance en un millón de metros o en media hora, o dentro de cuatro inviernos y quinientas estrellas más. Algún día conseguirá su objetivo, uno no desespera.
(Técnicas de iluminación, 2013)
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Todo es hola y adiós y unas décimas de fiebre.
(Técnicas de iluminación, 2013)
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[…] Escribir es imposible y que también es imposible dejar de escribir. […] Porque escribir, pensaba yo, es estar más despierto de lo normal. Un espasmo de lucidez recorre todo, nos sacude el sistema nervioso con una sobrecarga de vitalidad, de plenitud, de audacia, de algún hay que canalizar toda esa energía dispersa y un tanto alucinógena que desborda la conciencia. De la euforia molecular hasta el folio. Entran ganas de cantar, de bailar, de recibir una bofetada o un electroshock. En lugar de eso, volcamos toda esa actividad frenética hacia dentro y nos contentamos con enfilar, con gran aplomo, un signo negro tras otro.
(Técnicas de iluminación, 2013)
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El sol que nos alumbra hoy procede de la luz extinguida de miles de millones de imaginaciones muertas.
(Técnicas de iluminación, 2013)
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Aún tenía mucho pasado por delante.
(Técnicas de iluminación, 2013)
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La nieve es la esquina de las palabras, ese resto que queda después de haber triturado todos los nombres propios: un poco de arena fría.
(Técnicas de iluminación, 2013)
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El arte es una herida lenta y puede que la luz sea más antigua (aún) que el amor.
(El Cultural, 07-02-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Todorov, Tzvetan» open=»no»]A partir de una cierta profundidad de exploración, el arte, como el pensamiento, deviene universal; pero el camino más directo que conduce a ese punto pasa por el conocimiento de lo particular.
(Babelia, 7/3/1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tóibín» open=»no»]En el principio fue la palabra, y un escritor con la palabra puede crearlo todo, cambiarlo todo, puede ser como un sacerdote o un Dios, e incluso crear algo que no existe.
(El País, 7-12-2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tolstoi» open=»no»]La felicidad es una alegoría; la desdicha, una historia.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tomeo, Javier» open=»no»]Cada día. Por las mañanas [escribo y reescribo], en una habitación que da a un patio interior. A esa hora todo parece posible, cantan las vecinas y los pájaros y eso infunde optimismo.
(Babelia, 24-11-2012)
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Escribir es como la alquimia: inalcanzable; muchos altisonantes hacen que las palabras estén iluminadas por fuera, pero la luz de las palabras ha de ser interior, cada una ha de tener esa luz interior, mágica, que le da el estar en el sitio que le corresponde.
(Babelia, 24-11-2012)
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Vas leyendo y formalmente escribes mejor pero si pierdes la desfachatez de con lo poco que uno había leído y escrito del principio, y se creía que el mundo tenía que escucharte, leerte. Si pierdes eso, lo pierdes todo, ¿no?
(El Cultural, 5-10-2012)
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A veces me siento delante de una cuartilla en blanco porque tengo ganas de escribir. Entonces empiezo dibujando una letra, la que sea.
(El Cultural, 5-10-2012)
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Sólo se puede escribir desde la mala leche.
(Babelia, 24-11-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tomlinson, Charles» open=»no»]Siempre he huido por igual del egotismo y de la incontinencia icónica que polarizan a buena parte de la poesía contemporánea. Me interesa, por el contrario, una reflexión empírica y sensitiva de las cosas, capturarlas en su propio lenguaje.
(El País, 12-11-1994)
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El desmenuzamiento poético es la última oportunidad de concentración que tenemos. Acordar nuestras fijaciones mentales con la propia concentración de la naturaleza.
(El País, 12-11-1994)
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Yo estoy escribiendo para beneficiar a la raza humana […], yo no soy el típico poeta que primero se mete en sí mismo y desde allí medita desde su propia conciencia. El tema central de mi poesía es realmente el de las relaciones y el salir de uno mismo hacia la naturaleza y hacia otras lenguas.
(ABC, 11-11-1994)
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[…] Seguí escribiendo poesía porque con ella me sentía en contacto con la realidad, el mundo; con el tipo de misterio -porque hay un misterio- que se ve en los hombres, los niños y los enanos de Velázquez: el misterio del ser. Con la poesía tienes la sensación de estar en contacto con una realidad que la vida intenta cancelar. Hay tanta banalidad alrededor…
(El País, 13-6-1992)
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Los filósofos ayudan a los poetas a articular lo que estos saben de forma intuitiva. Es útil tener las formulaciones de los filósofos, para tú luego reincorporarlo, “robarlo”. Los poetas son maravillosos ladrones.
(ABC, 11-11-1994)
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El peligro para el poeta es la desesperación. Si piensas demasiado en lo mal que lo tiene la poesía, la cultura, pierdes la esperanza. Yo he decidido ignorar todo ello y concentrarme en mis versos.
(El País, 13-6-1992)
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Después de los 15 años seguí escribiendo poesía porque con ella me sentía en contacto con la realidad, el mundo; con el tipo de misterio -porque hay un misterio¬- que se ve en los hombres, los niños y los enanos de Velázquez: el misterio del ser. Con la poesía tienes la sensación de estar en contacto con una realidad que la vida intenta cancelar. ¿Sabe? Hay tanta banalidad alrededor….
(Babelia, 13-6-1992)
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Cada vez tenemos más reuniones en la universidad. Si me concentro en ellas me pueden irritar mucho. De modo que canalizo mi irritación a construir versos. Algunas veces escribo cuando camino.
