26 febrero de 2014

IMPRESIÓN QUE NOS PRODUJO
LA TERTULIA CON JOSÉ LUIS MARTÍNEZ
EN EL CENTRO DE EPA DE TORRENT

      Habla el yo y el nosotros: interesantísimo, despertó la emoción. La sencillez con que se expresa, la sencillez de su poesía…

      La sinceridad de sus versos, que parte de la relación profunda de la vida y del ser humano, y su habla suave, pausada, lenta nos abrió las puertas de la comunicación entre seres humanos.

      El lenguaje sencillo con sus palabras de la vida cotidiana, nos invita a estar muy atentos para ver y llegar a la profundidad de los versos. La sencillez con la que habla de lo trascendente hace que las ideas aparezcan claras y diáfanas. Esa sencillez mezclada con la inteligencia me llevó a la conclusión de encontrarme ante una persona sabia. Esa sencillez que te atrapa y te acerca a la poesía, esa poesía distante y en cierto modo críptica. Rompió el tópico de la poesía en su complejidad, acercó la poesía al común de los mortales.

      Y así, esas palabras del habla cotidiana, en ocasiones significativas, toman una función mágica capaz de provocar reacciones involuntarias del cuerpo (cuando nos ruborizamos y nuestro rostro adquiere un color rojo…), llegaron a despertar nuestra emoción en su poema Centro comercial.

      José Luis busca el lenguaje en su labor poética (transposición poética de la realidad). Entonces, el habla, el lenguaje de la gente en su vida corriente, se transforma en un encantamiento que permite llegar a lo más recóndito del hablante. Y ahora comprendemos que el modo de hablar es una representación fiel del alma de cada individuo: cada modo de hablar es una posibilidad de vivir.