SALSOLA KALI

Perdonadme si he vuelto aquí,
buscando en esta planta peregrina
el consuelo de un símbolo cercano,
el infantil prestigio de las cosas
que tratan a menudo con el polvo,
tal vez el aire de desierto
que al paisaje le daban estas matas
en su eterno extravío.

Perdonadme si ahora sólo veo
espinardos, pinchosas, rascaviejas,
trotramundos, abrojos, capitanas,
espantabrujas, cardos, malvecinos,
si ahora sólo encuentro
en estos nombres ancestral malicia
y en su viaje, errante sumisión,
sólo ciega obediencia a las ventiscas,
sólo árido silencio fugitivo,
sólo tenaz fatiga itinerante
y tristeza rodando por el mundo,

palabra tras palabra,
camino tras camino.

 
Manuel Moreno Díaz, Armonía y estrago,
Sevilla, Renacimiento, p. 37, 2015