(Babelia, 13-6-1992)
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La desesperación. Si piensas demasiado en lo mal que lo tiene la poesía, la cultura, pierdes la esperanza. Yo he decidido ignorar todo ello y concentrarme en mis versos.
(Babelia, 13-6-1992)
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Los padres deberían leer poesía a sus hijos, en lugar de abandonarles frente al televisor, donde sólo miran en lugar de imaginar, que es el espacio de la literatura.
(Babelia, 13-6-1992)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Toro, Suso de» open=»no»]La creación nace de un ahondamiento en uno mismo. El artista no puede ser gregario y debe cultivar su rareza.
(El Cultural, 10-1-2014, en una reseña de Pablo Sanz)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Torre, Guillermo de» open=»no»][…] La predominancia de lo poético corresponde al período de pubertad en los seres y en las literaturas. Superado aquél, alcánzase otro estadio en que cobran predominio las ideas y conceptos sobre los sentimientos y palabras.
(Historia de la literatura de vanguardia, G. de Torre, vol. I)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Torres, Maruja» open=»no»][…] Sólo un pasado que es presente y futuro a la vez merece la pena del recuento: la proximidad de un amigo, el fulgor de un amor, el insistente placer de un buen libro, la compañía insistente de una gran sinfonía, el deleite de un paisaje real o imaginario. Todo lo demás es ruido, ruido y mierda, y sólo los poetas, y quizás los constructores de catedrales y de cuanta belleza nos fue legada para que no sintiéramos que estábamos solos y acabábamos de empezar, merecen que sea respetada su ambición.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Torres, Rosana» open=»no»][…] Este pintor tomó toda su obra de un periodo anterior y se fue con ella bajo el brazo a un crematorio donde ordenó que fuera incinerada. No contento sólo con esto, recogió las cenizas que quedaban de años de trabajo, las metió en una urna y sobre ella puso una inscripción en que rezaba: “John Baldessari, 1957-1965”.
[…] Se deshizo de todo tipo de objetos materiales de aquella época, cambió de estudio, de casa. Según él, después de aquello vino el renacimiento.
(El País, 12-1-1988?)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Torres Villarroel, Diego» open=»no»]Lo que aprovecha es tener buenas costumbres, que estas valen más que los buenos parientes; y el vulgo, aunque indómito, hace justicia a lo que tiene delante.
(El País, 11 de febrero de 2012, p. 27, recogida por Javier Gomá Lanzón)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Trapiello, Andrés» open=»no»]La poesía no es sino un largo, extenso y único poema que escriben, en épocas diferentes y en diferentes lenguas, los distintos poetas […] en un papel prestado.
(En el prólogo de Las tradiciones, poesía reunida)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Traven, Bruno» open=»no»]Me gustaría que quedase bien claro que la biografía de un autor carece de importancia. Si no se le reconoce en su obra, entonces es que no vale nada o que su obra no tiene ningún valor.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Tyler, Anne» open=»no»]En la escritura tienes que permitirte ser un plato vacío, listo para ser llenado.
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Parece que si hablo sobre mi escritura luego durante un tiempo no puedo escribir. Me vuelvo más consciente. Es el beso de la muerte. Sé que suena raro, pero es como si cuando hablara de ello hubiera un hada o un elfo de la escritura que se esconde en un calcetín y dice ya no voy a hacerlo más.
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Teóricamente me gusta saber de mis lectores, pero si me dicen lo que piensan aunque sea positivo, me perturba. Incluso las reseñas positivas me hacen daño porque me hacen pensar en lo que hago.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Trías, Eugenio» open=»no»]La paradoja de la inteligencia y de sus frutos radica en que sólo si aquella se ejerce sin horizonte pragmático acaba produciendo frutos que a la larga tienen uso social y capacidad de “transformar el mundo”.
(El País, 6/11/1987)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Uceda, Julia» open=»no»]Mis secretos me muestran. Son mi único hogar.
(de Escritos en la corteza de los árboles, 2013)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Ullán, José Miguel » open=»no»]El género es el género. A mí no me angustia que la poesía se convierte en best seller; lo que resulta absurdo es desesperarse por no vender . […] La resignación bien empleada es la que puede aliviar a la gente de esa fiebre por ser conocidos y tal masivos.
El País, 21-05-1994
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Upkide, John » open=»no»]El pintor Turner […] no atribuía a los seres humanos demasiado valor en el balance de las cosas.
(El Cultural, 20-1-2012, p. 27, recogida por Michiko Kakutani)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Verdú, Vicente » open=»no»][…] Lo más significativo de una obra, cualquiera que sea (desde un perfume a un cóctel ), es la arquitectura de sus tonos. De hecho, desde una película a un libro, desde un telefilme a un concierto, la distribución de sus emociones ofrece de hecho tantas opciones que el buen tino será siempre dependiente de una insólita gota de genio.
(El País, 7-1-2012)
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Esa velocidad constituye, además, el estilo. Y estar en la onda, en el estilo del tiempo, se trate de diseñadores o urbanistas, de arquitectos o entrenadores, es haber asumido la clave de los tiempos.
(El País, 7-1-2012)
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La escritura se presentaba como una tupida foresta, sagrada y vocacional, que solo los muy elegidos traspasaban silbando. Los demás lo hacíamos sudando. Pero bien, cuando ya nos parecía a algunos de este sudado pelotón haber alcanzado la dicha de poder decir queríamos decir, ahora va y nos cierran la boca o no se oye el valor de lo escrito.
