El poeta y el daño
Dentro de un orden armonioso
discurren los poemas,
y la vida se concentra en cada frase,
en cada instante,
en cada pausa de su voz.
Medita el poeta sobre el daño que a menudo
nos libera y ennoblece.
Junto a versos cordiales
de rítmicas estrofas,
brotan versos intensos que perturban
el color de la tarde.
Tal vez, su devoción por la vida
le lleva a sospechar una existencia posible:
La luna sobre el lago,
la astucia del destino,
una mirada perdida,
el ir y venir del tiempo…
Solo sombras
que un día se desvanecen.