Revista digital Azharanía nº 16 (mayo 2018)

HOTEL CON ENCANTO

Eres
un hotel con encanto,
la sola institución que apoyo,
a la que abro de par en par mis puertas
en este bufo y trágico
país de anestesiados hospitales,
estadios clausurados, farmacias atracadas,
hemiciclos y estancos enfermizos;
en este denostado país nuestro
que las más de las veces
merecería arder.

La noche se desplaza, fluye
y enfría este desierto ineficaz
y corrupto, el caldero hirviente
donde se echa a perder una piel de res brava,
un pellejo de toro.

Dejaré en recepción todos mis nombres,
quisiera bautizar con ellos
los infieles botones,
aún sin cristianar, de tu vestido,
esos botones a nuestro servicio.

Y subiré a pedirte que subamos
a la terraza, a ver la noche.
Y subamos también a tu alta boca.
Y bajemos, por fin, a tu hondo ombligo.

En tu cuerpo, en tu cuerpo,
entro en tu bello cuerpo,
gracias al cual me olvido
de estos corrales de gentuza,
de estos cuartuchos de pensión
de negra y mala muerte.

Yo también moriré,
espero que en tus brazos.
Y no me importará morir
si resucito muchas veces
en tu lecho impoluto y muelle.

Y dormiré en la calle, donde sea,
con tal de hacerlo junto a ti,
que vuelves habitable nuestra historia reciente;
eres mi patria, mi nación,
el territorio de mis lenguas:
el territorio de la tuya,
una posada que restaura,
un edificio singular,
un hotel con encanto.
 
 

Poema inédito perteneciente al ciclo de
Abandonadas ocupaciones
(II Premio “Tardor”)
Castellón, Editorial Aguaclara, 1997