(El País, 5-10-2013)
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[…] Escribir sólo era un gozo tras haber penado para por lo escrito.
(El País, 5-10-2013)
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[…] Trabajábamos como devotos penitentes. El sustantivo, el adjetivo, el verbo, la coma, el punto y seguido, la precisión. Todo ello constituía una labor tan solitaria que, en ocasiones, la acentuábamos pidiendo aislarnos en algún lugar apartado, para hacerlo aún más concentradamente. Aislarnos para escribir mejor y, al cabo, para comunicar más a fondo el fondo.
(El País, 5-10-2013)
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La intención de quien enseña un cuadro o de quien publica un libro es gustar, pero ¿qué estado escoger si los unos dicen una cosa y los otros su revés? Un artista es un pimpampum durante toda su vida. Y de nadie es la culpa, sino de él mismo, puesto que si expone se expone.
(El País,“La cultura turbante”, 15-2-2014)
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El yo es una luz que por modesta no puede orientar su claridad hacia ningún área fuera del yo. Con una particularidad. Esta luz constituye su único y pobre alimento. Nacemos solos, morimos solos, vivimos solos. ¿Cómo podrían los demás, por mucho que traten de aliviarnos o contentarnos, pasar sus medicinas a través de las paredes en que se encarcela involuntariamente a el yo? ¿El asilo de la cultura? He aquí el turbante con que se envuelve la perdición.
(El País, “La cultura turbante”, 15-2-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vidal, Jaume» open=»no»]La prática del coleccionismo como una manera de dar forma al caos y sinsentido del mundo, la colección como Arca de Noé, la melancolía del coleccionista ante la insatisfacción de la posesión que -como el sexo- exige actualizarse constantemente, la colección como voluntad de perdurar y expresión del triunfo de la muerte…
(El Cultural, 15-11-2013, en su reseña de El coleccionista apasionado, de Philipp Blom)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Villota, María de » open=»no»]Más que miedos hay que tener respeto a los retos. El miedo sólo es válido como supervivencia, si me sirve para salvarme de una situación de vida o muerte, si no, prefiero los retos.
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Dar la mejor versión de ti misma en cada momento, porque la vida no nos pertenece, es un regalo y todo el tiempo que estés aquí hay que darlo todo.
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Lo importante es vivir con pasión.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vonnegut, Kurt» open=»no»]No escasean los buenos escritores. Lo que nos falta es una masa de lectores fiables.
(Ignacio Echevarría, en El Cultural, 14-2-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Umbral, Francisco» open=»no»]Eso es lo ideal, llegar a crear la confusión entre realidad y literatura, que son intercambiables. Esa confusión es la poesía.
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Yo creo palabras en los periódicos y en los libros. Disfruto mucho con el lenguaje, no creo en los escritores sin lenguaje o con lenguaje mostrenco y común. Hay palabras que capto por ahí que me fascinan, me pasa hasta con el médico, y me las guardo para mí.
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Yo creo en la acción, que conecta con la existencia. Las depresiones, los problemas, todo se cura con la acción, por eso soy un fanático del trabajo, por eso he escrito tanto en esta vida. Es un consejo de viejo.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Unamuno, Miguel de» open=»no»]Tengamos primero que decir algo jugoso, fuerte, hondo y universalmente humano, y luego, del fondo, brotará la forma.
(1990)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Urrutia, Jaime» open=»no»]La fama es una porquería. Unos días la aguantas y otros la aborreces. Te critican y te envidian cuando estás arriba. Te humillan cuando caes. Yo no me avergüenzo ni del éxito ni del fracaso. Es más, busco el lado bueno de todas las situaciones.
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Siempre hemos tenido miedo a ser iguales que los otros grupos. Me horrorizan los grupos que se parecen como una gota de agua a otro grupo. Hay que desmarcarse. Hay que ser un poco esnob, hay que cambiar de imagen y hay que tirarse rollos para seguir ahí. Lo han hecho los Beatles y los Rolling Stones durante toda su vida. Aunque llega un momento que esta dinámica es muy jodida. Con cada elepé que sacas tienes que exprimirte la sesera. Repetirse es lo peor que puedes hacer. Me da mucho miedo repetirme. Con cada disco yo quisiera abrir nuevos vías, pero cada vez es más difícil.
(Primera línea, nº41, septiembre 1988)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Valente, José Ángel» open=»no»]Todo ha de enseñarnos a callar o a significar con lo que se dice lo que se calla. Tal es la razón del decir de lo indecible en que lo poético se funda. Pues no todo decir sabido es, encuentra en lo indecible fundamento. De ahí que para ti, Edmund Jabès, escribir “quisiera decir, sin que uno llegue siempre a darse cuenta, moverse de lo visible a la no visibilidad…, de lo audible, que tiene la duración de la escucha, hacia el silencio, en cuyo horizonte se sumergen dulcemente las palabras”.
(El País, 13/1/1991)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Valero, Vicente» open=»no»]A mí Benjamin me sirve de guía, como San Juan de la Cruz, los presocráticos o Proust. Cuando los leo, siento que estoy en terreno seguro y fértil.
(ABC cultural, 15-3-2014)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Valéry, Paul» open=»no»]Acaso no sabéis que es menester dar a las ideas nuevas un no sé qué de nobles, no improvisadas, sino maduradas; no insólitas, mas como si hubiera existido hace siglos; no hechas y encontradas esta mañana, sino olvidadas y reencontradas.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vallejo, César» open=»no»]El tiempo pasa, Pablo querido, y hay que aprovecharlo, al menos para las cosas líricas y desinteresadas, ya que para las cosas y bienes de este mundo, no lo hemos de aprovechar nunca.
(Epistolario General)
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… en la sola recta inevitable.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Valls, Manuel» open=»no»]La crítica, en general, se equivoca al repudiar.
En igual proporción se equivoca en el elogio.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vargas Llosa, Mario» open=»no»]Escribir rejuvenece; de hecho siempre se siente la misma sensación cuando uno se enfrenta a la página en blanco y eso te devuelve a una edad similar, constante.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vega, Lope de» open=»no»]Bien hayan los poetas que en extraños
círculos enigmáticos escriben,
pues por ocultos no padecen daños.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Veneno, Kiko» open=»no»][…] Cuesta trabajo, hay que sufrir, y hay que ser un mamón si hace falta. La gente normal, buena, atenta y equilibrada no hace obras de arte. Las obras de arte las hace la gente iluminada.
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Ni ruinas ni cenizas,
ni papel que lleve el viento…
(“Échate un cantecito”, 1993)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vera, Cristino de» open=»no»]En esta época incierta, oscura, debemos recoger el profundo sentimiento de la espera. Y si el destino nos es adverso, aceptar con resignación la poca importancia que puede haber tenido nuestra aportación al arte. Nunca en vida lo sabremos y, en cierta medida, es bueno sentir, en los instantes de la muerte, la posibilidad de que nuestro destino haya podido ser inútil.
Olvidemos el mito que, desde el Renacimiento y en posteriores épocas, ha ido alimentando al artista superior de pedestal de barro, del artista que hay que llevar de oro y de falsas medallas.
No olvidemos que el mundo es una gran colectividad y no seamos necios ni ingratos. Si tenemos una vocación, si se sobrevive, si ofrecemos algo digno, olvidemos lo demás y dejemos para simuladores estúpidos esos rastros de suficiencia y banalidad.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Verlaine, Paul» open=»no»]Sigues siendo, oh Poesía, la morada definitiva,
Sí, como astro único y como pasión única,
Madre, y sin confiar en la Inspiración
Te nombramos guía y compañera para siempre.
(De “Epílogo”)
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¡Necesitamos la Voluntad, santa, absoluta y eterna,
Al proyecto enlazada igual que un cóndor
En los flancos temblorosos de un búfalo y que
En rápido aleteo lleva su trofeo por cielos de oro!
¡Precisamos estudiar sin pausas, necesitamos
El increíble esfuerzo y el combate inédito,
Y la Noche, la ruda noche del trabajo para
Que muy despacio alboree como un sol, la Obra!
(De “Epílogo”)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Versace, Gianni» open=»no»]Soy un experimentador porque soy curioso. La curiosidad y el instinto han guiado siempre mi trabajo y mis elecciones. Creo que tengo un gran sentido del futuro y creo que me las arreglo para transmitirlo a mi trabajo.
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Mi trabajo es una labor creativa y con eso está incluida una observación sensible y atenta a lo que quieren los hombres, las mujeres y los jóvenes. Y la creatividad, por supuesto, no puede estar aislada de la calidad y de la investigación ininterrumpida. Así que, mis deseos y mis ilusiones son hacer desear e ilusionar a los demás.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vico» open=»no»][…] Si en la edad en que más propicio está el ingenio, que es la de la juventud, se dedicara a la tópica, que es el arte de encontrar en cada cosa cuanto en ella hay, privilegio este de los ingeniosos […].
(Autobiografía)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Víctor Manuel» open=»no»][…] En las épocas en que compongo, como no hago ninguna otra cosa, es todos los días la misma historia: levantarse muy tempranito a hacer canciones, a intentar que salga algo, y dar paseos como un lobo enjaulado a ver si sale algo, que incluso pasan años sin que salga nada.
(El País Semanal)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vigny» open=»no»]Una vida lograda es un sueño de adolescente realizado en la edad madura.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Villalba, Darío» open=»no»]El artista tiene que plantearse de forma muy rotunda y decisiva, consciente del bagaje que le han dejado sus padres. El talento no sabe de movimientos. No hay crisis que lo mate. No hay movimiento que lo mate. Yo les diría a los jóvenes artistas de hoy que tuvieran fe ciega en ellos mismos, pero que huyeran de la fama, que no es más que una frivolidad. El camino es largo, lento, dolorosísimo, a veces de total comprensión y recompensa, otras de soledad aterradora. Siempre hay que nadar contracorriente…
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[…] Mucha gente joven, al no decir nada, y hacer una serie de objetos bien terminados no hacen sino disimular su miedo. Hay muchos artistas que prefieren dormir tranquilos pensando que hacen objetos inocuos que no molestan. Hay que aprender hasta de los pintores que no se atreven a ser pintores.
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Esta es una profesión de solitarios, una profesión dramáticamente solitaria. Es la nuestra una vocación casi monacal, lo que no quiere decir que no necesitemos el aplauso, el mercado, las galerías o a las instituciones.
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Pintar siempre pensar que eres el mejor. Enfrentarse al lienzo, inseguro, es como querer conquistar a una chica pensando que eres feo.
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Hay una prisa excesiva por todo, mucha ansiedad, muchas ganas de relumbrón. Parece que lo único que importa hoy es la fachada. Nada más.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Violet, Ultra-Wharhol, Andy» open=»no»]Llegamos junto a uno de sus retratos de Marilyn Monroe.
-Era tan guapa y tan sexy, y sin embargo, tan vulnerable como una niña pequeña.
-Desde luego.
-¿Cuándo la retrataste por primera vez?
-El día que murió. Encargué una pantalla de seda de una fotografía cuando oí la noticia de su muerte por la radio.
-No perdiste el tiempo.
-El tiempo lo es todo.
(Famosa durante quince minutos)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Virgilio» open=»no»]Nulle die sine linea.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Vizinczey, Stephen» open=»no»]La mayor parte de los músicos profesionales conocen de memoria centenares de partituras; la mayor parte de los escritores, en cambio, sólo tienen el vago recuerdo de los clásicos, lo cual explica que haya más músicos expertos que escritores expertos. Un violinista que poseyera la técnica de la mayor parte de los novelistas publicados no encontraría nunca una orquesta en la que tocar. Lo cierto es que sólo absorbiendo las obras perfectas, los modos específicos inventados por los grandes maestros para desarrollar una toma, construir una frase, un párrafo, un capítulo, y se puede aprender todo lo que hay que aprender sobre la técnica.
Nada de lo que ya se ha hecho puede decirte cómo hacer algo nuevo, pero si comprendes las técnicas de los maestros tienes más posibilidades de desarrollar las propias.
(El País, 29-10-1989)
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Un escritor nace del talento y del tiempo… Tiempo para observar, estudiar, pensar. Por consiguiente, no puede permitirse el lujo de desperdiciar una sola hora ganando dinero para cosas no esenciales. A menos que tenga la suerte de haber nacido rico, es mejor que se prepare para vivir sin demasiados bienes terrenales. […] Es preciso decidir qué es más importante para uno: vivir bien o escribir bien. No hay que atormentarse con ambiciones contradictorias.
(El País, 29-10-1989)
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No es fácil, por supuesto ser fiel a lo que realmente nos importa; a todos nos gustaría ser considerados personas llenas de curiosidad por todo. ¿Quién asistió jamás a una fiesta sin fingir interés por algo? Pero cuando escribes tienes que resistir la tentación, y cuando ves lo que has escrito debes preguntarte siempre: “¿Me interesa de verdad esto?”.
(El País, 29-10-1989)
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No busco tema: cualquier cosa en la que no pueda dejar de pensar es mi tema. Stendhal dijo que la literatura “es el arte de la omisión”, y omito todo lo que no me parece importante.
(El País, 29-10-1989)
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No adorarás Londres-Nueva York-París.
(El País, 29-10-1989)
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La modestia es una excusa para la chapucería, la pereza, la complacencia; las ambiciones pequeñas suscitan esfuerzos pequeños. Nunca he conocido a un buen escritor que no intentara ser grande.
(El País, 29-10-1989)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Wall, Jeff » open=»no»]El arte que merece la pena es autobiográfico, abiertamente o de forma velada.
(El Cultural, 11-11-2011)
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Toda creación artística tiene relación con la literatura.
(El Cultural, 11-11-2011)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Weil, Simone» open=»no»]¿Qué es cultura? Formación de la atención.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Wharhol, Andy» open=»no»]Las peores críticas son las mejores.
(UP-TIGHT. La historia de The Velvet Underground)
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Un artista es aquél que produce cosas que la gente no necesita, pero que él -por alguna razón- cree que es buena idea dárselas.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Wilde, Oscar» open=»no»]Los cínicos son aquellos que conocen el precio de todo e ignoran el valor de cualquier cosa; los sentimentales son quienes saben el valor, pero desconocen el precio.
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He llegado a vivir plenamente la vida: el éxito deslumbrante y el fracaso más horrible; y al final he llegado a alcanzar la libertad de aquellos que han dejado de desarrollarse.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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Siento como Andrea del Sarto en el exquisito poema de Browning:
Si hubiera sido dos, otro y yo mismo,
nuestra obra hubiera estado por encima del mundo.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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Siempre he creído que sólo al asociarse con los demás puede uno encontrarse a sí mismo y, para un artista, el contacto con otros artistas es fundamental para el desarrollo de su personalidad.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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Porque ¿en qué me había convertido, yo, que debería haber sido un gran poeta?
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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La ociosidad es la condición suprema para el artista, pero la ociosidad tiene que llevarse con alegría.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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¿Te he hablado ya de un nuevo cuento? Lo he titulado “Decapitación doble”. Todavía no sé de qué trata, pero el título es delicioso, ¿no crees?
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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Había dos árboles justo al otro lado del muro de la prisión. Podría vislumbrarlos desde mi celda y, a lo largo del invierno, había ido observando sus largas y negras ramas en las que el viento suspiraba como si tuviera el corazón destrozado. Ahora, en primavera, empezaban a florecer. Sabía exactamente lo que estaban experimentando: estaban encontrando su expresión.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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[…] Cuán perdido se hallaba en una niebla de palabras y cómo […] todo lo que oía dentro de él eran frases entrecortadas de los libros que había amado, de los libros que habían formado su personalidad.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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Como artista me sentía casi muerto: el brillante futuro que todos me habían anticipado parecía haber quedado atrás.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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Ahora ya no tengo pasado. Mis anteriores triunfos carecen de importancia. Mi trabajo ha sido olvidado […]. Como el hechicero postrado a los pies de Vivien, también yo estoy “perdido para la vida y la fama, sin nombre ni utilidad”. Esto me llena de una extraña alegría.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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A Browning no le asustaba escribir una frase fea para expresar con precisión su pensamiento: esa fue su tragedia. En cambio yo sólo encontraba significado en lo bello y renegaba de la fealdad: esa fue la mía.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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[…] He abandonado mi arte y he superado la personalidad que me había construido con él. Ahora espero y contemplo la inagotable plenitud de las cosas que antes trataba de dominar y controlar.
(El último testamento de Oscar Wilde, Peter Ackroyd)
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El arte no puede pretender ser popular. Es el público quien debe esforzarse en ser artístico. Este es el dilema. El gran postulado.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Wonder, Stevie» open=»no»]Soy muy perfeccionista. Trabajo muy lento. A veces tengo una idea, pero al darle forma no me gusta. La hago y la rehago hasta que tiene chispa.
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Yo reconozco que soy muy obsesivo, que puedo llamar a alguien a las tres de la madrugada para trabajar en una canción que se me ha ocurrido, pero el arte es así, no tiene horario y yo espero que mis músicos sean capaces de entenderlo. Trabajar conmigo puede ser agotador, pero también muy divertido. En mis discos hay sitio para investigar, para la inspiración, y participa todo el mundo; me encanta que me den ideas, porque yo también las doy. Soy un poco tirano, pero esa es la única forma de llegar a donde estoy.
(1993)
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Cambié. Me volví más activo. Desde entonces, cuando se me ocurre una melodía, la escribo y la grabo inmediatamente, por si acaso me sucede algo.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Yan, Mo» open=»no»]Durante dos años seguí los pasos de estos maestros (William Faulkner y García Márquez), pero luego me di cuenta de que tenía que alejarme de ellos. Estos dos maestros son como dos hornos al rojo vivo y yo como un trozo de hielo, por lo que si me acercase mucho a ellos me evaporaría.
(ABC, 8-12-2012)
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La literatura puede tener política, pero debe estar por encima de ella.
(ABC, 8-12-2012)
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Yeats, W. B.» open=»no»][…] Un verso quizás nos lleve horas;
Mas si no parece el pensamiento de un instante,
Nuestro coser y descoser ha sido vano.
Mejor humillarse hasta la médula del hueso
Y fregar suelos de cocina o picar piedra
Como un viejo indigente, bajo cualquier clima;
Pues articular en unión dulces sonidos
Es más dura fatiga que todos éstos, y sin embargo
Ociosidad lo piensa el grupo bullicioso
De banqueros, profesores y eclesiásticos
Que los mártires llaman al mundo.
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“La obra está terminada”, pensó ya de anciano,
“De acuerdo con mis planes juveniles;
Y que rabien los necios, yo en nada me desvié,
Algo llevé a la perfección”;
Pero aún más fuerte cantó el fantasma: “¿Y ahora qué?”
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Cualquier tentación puede alejarme de este oficio del verso:
Otrora fue un rostro de mujer, o peor aún
Las aparentes necesidades de mi tierra regida por necios;
Ahora nada se aviene mejor a la mano
Que esta tarea habitual.
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Buscaba un tema y lo buscaba en vano,
Lo busqué diariamente por unas seis semanas.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Young, Neil» open=»no»]El problema es que la gente está habituada a que los artistas se queden pegados a un estilo. Yo prefiero quedarme pegado a todas las cosas que he hecho.[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Zambrano, María» open=»no»]La aurora de la palabra es la noche del sentido.
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Cuando uno se decide a publicar, firma unos papeles y recibe algún dinerejo, no hay manera de avanzar. ¡Qué obstáculo indecible! Y es que escribir es algo que nace naturalmente, espontáneamente, sin que uno se dé cuenta, como se respira… Pero si tienes que dar el respiro a la fuerza, entonces ya no respiras. Cuando está el compromiso, el tener que darlo, ¡qué angustia! Dar el libro, desprenderse de ello, es atroz. Algo cambia dentro al tener que entregarlo así. Uno retrocede.
[/fusion_toggle][fusion_toggle title=»Zapater, Juan Pablo» open=»no»]La literatura de calidad no sabe de tendencias, a veces surge como la flor silvestre y otras veces se cultiva como la flor de invernadero. Yo disfruto con toda clase de manifestación poética y no sólo con la que se basa en las palabras, también con la que se apoya en las imágenes o la música.
(El Mundo. Las artes de la Comunidad Valenciana, 8-11-2013)
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Y es que nunca he podido escuchar tan clara mi voz interior como cuando ella me ha hablado a través de un poema.
(El Mundo. Las artes de la Comunidad Valenciana, 8-11-2013)
[/fusion_toggle][/fusion_accordion][/fusion_builder_column][fusion_builder_column type=»3_5″ last=»yes» spacing=»yes» center_content=»no» hide_on_mobile=»no» background_color=»» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» background_position=»left top» border_position=»all» border_size=»0px» border_color=»» border_style=»» padding=»» margin_top=»» margin_bottom=»» animation_type=»» animation_direction=»» animation_speed=»0.1″ class=»» id=»»][fusion_text]
CITAS NUTRICIAS
PARA
PROPICIAR
LA CREACION LITERARIA
(contra los coleccionistas de monedas y sellos)
Colecciono frases. Para John Banville, «la invención más trascendental de la humanidad es la frase. Han existido grandes civilizaciones ignorantes del concepto de la rueda, pero poseían la frase, pues sin ella no habrían sido ni grandes ni civilizadas. Con frases pensamos, especulamos, calculamos, imaginamos. Con frases declaramos nuestro amor, declaramos la guerra, prestamos juramento. Con frases afirmamos nuestro ser. No es desatinado afirmar que con frases está escrito nuestro mundo». Yo almaceno, gestiono, conservo, custodio frases que propicien la creación literaria, artística: arquitectos, novelistas, pintores, cantantes, escultores, actores, cineastas, modistos, músicos, poetas, filósofos, hasta pilotos de motos o coches, o jugadores de golf. Con unas frases tomadas de esta colección escribí «Las manos de algunos poetas en tus manos».
«El humano es un animal creador: su mente se desequilibra positivamente para crear y, si no lo consigue, se desequilibra negativamente para vivir. Crear es buscar, comparar, seleccionar, combinar y reordenar…, por lo que coleccionar es crear» (Jorge Wagensberg). «Hay que viajar, pasear. A veces nos rodean personas que no nos convienen. El mundo está lleno de ideas germinales, y si no las tienes en cuenta es por fatiga física o mental. Yo las reconozco gracias a cierta excitación que siento enseguida» (Patricia Highsmith). «De todos los misterios del universo, ninguno más profundo que el de la creación (Stefan Zweig).
En opinión de Francisco Calvo Serraller, «toda colección es, en buena parte, una especie de autobiografía, en que la personalidad se expresa a través del testimonio material de los objetos que se ha acumulado, reflejo de su gusto, de sus pasiones, de su habilidad y, naturalmente, de sus medios. En realidad, una colección no sólo retrata al detalle una forma de ser y de pensar. La pasión acumulativa, de la que inmediatamente se deriva la idea de coleccionar, es tan antigua como el hombre, probablemente los ajuares funerarios de los antiguos faraones egipcios sean el primer testimonio histórico que se aproxima más a lo que es nuestra concepción de una colección artística».
Para mí, estas frases son brújulas que orientan mi norte estético, ético. «Sólo buscando las palabras se encuentran los pensamientos» (Joseph Joubert). «Toda estética es una antigua ética» (Rafael Sánchez Ferlosio). «Quien tiene algo que decir se somete; y quien no, juega» (César Simón). «El poema debe tener una idea presidente, una sola idea. Si no se convierte en un enredo de imágenes, un laberinto de ocurrencias, un amasijo de escapes; es una insigne musaraña, o, lo más frecuente, en una gran estupidez. Pensamiento que debe volver, volverá. La poesía verdadera se hace sola» (Juan Ramón Jiménez). «No preocupado por ser desconocido, sino por hacer algo digno de conocerse», decía Confucio, en una cita maravillosa que nunca saldrá de mi cabeza, una de las primeras que guardé.
«Combinando lo mejor de sus lecturas, reconociendo aquello que es valioso y que se ha presentado ante él por azar o por curiosidad, el antólogo se convierte en un creador omnisciente y omnívoro, un Lector para Lectores. Todo lector es antólogo, pero pocos llevan la manía de coleccionar hasta el extremo de compilar un libro. Como lectores transformamos aquello que los escritores escriben, lo reducimos a citas cotidianas, le damos el tono del momento particular en que algo fue leído, lo reflejamos en otros textos que tienen una trama o un estilo similar: en una palabra, hacemos que lo escrito sea nuestro. Y puesto que la lectura es un vicio solitario, frecuentemente invitamos a otros a compartir nuestras lecturas; les damos codazos para que escuchen, para que participen de nuestros gustos o disgustos, para que juzguen nuestras selecciones» (Alberto Manguel).
«El mejor estilo es el que nace de tener algo que decir», decía Schopenhauer. «En poesía, debes amar las palabras, las ideas y las imágenes con toda tu capacidad de amar lo que sea. Para cualquier originalidad es preciso tener el valor de ser un amateur. El poeta debe poner en su poesía el mismo grado de aplicación que, por ejemplo, el viajero en su viaje, el pintor en su pintura. Es el sentimiento o la penetración lo que aviva las palabras, no al revés» (Wallace Stevens). «El sustantivo, el adjetivo, el verbo, la coma, el punto y seguido, la precisión. Se requiere haber consumido muchos años en la pugna y también muchos sofocos al releerse. ¿Los aplausos? Lo divino es el silencio. Lo importante es la nada» (Vicente Verdú). «Si quieres procurar un estilo a tu obra, procura coherencia en tus sentimientos, no en tus frases. Una cosa es la vocación y otra la fatalidad. ¡Escuchen, poetas, esto! ¡Escúchenlo, artistas! Si te gusta ser llamado poeta desde joven, cuida de vivir poco. Toda una larga vida con un pequeño mote es ridículo» (Carlos Edmundo de Ory).
«El primer problema para un compositor es encontrar su propia expresión; el segundo, librarse de ella» (Philip Glass). «Yo no tengo método de trabajo. Escribo cuando tengo apetito para expresarme, para configurar, para penetrar en un coto desconocido. Podemos decir que el método cubano de trabajo intelectual es la suma de poquedades. Todos los días se escribe un poco, con apetito, con gusto, con voracidad verbal, y al cabo de un año nos asombramos de que la caja donde antes cabía el sombrero gigante de la abuela está lleno de signos aljamiados. Con gran sorpresa nos acercamos y es nuestra letra. Haga todos los días una poquedad; pero no mortifique, no esté con esa poquedad fastidiando a sus mejores amigos, no les lea por teléfono a las pobres gentes que lo acompañan en la vida, no se desate, no sea una terribilia con los pobres seres que vienen a acompañarle en la vida de todos los días» (José Lezama Lima). «La tristeza de volver sobre nuestra obra no proviene de la conciencia de lo poco logrado, sino de lo mucho que renunciamos a acometer» (Antonio Machado). «Lo que irrita y molesta en los poemas es el narcisismo, el quietismo -dos callejones sin salida- y el enternecimiento que asoma por sus propios sentimientos… Aparte de eso, la poesía es un regalo de la Naturaleza, una gracia, no un trabajo. Tan sólo la ambición de hacer un poema basta para matarlo» (Henri Michaux).
«El principio de mi trabajo es una apasionada sumisión al objeto que me ocupa, al que, dicho con otras palabras, pertenece mi amor. La inversión de este sometimiento acaba produciéndose, de un modo inesperado para mí mismo, en el acto creador que surge de pronto dentro de mí, en el que soy tan inocentemente activo y superador como fui sumiso de un modo inocente y puro en la fase precedente» (Rainer Maria Rilke). «Lo que nos posibilita la creación de una obra no es el deseo de celebridad, sino la costumbre de ser laborioso. Y una simpatía es preciosa siempre. Lo que no es posible hacer solos en la vida, porque hay cosas que no puede uno pedir, ni hacer, ni querer, ni aprender por sí mismo, puede lograrse entre varios» (Marcel Proust). «Hay que hacer, hacer, hacer. Se hace siempre la misma cosa y, sin embargo, se puede hacer todo, ¿qué nos lo impide? Yo no busco. Encuentro. Se puede decir todo lo que se quiera, y todavía más. Y lo que es peor, además es fácil decirlo» (Pablo Picasso). «Pero ya no me pongo nervioso nunca más. Y sé que lo único que tengo que hacer es permanecer receptivo, no entorpecer el proceso, y especialmente no introducir emociones inútiles como la de la angustia. En fin, ahora me conozco a mí mismo. Ésa es una de las cosas que llegan con la madurez. Sé como trabajo. Sé que mi talento nunca me va a traicionar. Nunca me va a dejar» (Lou Reed). «No desfallezcáis nunca porque la constancia y hasta la testarudez, es fuente de alegría. No claudiquéis nunca, si no queréis vivir constantemente entristecidos. La insistencia contra viento y marea siempre merece premio. Lo tiene en sí, va con ella» (Francisco Pino). Sin disciplina no hay arte: tampoco lo hay sin arrebato. Un oficio, cualquier oficio, requiere una inclinación poderosa y un largo aprendizaje» (Antonio Muñoz Molina).
«La paradoja de la inteligencia y de sus frutos radica en que sólo si aquella se ejerce sin horizonte pragmático acaba produciendo frutos que a la larga tienen uso social y capacidad de “transformar el mundo”» (Eugenio Trías). «Los filósofos ayudan a los poetas a articular lo que estos saben de forma intuitiva. Es útil tener las formulaciones de los filósofos, para tú luego reincorporarlo, “robarlo”. Los poetas son maravillosos ladrones» (Charles Tomlinson). «Los que tienen miedo a las influencias, los que se hurtan a ellas, confiesan tácitamente la pobreza de su alma. Nada deben llevar dentro digno de ser descubierto, puesto que se niegan a dar la mano a nada de lo que podría llevarles a descubrirlo» (André Gide). «Los que se dejan influir por los grandes maestros demuestran tener una personalidad insignificante. Las influencias de obras más pequeñas, de radio mucho más corto, pueden ser, sobre una personalidad adecuada, sumadas y bien digeridas, mucho mejores: utilísimas» (Josep Pla).
«El creador tiene la osadía de convertirse en portavoz del ansia de inmortalidad que todos tenemos» (Soledad Puértolas). «Citar es otra forma de decir “no he vivido en vano” (en este caso, “no he leído en vano”) y también “estaba pensando en ti”. En el fondo, quien no cita no hace más que repetir, pero sin saberlo y sin elegirlo. Las personas que no comprenden el encanto de las citas suelen ser las mismas que no entienden lo justo, equitativo y necesario de la originalidad. Porque donde se puede y se debe ser verdaderamente original es al citar» (Fernando Savater).
A la izquierda de la pantalla de tu ordenador encontrarás, “encapsulados”, complejos vitamínicos sin cuento, remedios naturales innúmeros contra la pertinaz falta de inspiración.
Que nos aprovechen a todos.
Fin del prólogo, de las citas.
José Luis Martínez
8-8-2015[/fusion_text][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container][fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible» margin_top=»4px» margin_bottom=»» background_color=»rgba(255,255,255,0)» padding_right=»20px» padding_left=»20px» ][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][fusion_separator style_type=»single solid» sep_color=»#63a5cc» border_size=»» icon=»fa-chevron-down» icon_circle=»» icon_circle_color=»» width=»» alignment=»» class=»» id=»»/][/fusion_builder_column][/fusion_builder_row][/fusion_builder_container][fusion_builder_container hundred_percent=»yes» overflow=»visible» padding_right=»20px» padding_left=»20px» ][fusion_builder_row][fusion_builder_column type=»1_1″ background_position=»left top» background_color=»» border_size=»» border_color=»» border_style=»solid» spacing=»yes» background_image=»» background_repeat=»no-repeat» padding=»» margin_top=»0px» margin_bottom=»0px» class=»» id=»» animation_type=»» animation_speed=»0.3″ animation_direction=»left» hide_on_mobile=»no» center_content=»no» min_height=»none»][fusion_text]
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